❅ | Christmas Day

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No he podido pegar ojo en toda la noche por lo que, tras darme una buena ducha y recoger mi habitación, he decidido ir un poco antes al aeropuerto

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No he podido pegar ojo en toda la noche por lo que, tras darme una buena ducha y recoger mi habitación, he decidido ir un poco antes al aeropuerto. Aunque me despedí de mi prima y de mi abuela anoche, he pasado antes de irme por su habitación para darles un beso. Luego he vuelto a detenerme en la habitación de Jacques y Zoé y les he dejado sus regalos de Navidad. Quizá no les vuelva a ver, pero al menos me quedaré tranquila sabiendo que se llevarán un recuerdo de mí.

Lo único bueno es que no he tenido ningún problema con mi maleta y que a mis padres les ha hecho mucha ilusión cuando he aparecido para comer con ellos.

—¡Charlotte! Por fin te dignas a aparecer —escucho decir a Cindy cuando me ve entrar al local que hemos alquilado para la fiesta, en pleno centro de Londres. Todavía no ha empezado, pero hay movimiento por todos lados. Me agarra del brazo y me lleva a un lugar más reservado—. Monísima. Por cierto, hoy anunciaré al próximo director creativo y quiero que me hagas un favor.

—Hola, Cindy —hablo cuando por fin deja un hueco de silencio—. ¿Leíste mi propuesta de la juguetería? La actualicé y se la mandé...

Ella vuelve a ignorarme, haciendo gestos con la mano, lo que me saca completamente de mis casillas, pero intento controlarme.

—Tienes que vigilar que los camareros sirvan copas constantemente, es primordial que los invitados, sobre todo los más importantes, tengan siempre algo que beber —añade, dándome un codazo cómplice en el costado.

—¿Dónde está Matthew?

—Él se está encargando de arreglar las mesas, ha habido un problemilla con los centros y...

Dejo de escucharla en el momento en que mis ojos se fijan en toda la decoración del interior. Los colores dorados, las velas y los ángeles. Los adornos en las mesas tal y como yo sugerí. Incluso el techo, con la luz tenue y cientos de diminutas bombillas iluminando la estancia. Es mi diseño, yo creé esto.

—Matthew ha hecho un gran trabajo, ¿verdad? —vuelve a hablar y me giro violentamente hacia ella, quien me mira con una sonrisa de orgullo.

—Sin duda —admito, frustrada y enfadada, y me alejo de ella para adentrarme en la sala. Las mesas redondas están colocadas de tal modo que forman un copo de nieve con seis puntas. Cuando veo a Matthew, este me recibe con una sonrisa de suficiencia tan falsa como su nariz—. Un trabajo impecable, te felicito.

—¿Verdad? Al menos algunos tenemos talento —responde cortante, pero fingiendo un tono alegre.

—¿De dónde conseguiste la idea? ¿La Cosmopolitan? ¿En ella hablaba de cómo robar las ideas a tu compañera?

—Las ideas están en el aire, bonita. Yo solo las aprovecho.

Sus cejas alzadas y su pelo repeinado hace que me entren ganas de darle una bofetada. La rabia se apodera de mí y suelto lo primero que se me pasa por la cabeza.

Doce días para Navidad © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora