• 𝕁𝕖𝕒𝕟 𝕂𝕚𝕣𝕤𝕔𝕙𝕥𝕖𝕚𝕟 •

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene temas para mayores de 18, se recomienda discreción.
𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝.
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Era el año 850, y todo lo que habías tardado tanto tiempo en construir se estaba destruyendo, tu madre había sido devorada por los titánes frente a tí, tu padre estaba entre los tantos hombres de las tropas estacionarias que se encargaban de proteger la muralla que oh! Que mala suerte acababa de ser destruida y a tu hermanito menor no lo encontrabas por ninguna parte, era la segunda vez que aparecía el titán colosal y destrozaba la muralla nuevamente después de tanto tiempo. La verdad no te importaba tu vida, para tí sabías lo horrible que era el mundo con ya 15 años de edad, pero claro que te importaba la vida de tu pequeño hermano.

Es decir, ni siquiera había vivido, tenía apenas 8 años de edad, nadie tiene una vida con tan poco tiempo. Estabas buscando hasta que escuchaste un grito desgarrador de algún infante y ahí lo viste, llorando de rodillas frente a un titán de al menos 9 metros de altura.

- KEI! - corriste a su ayuda, estabas a punto de llegar pero entonces viste como un titán de detrás se lanzó hacia tu hermano que gritaba desesperado y aterrado ante el dolor que sentía, ese monstruo acababa de destrozarle la parte baja de su pequeño cuerpo con su agarre, tu tratabas de salvarlo pero el miedo era un enemigo demasiado fuerte, pero al ver como tu hermano te gritaba palabras que apenas escuchaste comenzaste a correr al lado contrario, escapando de ahí mientras escuchabas como devoraban al menor...te dolía, soltabas lágrimas de la impotencia de no poder hacer nada para salvar a tu pequeño hermano.

Ya bastante lejos de ahí no veías a nadie cerca, así que subiste al techo de una casa aún con lágrimas en los ojos que limpiarte rápidamente, nunca en tu vida habías permitido que nadie te viera llorar y esta no sería la excepción.

Desde ese lugar lograste observar como por la pequeña apertura que había entre la muralla María y la Rose la gente estaba amontonada. Se peleaban entre ellos y, a lo lejor lográste divisar como unos chicos que parecían ser soldados estaban sobre los techos, eran poco y sinceramente no te agradaba mucho la idea de pedir ayuda.

Estabas apunto de gritarles por ayuda dejando tu orgullo de lado pero miráste como un titán de 7 metros se acercaba a tí y tú por instinto al verlo gritaste pero, en seguida el miedo que te hizo hacer eso se dispersó. Lo único que sentiste fué odio y tristeza, lo pensaste por unos segundos "¿Realmente vale la pena seguir viviendo? Ya no tengo nada ni a nadie ¿Estará bien que pueda morir y descanzar en paz?" Esas palabras se repetían en tu cabeza como un disco rayado.

Finalmente luego de ese pequeño duelo mental lo decidiste; no valía en lo absoluto la pena vivir.

Observaste como el titán se acercaba a tí con una sonrisa retorcida en el rostro que a cualquiera la daría escalofríos, pero tú no eras cualquiera. Viste como al quedar frente a tí alzaba su gigantesca mano para tomarte y finalmente, devorarte.

O eso creías hasta que viste como puso una rara expresión en su rostro que no lograbas desifrar hasta que viste como caía de frente a punto de aplastarte mientras tu solo mantenías tu expresión neutral, lista para morir. Al menos hasta que lo escuchaste.

- HEY! CUIDADO NIÑA!! - por instinto, rápida y agilmente te moviste a un lado, al ser la hija de uno de los soldados más fuertes de su escuadrón tu padre te había enseñado a como pebsar rápido y te había entrenado desde los 11 años cuando consideró que sería lo mejor. Volvamos al presente, buscaste la voz que te había gritado luego de ver que el titán que creías sería tu asesino caía muerto al suelo.

♡~ 𝑂𝑛𝑒-𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑒 +18 ~♡   [𝑃𝐸𝐷𝐼𝐷𝑂𝑆 𝐶𝐸𝑅𝑅𝐴𝐷𝑂𝑆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora