Prólogo

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Naruto

Había comenzado a escuchar extraños ruidos que provenían del tejado del primer piso de mi casa. La ventana de mi habitación daba a él, pero tenía miedo de asomarme y que se tratase de un ladrón. Vivía solo y no quería tener que enfrentarme a una amenaza de ese tamaño.

Siempre cerraba las cortinas y le ponía seguro a la ventana. En la noche, mantenía las luces apagadas. No sé si eso era bueno o malo, porque no quería que supiesen que yo estaba allí solo. También podían creer que la casa estaba vacía de personas y querer entrar a robar de todas formas. Me daba pena llamar a la policía por unos simples ruidos que creaban una enorme película en mi cabeza.

Los ruidos en el tejado continuaron por noches enteras. Me preguntaba si a la casa del vecino le pasaba lo mismo. Nuestros tejados estaban muy juntos. No estaban pegados, pero no faltaba tanto. ¿Le ocurriría lo mismo? Tampoco era como que iba a ir a tocar el timbre de su casa y preguntarle, ¿o sí?

Eran nuevos. Hacía dos semanas que se habían mudado. Podría ir a darles la bienvenida al vecindario y, de paso, preguntar, pero... ¿qué tal si les arruinaba la impresión de un vecindario tranquilo? No quería volver a vivir al lado de una casa deshabitada que me daba miedo por lo solitaria y espeluznante que se veía. Bueno, era una réplica de la mía. Casi todo el vecindario tenía las mismas casas.

Ya que lo pensaba... No había visto a nadie entrar o salir de esa casa desde que había escuchado el camión de la mudanza y a los trabajadores de la empresa meter muebles adentro. No he visto a los vecinos ni por un instante. ¿Qué significaba eso? Yo me levantaba temprano para ir a la escuela, pero no veía a nadie salir a esa hora. Se suponía que era la hora en la que los adultos iban a trabajar. ¿Y si vivía una persona rara allí? Nadie salía al jardín tampoco. Sólo veía al cartero dejar paquetes o cartas en el buzón, pero no veía a nadie que las recogiese. Supongo que lo hacían, porque el buzón luego estaba vacío. Pocas veces veía las luces encendidas y no duraban más que unos pocos minutos.

Mi nombre era Naruto Uzumaki. Vivía al lado de una casa que se había mantenido vacía por años, pero alguien la había comprado y tenía un vecino muy raro, porque jamás lo había visto. También, desde hacía unas dos semanas, escuchaba ruidos muy extraños en mi tejado. ¿Me habrían embrujado los nuevos inquilinos? ¿Qué rayos estaba sucediendo?

Nota de autor: No soy muy experta escribiendo sobre el NaruSasu, pero lo intentaré. ¿Les gustó el prólogo?

Dulce & Extraño [NaruSasu. Yaoi Hard] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora