Capítulo III: "Estoy confundido"

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Naruto

El teléfono de Sasuke no dejaba de recibir llamadas y mensajes de un tal Itachi que, al parecer, era su hermano mayor. Había logrado calmar tanta insistencia respondiendo a uno de sus mensajes en donde estaba exigiendo saber dónde se encontraba mi gatito con un simple: "Estoy ocupado con mi tarea. Te contactaré más tarde". Al menos, por buen rato, no molestaría. Borré todos sus mensajes y las llamadas perdidas. No podía apagar el teléfono o sería sospechoso.

Preparé unos sándwiches a mi gatito para que me comiese. No sabía muy bien qué era lo que podía llegar a gustarle. Sólo esperaba que no se tratase de un gatito vegetariano o vegano.

Subí las escaleras a mi cuarto y lo vi dormido. Se veía bastante adorable. Saqué mi teléfono del bolsillo para tomar una foto. Hizo el ruido y él abrió los ojos.

—¿Qué haces...? —me preguntó algo sobresaltado, pero adormilado.

Se veía tan lindo. No pude evitar sonrojarme.

—T-Te veías muy lindo, dattebayo—le respondí y él me puso cara de gatito enojado.

Sasuke

El sonido de una cámara me había despertado. Lo que pude ver era a ese demente tomándome fotos con su teléfono. Eso me espantó un poco. Cada cosa que hacía este chico era cada vez más enferma.

—¿Qué haces...?

—T-Te veías muy lindo, dattebayo—se sonrojó al responderme y eso me confundió bastante.

Él era muy extraño. No me había obligado a nada de las cosas que yo había estado pensando que haría. Además de atarme y ponerme un estúpido collar, tenerme medio desnudo y sacarme fotos, no me había tocado un pelo y tampoco me trataba mal. Era un secuestrador un poco raro. Se sonrojaba seguido, actuaba nervioso, como si estuviese frente a la chica que le gustaba, e intentaba darme mis gustos.

—¿Puedes dejar de ser tan raro? —me mostré irritado ante lo de las fotos.

—Perdona. No volveré a hacerlo si no quieres, dattebayo. Sólo es que... tú me gustas, Sasuke—me sonrió aún más y se enrojeció hasta las orejas—. M-Me gustas mucho...

Su expresión causó algo extraño en mí. ¿Por qué estaba tan rojo y me decía esas estupideces? No le gustaba en serio, ¿verdad?

—¿Estás bromeando?

—No, yo...—se mordió el labio inferior—Tú en verdad me gustas mucho, pero no importa. Mira. Te traje algo de comer. No sé si te gusta, pero... lo hice con mucho amor—tomó una bandeja que había dejado sobre la cama y la acercó a mí.

—¿Qué es esto? ¿Le pusiste droga también? —me mostré desconfiado y agarré el vaso con jugo.

—No, para nada, dattebayo. Esta vez, no tiene nada. Lamento haber puesto drogas en tu bebida. No volveré a hacerlo jamás—me dijo mostrándose muy apenado, pero no sabía si creerle.

Después de todo, me tenía secuestrado. ¿Por qué creería que realmente estaba arrepentido si no me soltaba?

—No sé si te gusta la carne o el tomate. No tenía lechuga, pero sí un poco de queso y...—lo interrumpí en su balbuceo.

—Así esta bien. Ya tenía hambre. ¿Planeabas matarme de hambre o qué, usuratonkachi? —tomé el sándwich y lo mordí sintiendo mucho alivio por poder probar algo de comida después de mil horas.

—Perdóname por eso. Es que, como estabas muy alterado antes, pensé que sería bueno dejarte solo un rato y darte espacio—se sentó a mi lado en la cama.

Dulce & Extraño [NaruSasu. Yaoi Hard] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora