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Sharon estába apoyada en la puerta, pues era consiente de que el olor de un alfa ajeno era lo último que quería un omega en su nido. Por otro lado James con toda la confianza estaba metido dentro del nido.

-Es gabardina podría ir ahí- Señalando un lugar a su amigo mientras bebia de su vaso.

-Sharon, acércate.

-Gracias, pero no.

-No te va a morder- Dijo apoyando su cabeza en el hombro de Steve- Vamos Alfa.

Viendo los dos pares de ojos azules suplicantes se acercó un poco más, cuidadosa de no pisar nada. Llegó hasta una silla en el escritorio y se sentó ahí.

-Entonces... ¿Que pasó con Helmut?- Esa era la razón por la cuál ella y Bucky vinieron tan rápido.

-¿Ya sabe que es de él?- El omega tocó el vientre de su amigo.

-Bueno Zemo vino, vio que estaba anidando, se quedó confundido unos segundos, luego me preguntó si tenía pareja- Miró a Bucky- No lo sé, se fue confundido. Aunque tampoco se lo dije textualmente.

El rubio se recostó.

-Cualquier alfa con olfato y dos neuronas sabe-James la miró -Bueno no necesitas al idiota, sabes que estamos aquí para ti- Dijo la rubia.

-Entre los tres criaremos a Frederick James Rogers. Su segundo nombre va a ser James ¿Cierto?

-Si, tal como lo prometí.

-Cambiemos de tema. ¿Cuándo tienes control?

-Te trajimos helado- Recordó James de la nada- Voy por el- Salió del nido con cuidado.

-La próxima semana.

-Yo podría ir, James tiene trabajo.

-Gracias. Sharon.

-¿Si?

-¿Me harías un favor?

-Lo que quieras.

-Puedes conseguir a alguien que cambie la cerradura de la entrada. Es que le di a Helmut la llave.

-Y no quieres que vuelva a entrar- Steve asintió- Yo lo arreglo no te preocupes.

-Volví con el helado.

-¿Y ketchup?- El castaño enseñó la botella.

-¿James vas a comer eso?- Preguntó la rubia con una cara algo asqueada.

-No sabe tan mal como lo imaginas.

El cachorro del capitán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora