Las lágrimas de la princesa

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Cada que iba avanzando la exuberante mujer se encontraba con sirvientes que hacían pronunciadas reverencias y le dirigían palabras de respeto

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Cada que iba avanzando la exuberante mujer se encontraba con sirvientes que hacían pronunciadas reverencias y le dirigían palabras de respeto. Nada menos se esperaba para la mujer que había sido prácticamente la figura materna del emperador cuando la madre de este sucumbió ante una terrible enfermedad, aunque había varios rumores de que la antigua reina madre se encargó personalmente de su hermana de una manera para nada agradable

Tsunade Senju era la mujer con más poder en el país del fuego, no sólo era parte de un gran clan como lo era la familia Senju, también era la médico imperial, una mujer con grandes habilidades con el chakra y fuerza envidiable además que, por supuesto, ocupaba lo que sería el puesto de la reina madre, un lugar reservado solo para la madre del emperador, aunque esto nunca se había hecho oficial era algo muy bien conocido.

En una sociedad como esa, que una mujer tuviera tanto poder era algo sin precedentes, aunque la rubia sospechaba que muy pronto no sería la única con tantos privilegios y eso le sacaba una gran sonrisa, ya quería ver la cara de los viejos nobles cuando se enterasen que una mujer sería la próxima luz del país.

La mujer entró sin reparo alguno al despacho del emperador, haciendo que el mayordomo real la mirara con un tic en el ojo por su falta de protocolo.

-¿enserio mocoso? ¿Princesa heredera? ¿Acaso quieres hacer que la niña salga corriendo a la primera oportunidad que tenga?

-buenos día a usted también Lady Tsunade- Kizashi miró a la mujer con una sonrisa, apartando su atención del papeleo que había estado haciendo.

-ahórrate tus saludos. Tú y yo sabemos porque lo hiciste, y aunque tienes buenas intenciones, no nos asegura que esa niña lo entenderá. Además ¿has pensando en cómo se lo tomarán los demás nobles? No ha sido educada para la vida en palacio, los nobles pensarán que no tiene madera para ser la heredera al trono.

-es por eso que tú la entrenarás.

-ya me imagino a todos esos vejestorios hablando y conspirando en nuestra contra...- Tsunade siguió despotricando en contra de las familias nobles- espera ¿qué?

-yo tampoco fui educado para la vida de un emperador, mi destino era ser el príncipe hijo de una concubina que heredaría algunas tierras o manejaría ciertas cosas al servicio de su hermano el emperador. Pero tú me enseñaste a controlar todo, gracias a ti soy lo que soy, si hay alguien capaz de convertir a Sakura en emperatriz eres tú.

La mujer bufó, ganándose una mirada del mayordomo real que ya no sabía dónde había quedado el respeto al emperador y los buenos protocolos.

-estoy muy vieja para esto- se dijo a sí misma, aunque luego su mirada se iluminó- aunque podría ser...

El pobre emperador ya se imaginaba hacia donde iba; hace muy poco había llegado un cargamento especial para el palacio real que traía un licor de muy alta calidad hecho por los mejores fabricantes de la región.

Nuestra amada princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora