1

781 47 3
                                    

Salió de su largo y merecido baño para dirigirse a su closet, grande fue la sorpresa al darse cuenta que literalmente toda su ropa había desaparecido.

-¿Que demonios?

Estaba seguro que cuando se fue hace 2 semanas toda su ropa estaba ahí.

-Oesnik- Llamó a su mayordomo.

Al otro lado de la ciudad un rubio se encontraba desarmando y acomodando nuevamente el nido que había comenzado hace días.

-Vas a tener un nido perfecto mi niño-Le habló a su vientre.

Continúo toda la tarde hasta ser interrumpido por el sonido de su celular.

-Helmut- Contestó.

-Hola, llegué a la ciudad nuevamente, quería saber si te interesaría salir está noche. Puede ser el bar que quieras.

-Lo siento estoy ocupado- Colgó.

Se quedó algo indignado tras el omega le colgará.

-¿Que le pasa ?

Lo meditó, la voz de de Steve se oía agitada. Quizás el rubio se encontraba con alguien y había sido inoportuno. 

El pensamiento se quedó unos segundos más rondando por su mente pero pronto lo dejó ir, él y Steve no eran nada, solo tenía acostones, eso era todo. Pero si el rubio ahora tenia a alguien necesitaría buscar otro omega.

Luego de una semana entera de ser ignorado fue directamente al departamento del rubio.

La puerta se abrió, cosa que despertó inmediatamente a Steve, quién solo se quedó quieto viendo al alfa.

-¿Estás anidando?-Estaba confundido, muy confundido.

-Es bastante obvió.

-¿Tienes pareja?

El omega respiró profundo- No, el cachorro es solo mio. Ahora déjame descansar.

Se acercó y no tardó en notar que su abrigo favorito estaba formado parte del nido-¿Por qué tienes mi ropa? Espera...- Zemo se apoyó contra una pared.

-Cuando mi bebé nazca te devuelvo todo. Ya vete.

Steve gruñó, Helmut dio un paso atrás y se quedó quieto. Porque muy alfa sería, pero si un omega más alto que tú y con superfuerza te gruñe quedarse quieto es lo lógico.

-Casi pisas un peluche-Aclaró el rubio haciendo que Zemo mirará el suelo y lo comprobara.

El cachorro del capitán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora