La vida en el palacio puede ser muy difícil, llena de chismes, y constantemente controlado por un montón de personas oportunistas deseosas de poder.
Sakura tendrá que aprender a vivir como una princesa y ser la digna heredera del trono que todos esp...
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La tela que cubría su cabello cayó al suelo, los mechones rosados cubrían su rostro, la chica observaba sus manos raspadas por la caída como si fueran lo más interesante del mundo. Estaba segura de que la imagen que estaba dando no era digna de una princesa, mucho menos de una que sería la heredera al trono, tenía algunos raspones y rasguños debido a la persecución y posterior caída, su cabello rosado que representaba a generaciones de miembros de sangre real estaba hecho un lío que apuntaba a diferentes direcciones, para rematar estaba cubierta de tierra y sus ropas estaban hechas jirones.
Podía sentir las miradas curiosas de las personas que pasaban por ahí, era cuestión de segundos para que se dieran cuenta de quien era en realidad, el anonimato fue lindo mientras duro.
¿Qué hubiera hecho su madre de estar en esa situación? Desde que llegó al palacio había escuchado grandes historias sobre la bondadosa emperatriz que fue, siempre centrada en ayudar al pueblo, a diferencia de su tirano ex esposo.
En sus recuerdos su madre siempre se veía digna, hermosa... no importaba lo que trajera puesto, ella siempre destacaba entre el montón, incluso el día de su desaparición se seguía viendo hermosa.
¿Ella podría verse igual, aún en el estado en el que estaba?
Un destello rojizo captó su atención, el collar que su madre le había dado, la lágrima del dragón brillaba colgando de su cuello. Y se dio cuenta, era la próxima emperatriz, estaba segura de que enfrentaría peores cosas en el futuro, no podía simplemente dejar que algo como eso la opacara, su reino merecía algo mejor y ella estaría dispuesta a dárselos.
Apretó los puños, aún enterrados en el suelo pedregoso y soltó un profundo suspiro. Lista para dar la cara como lo que en verdad era.
La princesa heredera.
-e-es...- el pobre vendedor aún no salía de estupefacción, uno que otro curioso pasaba desde lejos y miraban la escena incrédulos. La visión de la joven pelirrosa fue opacada por una presencia más conocida detrás de esta.
Sakura se vio igual de sorprendida al sentir una pesada tela rojiza cubrirla por completo, solo para después ser rodeada por unos fuertes brazos.
-es el...
-príncipe Itachi...
Los curiosos que pasaban por ahí, y el mismo vendedor se inclinaron con respeto al ver al atractivo miembro de la realeza; Itachi Uchiha, el príncipe primero del imperio y co-capitán de la guardia real. El sueño de todas las mujeres nobles en edad casadera, cualquiera que tuviera la suerte de casarse con el tendría una gran vida y estatus asegurados, por no decir que ganaría el título de princesa.
Guapo, poderoso, fuerte, rico, educado, encantador, cabello perfecto... eran algunas de las cosas que describían a Itachi Uchiha. El paquete completo sin duda alguna.
El hombre miró a la joven cubierta entre su capa de la guardia real; los grandes ojos esmeraldas lo observaban con sorpresa y admiración casi infantil, eso lo hizo sonreír porque le recordó a su imprudente hermanito.