Jacques no está cuando despierto. En su lugar, hay una nota en el lado donde ayer descansaba su cuerpo desnudo.... ¡Y vaya cuerpo! Creo que no he dormido mejor en mi vida después de toda la actividad, pero ahora siento todo mi cuerpo agotado.
—Buenos días, ma chérie —leo en la nota que Jacques me ha dejado y se me escapa una sonrisa.
Me pide que esté lista en la entrada una hora antes de la comida. Me estiro en la cama, emocionada y acabo enredada entre las sábanas. De repente, alguien llama a la puerta y, en un intento de salir, acabo en el suelo.
—¡Ya voy! —grito tras escuchar repetidas veces los golpes en la puerta. Me levanto del suelo con la sábana enrollada y abro un poco la puerta, escondiéndome tras ella, no quiero que me vea desnuda—. ¿Qué pasa?
—Buenos días a ti también —responde Juliet con el ceño fruncido e intenta abrir más la puerta para pasar, pero se lo impido—. ¿Eres tonta? Déjame pasar.
—Lo que sea puedes decírmelo desde ahí.
Me apoyo en la puerta y ella se queda observando el interior. La habitación está demasiado revuelta. Entonces, Juliet suelta un grito ahogado y se empieza a reír.
—¡Lo sabía!
—¿El qué? —finjo que no la entiendo y ella me sonríe con las cejas alzadas. No puedo disimularlo más y suspiro—. Ha sido increíble, Jul.
Me hago a un lado y la dejo pasar. Observa toda la habitación y acaba sentándose en la silla del escritorio.
—En realidad he venido para que me ayudes, ya me contarás todo después.
—¿Qué necesitas? —contesto sentándome en la cama, tras haberme enganchado bien la sábana.
—La abuela nos ha abandonado, no hace falta decir dónde está. —Juliet niega con los ojos en blanco. Con Wallace, estoy segura—. ¿Me puedes ayudar con la cena?
—¿Ahora? —contesto, mirando el reloj del móvil.
—¿Quieres cenar ahora? —añade algo alterada, se la nota nerviosa. Se levanta y pasea por la habitación—. ¿Después de comer te viene bien?
Tras aceptar, Juliet se marcha corriendo, gritando lo mucho que le queda por hacer todavía. Al cabo de un rato, se empiezan a escuchar los villancicos de todos los días y a ella cantando de fondo. Por lo menos está alegre.
Me doy una larga ducha y en poco tiempo estoy lista para la ¿cita? con Jacques.
—¡Charlotte! —exclama Zoé nada más verme y echa a correr hacia mí para darme un abrazo. La cojo y empiezo a dar vueltas con ella entre risas. En ese momento, Jacques aparece.
—¿Estás lista?
Al verle de nuevo siento que las piernas me tiemblan, pero trato de disimularlo.
—Exactamente, ¿para qué? —pregunto algo confusa por ese halo de misterio que le ronda.
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Doce días para Navidad © |COMPLETA|
RomanceLa Navidad se acerca y en el hostal Serendipity tienen todo perfectamente planificado. Todos los años realizan un campamento con varias actividades para avivar el espíritu navideño. Quién le iba a decir a Charlotte que se iba a pasar sus vacaciones...