—Aerosol —digo con seriedad mirando a August. Él se lleva la mano a la barba y empieza a hacer ruidos, pensativo. Mientras tanto, Priscila ya tiene la palabra en el móvil y me la enseña por si dice algo distinto.
—Sustantivo. Es una suspensión de partículas ultramicroscópicas de sólidos o líquidos en el aire u otro gas.
—Sí, igual —me susurra Priscila.
Hemos venido los tres a comer a donde la última vez. Hoy he preferido algo más ligero para compensar todos los dulces que estoy comiendo.
—¡Lo tengo! —habla Marlene, mirando junto a Priscila la enciclopedia que nos ha dejado la dueña del restaurante. Últimamente, las dos chicas no se han separado y estoy empezando a pensar que puede que haya algo entre ellas. Al menos Marlene sí parece interesada. A Priscila todavía no la he conseguido pillar—. Mácula.
August se queda mirándola con el ceño fruncido.
—¿Te refieres al término astronómico o anatómico?
—Que te den, August —replica Marlene bromeando. Somos incapaces de vencerle.
—A los dos —añade Priscila interesada.
—En astronomía se trata de cada una de las partes oscuras que se observan en el disco del Sol o de la Luna. Mientras que en anatomía es una mancha amarilla en la retina, que incluye la fóvea y que contiene gran cantidad de conos para la percepción de los colores.
—Increíble —aplaudo con asombro—. Me rindo a tus pies.
Marlene y Priscila se ríen. Cuando acabamos de comer y regresamos al hostal, Juliet nos espera en la puerta.
—Esta actividad ha cambiado un poco a petición de uno de los huéspedes.
Zoé da saltos de alegría mientras salimos de nuevo al exterior. No he hablado todavía con Jacques de lo que ocurrió anoche y creo que ahora es el mejor momento para hacerlo.
Ryan nos lleva hasta las afueras del pueblo, donde está la granja de los hermanos Moore, dos ancianos adorables que todos los veranos nos dejaban a Juliet y a mí cuidar a sus ovejas bebé. Nosotras nos pensábamos que eran como niños y una vez incluso las vestimos.
—Esto es... apestoso —dice Priscila tapándose la nariz. Huele bastante mal, sí.
Estos últimos años, al parecer, la granja se ha hecho mucho más grande. Ahora no solo tienen ovejas. También hay vacas, cerdos, caballos y gallinas.
—¿Qué tenemos que hacer? —pregunta Rose acercándose a Ryan.
—Ordeñar, cuidar y alimentar a los animales.
Escucho cómo Priscila hace un sonido de desagrado que lo intenta disimular rápidamente con una sonrisa. Hoy lleva unos pantalones blancos y botas con tacón, nada adecuado para esta actividad. Estoy segura de que esos pantalones volverán marrones.
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Doce días para Navidad © |COMPLETA|
Roman d'amourLa Navidad se acerca y en el hostal Serendipity tienen todo perfectamente planificado. Todos los años realizan un campamento con varias actividades para avivar el espíritu navideño. Quién le iba a decir a Charlotte que se iba a pasar sus vacaciones...