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Dada la situación una cosa llevó a la otra causando que Zemo decidiera quedarse en el apartamento de Steve. Aunque que si fuera por él se llevaría al omega a su mansión que es mil veces más espaciosa, pero Steve no mudaria su nido bajo ninguna circunstancia a estás alturas.

La excusa principal de su permanencia en el lugar fue que si las pesadillas seguían constantes iban a terminar estresando al cachorro en el vientre del rubio, cosa que era totalmente cierta. Así que cada noche se aseguró de que el nido tuviera la cantidad exacta de sus feromonas para que Steve pudiera dormir tranquilo.

Con todo el tiempo que pasaban juntos fue inevitable que terminaran aprendiendo juntos. Cosas tan simples como saber que tipo de café les gustaba beber o saber el helado preferido del otro. También notaron algunas otrad cosas, Zemo descubrío que a Steve le encantaba dibujar, y que por cierto no lo hacía nada mal. Mientras el rubio tras varios  días observando al Barón notó algo que en si no tenía importancia alguna pero de todos modos era algo curioso. Helmut era zurdo.

"Solo un 10% de la población es como tú, pero eso ya lo sabías ¿No?" Zemo lo miró con una de sus cautivadoras sonrisas para responder "Si, lo sabía. También se que tendemos a morir más pronto. Así que no encariña conmigo." Steve solo bufó y siguió dibujando.

El alfa después de casi un mes juntos y siendo rechazado casi a diario cuando intentaba ponerse en modo "Romántico" con el rubio ya había matado hasta la última esperanza de tener algún tipo de actividad sexual con el omega. Se resignó a no ser más que simple compañía durante el embarazo, y aunque ahora no quisiera admitirlo estaba bastante emocionado esperando a que naciera el bebé del rubio.

Pero esa mañana al parecer su deseo fue escuchado.

-¿Steve?- El rubio de manera sorpresiva lo había acorralado contra el sillón.

-Helmut- Ronroneo frotándose contra el pecho del Alfa.

-¿Que haces?- Dijo en un susurró disfrutando del contacto. Aunque si el rubio seguía haciendo eso tendría que tomar una ducha fría.

-Quiero hacerte mío- Dijo con una sonrisa.

Zemo se ahogo un poco con su saliva- ¿Estás... estás seguro?- Tenía la sensación de que solo era una subida de Hormonas y no quería que el rubio se arrepintiera más tarde.

-Así es- Comenzó a besar el cuello del alfa y colo una de sus manos bajo la camiseta del alfa logrando así tocar su abdomen de manera suave, a penas rozando su piel con la yema de su dedos. Haciendo al castaño jadear bajo su tacto. - Quiero que tu trasero se mío.

-Es todo tuyo- Respondió embobado.

A Zemo le seguía sorprendiendo que Steve no tuviera ningún problema con decirle esa clase de cosas. Aún en la época actual veían como insultó a la naturaleza que un omega tomara a un alfa. Pero peor se veía a los alfas que se dejaban ser sometidos de esa manera. Por suerte él jamás le tomó importancia a los pensamientos absurdos. Después de todo si la naturaleza no lo quería así ¿Por qué los alfas tenían ese punto ahí?, simplemente no tenía sentido.

El rubio lo devistió con bastante prisa, para luego dejarlo prácticamente en cuatro. Tenía el pecho apoyado en el reposabrazo del sofá mientras se sostenía con las rodillas para mantener su trasero a disposición del omega.

Sintió el peso del omega apoyarse sobre su cuerpo para luego susurrarle al oído "Lame", chupo bastante bien ambos dedos cubriendolos muy bien se saliva pues sabía perfectamente a dónde irían a parar.

Cuando estuvieron bastante humedos Steve sacó sus dedos de la boca del Barón. A continuación separó las nalgas de éste para juguetear un poco antes de que sin avisó previo metiera uno de sus dedos hasta el fondo. Zemo abrió un poco los ojos al sentir la sorpresiva intromisión.

