Capítulo 4.

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La luz de la mañana entraba por el gran ventanal de la sala, Taeyong oía a lo lejos ruidos de cocina o eso creía ya que al abrir los ojos volteó hacia un lado y miró al chico alto que lo ayudó la noche anterior preparando desayuno, ¡Que vergüenza! Por lo menos hubiera podido madrugar y arreglar la sala, seguramente lo miró dormir y ¡Quién sabe cómo! Solía dormir de muchas formas raras o cuando despertaba sentía baba, eso significaba que había dormido con la boca abierta, ¿Será que también tuvo mala suerte esta vez y había estado durmiendo así? ¡Ay no, no no no! No podía dejar de repetir el no en su mente pero tenía mucha vergüenza y estaba muy apenado, tanto que no se había dado cuenta el dolor de cuerpo y cabeza que tenía.

—Hey, despertaste. Quedó un poco de desayuno por si quieres.

Taeyong se avergonzó más al ver al chico ya bañado y desayunando pero aceptaba el desayuno, por más pena que le diera moría de hambre, así que se dispuso a levantarse y se dió cuenta del dolor de cuerpo que tenía, ¿Fue por qué era muy duro el sofá cama? Seguramente pero no le importaba, durmió muy bien, estaba tan feliz que no le dió mucha importancia y se fue a sentar a la mesita de dos sillas que había para comer.

Sorprendentemente el desayuno estaba servido, seguramente no quería que le tocaran sus cosas y con razón pero lo que importaba ahora era que se veía delicioso y olía mejor, no aguantó más y comió, los sabores se dispersaron por su boca y es que no había nada que supiera mal, sabía todo muy rico, sentía que estaba en la película de Ratatouille cuando Anton Ego probaba nuevamente la receta que hacía su mamá, sentía que salían fuegos artificiales a su lado de lo delicioso que sabía pero todo acabo cuando el contrario habló.

—Hey.

—¿Si?

—Quisiera saber que tipo de persona se está quedando en mi casa.

Bueno, era una pregunta muy personal ¿No? Pero no dudó en responder pues le estaba hablando el que lo salvó la noche anterior.

—Oh si claro, bueno mi nombre es Lee Taeyong, tengo 24 años recién cumplidos, estoy estudiando en la universidad de las artes para ser un bailarín profesional, aunque muchas personas no lo consideren una profesión pues lo es y vengo de una familia buena.

—¿Y que hacías anoche solo? ¿Estás de paso?

—No, problemas personales con mi mamá y hermana.

—Entiendo. ¿Y que harás ahora?

—Necesito buscar empleo y un lugar donde vivir pero será difícil en mis condiciones, si una recepcionista no me quiso recibir no me imagino el jefe de un trabajo

—Será algo difícil pero no imposible.

Taeyong sonrió un poco pues tenía razón, no era algo imposible y si se lo proponía lo encontraría.

El silencio siguió pero no era un silencio incómodo, más bien era agradable, el contrario usaba su celular y tecleaba mientras él comía, seguro era un hombre o joven muy ocupado, se vestía bien pero tampoco muy elegante, no mentiría, era guapo pero tenía pinta de ser el popular.

Bueno eso no importaba, entre tanto silencio su cabeza lo traicionaba y pensaba cosas que no importaban, mejor disfrutaría cada cucharada que comía de desayuno, aunque estaba un poco incómodo, su nariz estaba escurriendo agua y eso solo pasaba en dos ocasiones, la primera era cuando lloraba y la segunda cuando estaba enfermo...oh oh, ahí venía un estornudo, se apuró a taparse para no contaminar lo que estaba cerca y es que no podía estarle pasando eso justamente ahora.

—Salud.

—Gracias...

Y ahí venía otro y otro...y otro.

𝑀𝓎 𝒪𝓃𝓁𝓎 𝐸𝓍𝒸𝑒𝓅𝓉𝒾𝑜𝓃 ||𝓙𝓪𝓮𝔂𝓸𝓷𝓰||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora