Capítulo 2

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La peor parte era que estaba completamente oscuro. O tal vez la peor parte era el latido en su cabeza justo por encima de su ojo. Rodando sobre su costado, Alba trazó con su dedo índice el borde de la gran herida responsable de la masa pegajosa en el lado izquierdo de su rostro. No tenía idea de cuánto tiempo había estado inconsciente. Esto era su culpa por preguntar qué más podría salir mal. "Sólo estaba frustrada. No tenía la intención de que fuese un desafío" Lo que pasó después de eso estaba confuso. Cuando el suelo bajos sus pies comenzó a temblar, se sostuvo en la puerta. A partir de ahí, sintió que su cabeza fue arrojada hacia los espejos que hacían ángulo entre las dos paredes del vestidor. Mientras yacía sobre el suelo tambaleante, su último pensamiento antes de perder el conocimiento fue preguntarse si la empleada ya habría cargado su tarjeta de débito, porque si no hacía la transferencia desde su cuenta de ahorros, el cheque emitido al juez Evans iba a rebotar. 

Alba se sentó y trató de orientarse a su entorno oscuro. Odiaba los entornos oscuros. A tientas por el suelo, localizó la blusa que tenía la intención de comprar y se la llevó a la herida, presionando con fuerza para detener el sangrado. Su ojo estaba adolorido e hinchado y sin duda lleno del polvo que había visto volar desde los paneles de yeso que vió desmoronarse antes de que las luces se apagaran. Alargó la mano para orientarse. Había vidrios por todas partes. Los espejos, pensó. El piso...si es que todavía era piso...estaba desigual y la pared a su derecha estaba resquebrajada. Sabía que era una pared de espejos, al sentir algunos de los fragmentos irregulares que permanecían.

Detrás de ella, el lugar que recordaba estaba detrás de la tienda, ahora era un muro de bloques expuesto y se inclinaba hacia ella. "¿De dónde diablos salió eso?" preguntó en voz alta, sin expectativas pero con la esperanza de escuchar una respuesta. Parecía que Alba todavía estaba en el pequeño vestidor, lo que era así. A su izquierda había otra pared y reconoció delante de ella la textura de la puerta plegable de madera astillada. Eso significaba que el camino de regreso a la parte principal de la tienda estaba a través de la puerta y en línea recta. Pero ¿dónde estaba la luz? Incluso aunque la energía eléctrica había colapsado, había un atrio en el centro comercial que debería proporcionar un poco de luz. Tal vez había estado inconsciente durante largo rato y ya era tarde. Lástima que no llevaba su reloj deportivo, el que tenía luz de fondo. No, ese no encajaba con su ropa de Juzgado. 

 "¿Hay alguien aquí?" Silencio. Esta vez más fuerte "¡Hola! ¡Alguien aquí!" Alba se esforzó por escuchar algún sonido. Nada. Luchó por ponerse de pie, golpeando su cabeza fuertemente con el techo que había caído a una altura de menos de cuatro metros. El suelo irregular y el techo bajo hacían difícil que se moviera por la oscuridad, pero se abrió paso a lo largo del margen del pasillo y emergió sobre sus manos y rodillas a través de la puerta de entrada en lo que suponía era el almacén principal. Una vez más gritó "¿Hay alguien aquí?" Desde su posición en cuclillas, se dió cuenta que el suelo justo delante de ella ahora estaba inclinado hacia abajo y cuando deslizó sus pies hacia delante en dirección de lo que creía era la entrada, se detuvo en el fondo de una grieta. 

 Los estantes de ropa se habían apilado donde el suelo había cedido y perdió el equilibrio cuando sus pies se enredaron con las prendas de vestir, los soportes colgantes y los estantes metálicos. El olor de tierra fresca era fuerte y Alba supuso que el suelo se había abierto literalmente a través de la parte inferior de la tienda. Sabía por haber vivido toda su vida en California...veintinueve años...que se trataba de un terremoto muy significativo y probablemente estaba cerca del epicentro. Tenía suerte de estar viva. Tanteando hacia adelante, su mano fue a parar contra un muro de tierra. Se dio cuenta que el centro comercial se había derrumbado, mientras se preguntaba qué habría ocurrido con todas las personas que habían estado en el interior ¿Era la única que seguía allí? ¿O estaban los otros...? Con alarma, Alba reconoció la verdad: La peor parte era que estaba atrapada. 

Shaken- AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora