El sonido de las espadas chocando lleno el campo, cada contrincante peleaba con fiereza sin dar su brazo a torcer.Hasta que, en un descuido, el más alto de los dos acabo por acorralar a su oponente en el suelo, con la punta de su afilada espada apuntándole al cuello.
-bajaste la guardia, Sakura- regañó el hombre, retirando su espada.
La pequeña niña soltó un puchero quitándose el improvisado casco que la habían obligado a usar, ella ya era una niña grande, no necesitaba un tonto casco para entrenar con la espada, aunque técnicamente esa clase de actividades no eran propias de una señorita. Pero para ella no importaba, no cuando había visto a algunos niños del pueblo entrañar esgrima ¿por qué ella no podría hacerlo?
-intentémoslo de nuevo tío, esta vez no fallaré- exclamó. Levantándose con emoción y empuñando su espada, de madera, con la posición que su tío le había enseñado algunas clases atrás.
El hombre sonrió viendo la emoción de la niña, tomó la posición correcta y se lanzó hacia ella. Una nueva danza de espadas empezó y esta vez la pequeña pelirrosa estaba dispuesta a ganar.
-¡señorita Sakura!
Justo cuando Sakura estaba a punto de atestar un buen golpe a su nana se le ocurría aparecer.
Obviamente el encuentro se detuvo y la niña soltó un resoplido, fastidiada por haber sido interrumpida en su preciado entrenamiento.
La dama Choi llegó apresuradamente, viendo con preocupación la espada de madera que su joven carga traía consigo. Aún le costaba trabajo aceptar el hecho de que su pequeña ama quisiera aprender tales cosas tan bárbaras, y más conflicto le causaba ver que le hayan permitido practicarlas.
Su viejo corazón ya no estaba preparado para eso.
-es hora de sus clases de modales y etiqueta, señorita Sakura- anunció la mujer.
La pequeña niña vio a su tío en busca de ayuda.
-conoces el trato Sakura, tendrás entrenamiento de defensa personal pero tendrás que esforzarte en tus demás clases con la dama Choi.
-pero es que es muy aburrido- musitó la pequeña entre dientes, haciendo que la señora Choi le diera una mirada de advertencia y que su tío soltara una risa.
-ve pequeño torbellino, si pones atención y obedeces todo lo que te diga la dama Choi entonces te enseñaré nuevos movimientos en tu siguiente entrenamiento.
Eso pareció convencer a la niña- ¡bien! ¡Pero tendrán que ser geniales!
-eso no lo dudes, pequeña- aseguró el hombre, mirando como su sobrina era regañada por la dama Choi.
-¡señorita Sakura! Una dama...
-no debe alzar la voz- contestó la niña con fastidio- ya lo se ¡nos vemos tío!- se hecho correr a la residencia de su familia.
-¡no corra señorita!
Debía de agradecer el hecho de haber querido tomar clases de esgrima y tiro con arco, porque de no ser así la pelirrosa estaba segura de que no habría podido enfrentarse a todos esos hombre de una sola vez.
Su tío le había enseñado bien.
Tres extraños aparecieron en la entrada del callejón, y ella automáticamente se puso en guardia. Tenían puestas ropas finas, aún más que las que usaban los pocos nobles menores que habitaban en el pueblo.
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Nuestra amada princesa.
FanfictionLa vida en el palacio puede ser muy difícil, llena de chismes, y constantemente controlado por un montón de personas oportunistas deseosas de poder. Sakura tendrá que aprender a vivir como una princesa y ser la digna heredera del trono que todos esp...