-Estás bastante apretado, hay que cogerte más seguido.

Zemo sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo he ir a animar su parte baja al escuchar la voz ronca y demandante del rubio.

Pronto dos dedos se encontraban dentro del Barón haciéndolo gemir y aumentando la tensión en su vientre a cada movimiento y embestida.

Steve decidió que ya era el momento y sacó  sus dedos. Desabrocho y se bajo la ropa interior para liberar su despierto miembro, buscó el condón en su bolsillo para proceder.

"Grande" fue la palabra que se le vino a zemo a su cerebro cuando sintió al miembro de Steve invadirlo de forma lenta llenado su interior. Realmente se había olvidado como era ser el de abajo con Steve.

-¿Por qué te detienes? - Murmuró cuando Steve se detuvo.

-No quiero lastimarte.

-Solo muevete- Estaba seguro que aguantaría bien las embestidas.

-No seas desesperado- Dijo con algo de gracia- A penas voy a la mitad.

Al cerebro casi desconectado de Zemo le tomó unos segundos entender que su trasero aún no estaba completamente invadído.

Steve besó con cierta devoción la columna de alfa que se fue arqueado a medida que su pene terminaba de entrar. Tras oír ruegos de Helmut comenzó con lentas embestidas.

Los movimientos eran lentos, una verdadera tortura. Pero no le impidió sentir que estaba a punto de tener un orgasmo o eso creyó hasta que una mano de Steve tomó de manera firme su pene desde la base.

-Agh... Steve... Por.. Por favor- Jadeo rogando. El realmente deseaba venirse.

-Lo siento cariño, pero hoy no hay orgasmo para ti.

- ¿Qué? -Helmut jadeo desesperado.

-Me llamaste gordo ¿Recuerdas?

Steve aumentó el ritmo de las embestidas haciendo que el alfa gimiera más fuerte, con su mano libre le dio una sonora nalgada y luego tomó al castaño firme por su cabello.

La saliva corría por su mentón, sus cara estaba bastante roja, el sudor recorría su piel y algunas lágrimas de placer caían por sus mejillas. Steve se lo estaba cogiendo a lo bestia y lo disfrutaba, aunque había un gran detalle hasta ahora llevaba cero orgasmos mientras el rubio ya había tenido bastante no sabía cuantos con exactitud pues el super soldado no tenía momento refractario así que le seguía dando duro sin detenerse.

Estaba en la eterna tortura de ser llevado al borde del orgasmo y dejado ahí por Steve quién sabía perfectamente cuando detenerse.

Ocho veces ya era suficiente así que salió del castaño, escuchando al alfa gemir por la perdidas. Lo había cambiado de posición dos veces durante el castigo así que ahora el Barón se encontraba bajo él. Miró la ereccion que éste tenía entré sus piernas y pensó que el castaño ya había aprendido la lección. Introdujo dos de sus dedos con facilidad y comenzó a atacar la próstata hasta que con un largo gemido Zemo se corrió manchando su propio vientre.

Le tomó algunas minutos recomponerse y procesar lo que había pasado.

Apoyó su cabeza sobre el hombro de Steve- No me quejo de la cogiada a lo bestia que me acabas de dar pero... ¿En que momento te llamé gordo?- Eso de gordo le sonó a una excusa barata (Que Steve no necesita dar para jugar rudo con él), pues no recordaba eso.

-En la mañana dijiste que se me nota más- Dijo posando una mano sobre su vientre- Yo no quiero estar gordo.

Zemo suspiró profundo y abrazó al rubio- No estás gordo, solo tienes a tu cachorrito dentro. Estás perfecto luces hermoso- Liberó sus feromonas para calmarlo. - Aún si va a pasar esto cada vez que te diga "gordo" quizás lo diga más seguido- Bromeó.

-Idiota- Murmuró enterrando su cuello en del alfa.

No estaba preocupado, pero ahora sabía que el rubio había llegado a esa parte del embarazado  dónde debía cuidar cada palabra de lo que decía.

El cachorro del capitán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora