Capítulo 2.

346 47 41
                                    

Si bien no tenía nada ni a nadie en su ciudad y aunque siempre fue un niño y adolescente de casa tendría que hacerse cargo desde ahora en adelante de él mismo, quería olvidar todo, dejar todo atrás y comenzar desde cero una vida nueva pero ¿cómo?... Sus pensamientos invadían su mente mientras estaba en una parada de autobús esperando que pasara el transporte alguna hora, esperaba que pasara pronto porque le daba miedo estar ahí aunque habían más personas sentados a sus lados el estar en la noche sin conocer a nadie en una parada de autobús era peligroso, era una noche que hacía frío y justamente estaban en invierno, algo peor? No tenía mucho dinero, tenía hambre, su barriga pedía a gritos comida, tenía mucho frío, no tenía familia, no tenía a donde ir, no tenía nada, era realmente difícil estar tranquilo en una situación así sin ayuda de nadie.

Sus lágrimas bajaban por sus mejillas una tras otra, quería mantenerse lo más tranquilo que podía pero era imposible no preocuparse, estar nervioso y con miedo, no quería pasar vergüenza mientras lloraba frente a otras personas, su mamá siempre decía que los hombres nunca debían llorar cosa realmente tonta, tanto hombres como mujeres, bebés, niños, niñas, adultos y viejos son humanos que tienen sentimientos y emociones.

Por lo menos no era el único que estaba sentado en la parada y no se sentía con tanto miedo en ese momento pero, cuando llegara a la otra ciudad que haría? Buscaría un hotel...no, un hotel no porque era muy caro, un cuarto, era pasable pero que miedo... Suspiró y pensó la situación, la verdad no era momento de tener miedo, pues era inevitable pero no era el momento ya que se tenía que valer por sí solo de hoy en adelante.

Sentía miradas sobre él y es que el único que no se había dado cuenta de lo mal que estaba era él mismo.

—Lo siento mucho... perdón por incomodar

Tomó su cabeza apoyando sus codos en sus rodillas de tal manera que quedara su cabeza escondida, era muy penosa la situación para él la verdad.

Eran totalmente desconocidos los del al lado pero sintió una mano en su espalda en forma de apoyo, agradecía eso aunque no supiera la situación el desconocido, lo agradecía de todo corazón.

Pasaron las horas y al marcar las once de la noche estaba pidiendo, o más bien, rogando una sola habitación, la más barata que tenía el hotel, había pasado por la ciudad preguntando de hotel en hotel cuánto le cobraban por una habitación pero todo sobrepasaba su presupuesto y en dónde estaba también lo pasaba pero no por mucho, estaba cansado, ansioso, con miedo y su ropa empapada de la lluvia.

—Es solo u-una habitación, se lo ruego...

—No joven, no puedo, el protocolo dice que-

—Solo le pido la ha-habitación más barata por favor, no tengo más dinero ni a quién acudir

—Joven entienda, lo siento mucho por su situación pero no puedo, esto es un hotel reconocido y no aceptamos cualquier persona menos cuando no tiene el dinero completo.

—Por favor...

Taeyong estaba desesperado, si le seguían negando la habitación no sabía que iba a hacer con el aguacero que caía en aquella noche fría, estaba cansado y tenía mucha hambre pero eso lo haría de lado, la verdad no era prioridad en ese momento.

Sus lágrimas no dejaban de caer, si la señora se pondría en sus zapatos lo entendería y le daría la habitación sin pensarlo.

—Que no y si sigue así de necio llamaré a seguridad.

—Señora per-

—¡Seguridad!

Pánico era poco a comparación de lo que su cuerpo empezó a sentir, era muy injusto todo lo que le estaba pasando si tan solo lo hubieran aceptado por solo unas horas...

—¿Que pasa?

Taeyong volteó a ver hacia su izquierda, se estaba acercando hacia la recepcionista un hombre más alto que él, una voz gruesa, era muy guapo y bien vestido, se veía de dinero, seguramente era alguien importante, personas tan elegantes viviendo en ese hotel y él estaba rogando por una habitación barata, estaba comenzando a sentirse apenado.

—No es nada joven Jeong, perdón por el escándalo.

—Pregunté que pasaba Dina.

—Lo siento, es que aquí el muchachito este está haciendo escándalos para que le demos una habitación pero no tiene el dinero completo, le advertí que se rindiera pero no hizo caso entonces estoy pidiendo a seguridad que lo saquen, está haciendo escándalo y eso aquí no es permitido.

Taeyong sintió una mirada sobre él, el más alto lo estaba analizando con la mirada de arriba abajo.

—¿Y cuánto es lo que ofrece por la habitación?

—Poco más de la mitad.

—¿Y por cuántos días?

—No...lo sé.

—Eso es una pregunta principal Dina. ¿Tendré que hacer tu trabajo?

El joven Jung solo resopló, se notaba cansado y ahora estaba lidiando con una situación que ni al caso con él.

—¿Cuántos días se quedará niño?

Taeyong miró al más alto, se había dirigido a él por niño, ¿tan pequeño era?...¡Ash! No era momento de pensar en otras cosas que no fueran importantes.

—No mucho, so-solo esta noche o lo que queda de noche...

—Bien, pague con lo que tiene — dirigió su mirada a Taeyong aún serio y volteó a Dina hablando más bajo— Yo pagaré lo que falta, búscale la habitación ya.

Taeyong observó todos los movimientos de ambas personas, la recepcionista tecleaba en su computadora y el más alto sacaba una tarjeta de su billetera, ¿Que hacía? No lo sabía pero se apuró de sacar el poco dinero que le había quedado, eso sí, pagaba la habitación y quedaba prácticamente en ceros, verá que hará después, ahorita lo importante era pagar e ir a pensar en un lugar más cómodo y seguro como lo iba a ser su habitación.

—Oh, tal parece que no hay ninguna habitación disponible en este momento, estamos llenos en su totalidad.

¿Que? ¿Por qué a mí? ¿Algo podía salir peor? ¿Pero por qué justo ahora? ¿Ni una sola habitación quedaba? Eran las preguntas que se repetían en la cabeza de Taeyong, parecía haber resuelto su noche pero se había equivocado.

—Bueno, se hizo el intento. —El más alto guardó su tarjeta en su billetera y miró una vez más a Taeyong— Suerte.

Taeyong miró nuevamente a la recepcionista sin saber que haría ahora, empezaba a rogarle otra vez, pero era una idiotez, ¿que se podía hacer cuando estaba lleno todo? Nada.

El joven Jeong al caminar al ascensor solo oía sollozos por parte de aquel chico, pobre niño pensó en sus adentros pero no podía hacer nada más, había hecho el intento y no salió con éxito.

—¡Seguridad!

Jeong siguió adelante con su camino hacia al ascensor oyendo lloriqueos desesperantes provenientes de Taeyong, también escuchó aquel aguacero que caía con fervor afuera y algo dentro de él no quería darse por vencido con aquel chico, quería hacer algo y tal vez ese niño no era simplemente alguien más.

Sin poder decidirse su boca se abrió y las palabras solo salieron dándose vuelta.

—Detente. — le dijo al guarda.  — él vendrá conmigo.

×××

×××

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑀𝓎 𝒪𝓃𝓁𝓎 𝐸𝓍𝒸𝑒𝓅𝓉𝒾𝑜𝓃 ||𝓙𝓪𝓮𝔂𝓸𝓷𝓰||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora