𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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Harry estaba terminando de preparar unas galletas para ir a visitar a Bridgett; tenía meses sin ver a su mejor amiga y de verdad la extrañaba.

Ese día estaba algo... Molesto.

Louis y el habían discutido un poco en la mañana, pues el alfa seguía teniendo más al cachorro y no se lo dejaba casi nada de tiempo, le había dicho que solo era jugando y que no se enfadara, pero Harry sabía que no era así.

— Omega... — Lo llamó Louis por tercera vez mientras lo veía empacar las galletas en su mochila — Harry, por favor, estaba jugando.

— No, Louis, no estabas jugando y lo sabes — Cerró la mochila — ¿Que les pasa a ustedes dos? Tus jueguitos ya no me están gustando.

Louis siguió al omega hasta la salida, con el bebé en brazos.

— Harry, no te vayas, te juro que no es mi intención...

— Mami — Balbuceo el cachorro, Harry se devolvió para mirarlos a ambos.

— Me voy a ir, Louis, estaré en casa de Bridgett hasta que yo quiera y tu vas a cuidar a nuestro cachorro para ver si te parece tan fácil.

Harry se giró y camino hasta casi salir del jardín.

Louis se puso nervioso y algo celoso, dio unos pasos tras de el.

— ¡Iras a una casa donde hay dos alfas! — Gruñó, cuando lo vio caminar por la acera de la calle.

— Si pues, tal vez ellos me den la atención que merezco — Gritó, y dobló la esquina, desapareciendo de su vista.

Louis aferro a Aris a su cuerpo y el cachorro lo miró.

— ¿Mami?

— Tu mami se va... La hemos cagado, cachorro — Se pasó las manos por la cara frustrado y vio a Aris mirándole la boca y tratando de repetir sus palabras.

— Ca... Cac

— ¡No, no, no! No digas eso por favor — Le tapó la boca — Cielos... Soy un mal alfa, y un mal padre.

Aris le dio un beso en la mejilla y se acurrucó en su cuello.

Ambos entraron de nuevo a casa.




Harry llegó a casa de Bridgett casi media hora después, ella vivía junto a Liam en una pequeña casa que habían comprado entre los dos y era muy bonita.

Los dos estaban acostados en la cama de la alfa mientras comían hamburguesas y las galletas del omega, por supuesto, Harry estaba muy sentimental.

—... Es que no lo entiendo, ya habíamos hablado y se supone que estábamos bien, pero parece que quiere hacer una competencia entre ambos por el cachorro... Cielos es su culpa — Mordió la hamburguesa, mientras ahogaba el nudo en la garganta.

— ¿Quieres que le rompa la cara? — Preguntó Bridgett.

— ¿Que? No, claro que no... Es un poco tonto pero... Estamos aprendiendo... Aunque necesito que esto se solucione de verdad ¿Que pasará cuando mi cachorro sea más grande? — Preguntó, preocupado.

— Lo ves, una paliza hoy, para no sufrir mañana, es lo que siempre digo.

— Bridgett — Regañó.

— Está siendo un idiota total, cielos, merece que vaya y le dé unos cuantos golpes para acomodarle las ideas — Mordió una galleta con coraje.

— Los dejé solos en casa — Sonrió, con un tantito de malicia — Serán un caos.

Bridgett sonrió y asintió, para luego acariciarle el brazo.

milky lou • omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora