Rivales Enamorados... (Jelsa)

El Castigo

Ambos se encontraban en detención en la biblioteca de la universidad, estaban custodiados por el encargado de la biblioteca, Sandman, que nombre tan curiosos para una persona, él no emitía sonido alguno y cuando se comunicaba con los demás lo hacía con las señas, todos lo llamaban Meme, ya que así es como muchos le dicen a ir a dormir y claro, Sandman era alguien que se dormía con facilidad cuando no estaba haciendo su trabajo.
La causa de terminar en detención fue la discusión en la clase de educación física, además de haber terminado suspendidos de la clase por un buen tiempo, causar esos revueltos en clases nunca es bueno y ahora ambos se atenían a las consecuencias...

El platinado se carcomía por dentro al pensar si se debía disculpar o no, claro, su objetivo era destruirla y si para lograrlo debía jugar sucio lo haría, pero... deberían haber limites ¿No?
Tal vez la mejor opción era evitarlo y no mencionarlo.
Pero él sabia que con lo que había dicho se había sobrepasado.
Y ella tenia razón, ¿Qué le quedaba a ella? él aun se lamentaba por la muerte de su padre y ya habían pasado 3 años, pero aún tenía a su madre y a su hermana, y ni si quiera fue directamente culpa de Elsa lo que pasó y aún así deseo que algo malo le pasara a ella.
Y paso, sus padres murieron hace tan solo 3 meses y nadie sabe ¿Quién? ¿Cómo? ¿O por qué?
Era cierto, se debía disculpar con ella, ¿Cómo lo haría?

Ella se encontraba sentada delante de él, veía como su platinado cabello comenzaba en una trenza y terminaba en un lindo broche con forma de un copo de nieve.
Él quería tocar su hombro y hablarle, pero estaba nervioso, no quería causar otra discusión y mucho menos que ella siguiese molesta o triste, ¿Qué pensaba? ¡Claro que iba a estar triste! técnicamente le dijo que lo mejor seria que muriera... - ¡Que tonto! - pensaba el platinado para si mismo.

Por otro lado la platinada también pensaba en lo que él le había dicho al discutir, ¿Realmente él querría que ella desapareciera? se lo preguntaría directamente pero temía que su respuesta fuese la que no quería oír... - ¿Era cierto lo que habías dicho de mi? lo que dijiste en el gimnasio, en la discusión... - soltó la platinada sin titubear ni voltear.

el platinado se asombro, con sus manos golpeaba suavemente su cabeza en forma de arrepentimiento, termino desordenando su cabello con sus manos - No era mi intención...

- No mientas, por algo lo dijiste - dijo ella aun sin voltear.

- Creo que me excedí al decirlo aún si es lo que siento.

- Pff, ¿Quién diría que tan buenos amigos de la infancia ahora terminarían queriendo ver la destrucción del otro? que ironía jaja.

El platinado se sorprendió al oírla reír, se levanto de su lugar y avanzo hasta donde estaba ella, se detuvo en frente y la vio reír a la vez de que se limpiaba las lagrimas que recorrían sus mejillas, era la segunda vez que la veía llorar en su vida sin contar la discusión de hace un rato...

"El pequeño platinado jugaba con la nieve que se hallaba en el jardín de su casa, hacia un pequeño muñeco de nieve y pronto escucho un llanto, curioso dejo su muñeco a medio hacer y fue a ver de donde provenía el llanto, llego hasta el jardín de la casa frente a la suya y el llanto se hacía más fuerte, por el costado de la casa vio hacia el patio trasero a una niña llorando"

"Él se acercó a ella y le toco el hombro para que se diera cuenta de su presencia, miro con dulzura a la niña la cual tenía su rostro lleno de lagrimas - ¿Por qué lloras?"

"¿Q-quien eres? ¿Cómo entraste?"

"Pase por la reja del costado de tu casa, es bastante pequeña, ¿Por qué lloras?"

"Estaba jugando con mi hermana, hacíamos una guerra de bolas de nieve y le lance una bola en su cabeza y cayó y se golpeo y ahora mis padres se fueron con ella a urgencias medicas porque no abría sus ojos... yo no quería hacerle daño a mi hermana..."