Capítulo 14

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"Una chica no cumple treinta todos los días" a pesar de la calma aparente en su voz y su compostura, Natalia estaba perdiendo rápidamente la valentía que había reunido para este escenario en la habitación de Alba. Nunca antes había estado de este lado de la seducción, pero era embriagador. Alba sostuvo su mirada mientras cruzaba lentamente la habitación, agachándose para colocar una mano tranquilizadora sobre su rodilla. "Tenerte aquí era todo lo que quería para mi cumpleaños" El contacto de su mano era como fuego que atravesaba su ropa. Esta era la noche en que ella y Alba se acostarían juntas, la noche en que sellarían su amor. Pero Natalia temía que había llegado tan lejos como podía por su propia voluntad. Alba pareció percibir su nerviosismo, agarró el móvil de su mano y lo colocó sobre la mesa de noche. Entonces agarró las dos manos de Natalia y la levantó para darle un abrazo tranquilizador.

Siguió con un beso tierno que rápidamente se volvió más profundo y apasionado. Esta vez no sería necesario contenerse. Alba terminó el beso y tomó la mano de Natalia para colocarla en su pecho palpitante "Esto es sólo una de las cosas que me haces" Natalia le devolvió el gesto, tomando la mano de Alba para llevarla al cuello abierto de su camisa, sabiendo que encontraría el rápido latido de su corazón, que hacía juego con el de ella. Bajó su mirada cuando los dedos de Alba aflojaron los botones de su camisa y empujaron el cuello hacia atrás, revelando la parte superior de su sostén de encaje. Entonces Alba presionó sus labios en el valle entre sus pechos, mientras sus hábiles manos sacaban suavemente su camisa liberándola. 

La expectación de a donde vagarían las manos de Alba murió cuando ella dió un paso atrás. Sin un rastro de timidez, Alba se quitó los zapatos, los vaqueros y el suéter, quedándose en bragas negras y un sujetador a juego.Natalia nerviosamente imitó sus movimientos, quitándose sus pantalones y dejándolos sobre el brazo de la silla junto con su camisa. Entonces llevó sus manos detrás de ella para desabrochar su sujetador."Déjame hacer eso" Alba se adelantó y pasó las yemas de sus dedos sobre la piel de Natalia, dejando un rastro de piel de gallina cuando llegó detrás de ella para encontrar el broche. Cuando lo soltó, el sujetador se deslizó libremente de los hombros de Natalia y cayó al suelo. Alba levantó ambas manos para acariciar sus pechos y luego llevó su rostro una vez más hacia su pecho, esta vez rozando los nudillos contra un pezón que se endureció al instante "Sabía que serías perfecta" murmuró ella presionando sus labios sobre la piel. Su lengua se movió suavemente sobre el pezón antes de atraparlo dentro de su boca.

Natalia sintió que sus rodillas se debilitaron. Alba debió notarlo porque presionó su mano en la parte baja de su espalda, como apoyo. Natalia se estremeció de emoción cuando el aliento de Alba refrescó su piel húmeda. Desesperada por más deslizó sus dedos por el cabello de Alba y la sostuvo firmemente en su lugar. Alba suavemente amasó el otro pecho antes de devorarlo. Luego envolvió sus brazos alrededor del cuello de Natalia y la atrajo para otro beso. Natalia amaba la sensación de la cálida piel desnuda de Alba en sus brazos y contra su torso desnudo. Nunca había estado tan excitada y no había ni una fibra dentro de ella que dudara que pertenecía aquí con ella. 

Alba terminó el beso y sin mediar palabras llevó a Natalia al borde de la cama. Natalia se sentó y observó cómo Alba se quitaba primero el sujetador y luego las bragas. Su cuerpo desnudo era mucho más hermoso de lo que ella había imaginado desde su noche del interludio por teléfono. Abrumada por la necesidad de tocarla, pasó sus manos por la cintura de Alba deslizando sus dedos a los lados de sus pechos. Ahora se daba cuenta que había deseado hacer esto, desde ese día en el barco. Recordando perfectamente la necesidad que Alba había descrito en el teléfono...la visión que había dominado sus pensamientos desde aquella noche...Natalia tiró de ella suavemente hacia la cama y la guió acostándola sobre las almohadas. Con ambas manos, Alba atrajo su rostro hasta que se reunieron una vez más en un beso hambriento. Mientras la lengua de Natalia entraba profundamente en la boca de Alba, su mano se apoderó de un pecho que acarició maravillada, asombrada de encontrarlo suave y firme al mismo tiempo. Cuando el pezón se endureció en sus manos, se sintió abrumada por la urgencia de cubrirlo con su boca. Natalia bajó la cabeza y succionó un pezón entre sus labios, desplazándolo con su lengua rígida como Alba había hecho hacía unos momentos. Alba gimió de placer, Natalia  hizo todo lo que pudo para resistir morderlo con fuerza. Abandonó el pezón y regresó por otro beso. 

Shaken- AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora