El guardaespaldas de la princesa

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Una gran montaña de libros fue puesta frente a la princesa, muchas doncellas y eunucos traían pergaminos y tomos de distintos tamaños que iban acumulándose en el cuarto de la princesa

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Una gran montaña de libros fue puesta frente a la princesa, muchas doncellas y eunucos traían pergaminos y tomos de distintos tamaños que iban acumulándose en el cuarto de la princesa.

-su alteza ¿es necesario todo esto?- la pequeña Moegi apenas si podía moverse por todo el lugar, la pelirrosa había creado un pequeño laberinto de tinta y papel del que solo ella conocía el camino.

Sakura no levantó su vista del ejemplar "mil y un caídas de un imperio", estaba muy cómoda sentada en medio de un montón de libros viejos de la biblioteca real. La señora Choi estaba junto a ella, era sorprendente el hecho de que no la hubiera reñido por su forma "poco femenina" de sentarse, al parecer después de su huida se conformaba con que se mantuviera dentro del palacio y fuera de cualquier problema.

-la ceremonia de investidura será pronto- explicó mientras enrollaba el pergamino- no puedo fallar. He estado leyendo sobre la historia de mi familia, protocolo, normas de conducta y hasta leí todo sobre los otros reinos y clanes, se supone que será mi primera presentación como futura emperatriz, de esto depende el inicio de mi reinado- se dejó caer en las mullidas almohadas que había colocado en el suelo antes de crear una pequeña ciudad de libros en su habitación.

La señora Choi sonrió- su madre estaba igual de ansiosa cuando fue su nombramiento como princesa heredera. Ella también se aseguró de saber todo lo posible, en lo personal creo que está haciendo un buen trabajo su alteza.

-si, su alteza. No conozco a nadie más que haya aprendido tan rápido los protocolos reales como usted- ánimo Moegi mientras trataba de no pisar los delicados pergaminos regados por el suelo.

De alguna forma eso reconfortó a Sakura, así que, llena de decisión se reincorporó y tomó otro de los libros que Tsunade le había recomendado. No podía fallarle a su reino.

Los eunucos fuera de la habitación anunciaron la llegada de su querida maestra. Al abrir las puertas de arroz la Senju se sorprendió al ver aquel desastre.

-¿al fin te has vuelto tan loca como tu padre?- observó a la pelirrosa con una ceja enarcada. Ya sabía ella que combinar los genes de personas como Mebuki y Kizashi no traerían nada bueno.

-estoy estudiando los libros que me dijiste- contestó la princesa, encogiéndose de hombros.

-se supone que ese era todo el plan de estudios- hojeó uno de los libros apilados- nunca te dije que te volvieras una biblioteca humana.

No recibió respuesta, al parecer su lectura era más importante para la pelirrosa y eso sacó de quicio a la voluptuosa mujer, quien dio largas zancadas hasta quedar frente a ella sin importarle los libros regados o el chillido de sorpresa que soltó la doncella al casi ser aplastada por un montón de pergaminos.

-puedo soportar que el idiota de tu padre haya adelantado la ceremonia de investidura sin siquiera consultarme sobre tu avance- le quito el libro a la pelirrosa- pero no voy a soportar tus locuras niña.

Nuestra amada princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora