Capítulo V

53 9 1
                                    

—¡CHAN-AH! ¡SON LAS OCHO DE LA MAÑANA, LEVANTA TU CULO DE LA CAMA! —El más mayor de los dos se deshizo de las sábanas que cubrían al contrario y subió su persiana. —Como llegues tarde al instituto, no pienso defenderte de nuevo ante mamá.

Como si esas palabras hubiesen sido un antídoto, Chan se levantó de la cama tan rápido como pudo y se vistió en menos de lo que su hermano bajaba las escaleras para ir a desayunar.

—Wonwoo-ah, tardaste mucho —habló esta vez Chan dando toquecitos en su reloj mientras lo miraba desde la cocina —¿Qué son estas horas de bajar?

—¿Cómo puedes ser tan tonto? —Wonwoo no podía esconder la mueca de su cara. Estaba acostumbrado a que Chan dijese tales cosas, pero no podía evitar llamarlo de otra manera. Es más, podría decir que se convirtió en un pequeño hábito, y, agradecía que el más pequeño no se enfadarse por ello.

Chan le regaló una pequeña sonrisa y lo abrazó.

—¿Qué quiere el rey de desayunar? —Sabía lo que respondería, pero por si las moscas hoy se había levantado con otro gusto mañanero, decidió preguntar. Wonwoo no solía desayunar otra cosa que no fuese zumo de fruta natural, amaba hacerse líquidos coloridos que no tenían para nada una buena pinta.

—Hoy no desayunaré —se deshizo del abrazo de Chan y le colocó un poco el pelo revuelto que tenía este.

—¿Qué? ¿Por qué no? ¿Acaso te duele algo?

—No me duele nada, solo, hoy no quiero desayunar, eso es todo —Wonwoo sonrió y cogió sus llaves— Nos vemos a la noche Chan, ten un buen día.

—¿ACASO TIENES UNA CITA? ¿ES ESO POR LO QUE NO QUIERES DESAYUNAR CONMIGO? —Gritó antes de que Wonwoo cerrase la puerta en su cara.

Wonwoo no pudo evitar reír y negar. Amaba cómo Chan se preocupaba por él y quería protegerlo, y a veces, le resultaba gracioso cómo lo hacía.

Se podría decir que no era un día como otro cualquiera, al menos, no para Wonwoo. Miró su reloj y sonrió, tenía el tiempo suficiente para llegar a clase y hacer lo que tenía pensado sin que nadie lo viese. Desde hacía unos días había decidido volver a intentar que Mingyu lo recordase, o, al menos, que recordase algo de su pasado sin decírselo directamente. Wonwoo tenía un plan, y tenía todas las esperanzas puestas en él para que funcionase. Estaba harto de tener que hacerse pasar por alguien que no tenía nada que ver con Mingyu, estaba harto de quedarse mirando cómo el más alto era consumido por su propia tristeza. Quería de vuelta al Mingyu real, y lo quería de vuelta lo antes posible. Con o sin él en su vida, Wonwoo quería ver la sonrisa de Mingyu y haría lo que fuese necesario para devolvérsela.

Sacó lo que tenía preparado para Kim de su mochila y entró a la universidad. Si decía que no estaba nervioso, mentiría, y, aunque sabía que era inútil ponerse nervioso por algo que ni siquiera el señor de la limpieza vería, lo estaba. Estaba decidido a hacer aquello todos los días si era necesario, aunque esperaba no estar haciendo la misma cosa con el mismo fin hasta que se graduasen. Si todo salía bien, volvería a estar con Mingyu, ¿verdad?

Una parte de él decía que no lo hiciese, que recogiese aquello que había puesto en el pupitre del más alto y se lo comiese él mismo. Sin embargo, otra parte le impulsaba a dejarlo allí, con una nota que lo identificase de alguna forma. Suspiró, estaba cansado de tener pensamientos totalmente contrarios ante una acción tan simple como era dejar un helado en un pupitre y volver a su mesa.

Sacudió su cabeza y sacó un pequeño papel para escribir en él.

—Espero que hacer esto durante unos días funcione. Si esto ya no es suficiente, prometo que me rendiré —dibujó un pequeño zorrito con una inicial. W, era suficiente, ¿verdad? ¿Ww? ¿Wo? Wonwoo despeinó su pelo y optó por poner la primera opción. Recogió todos los intentos de hacer un zorro decente que había tirado al suelo y los botó a la basura para después sentarse en su pupitre.

You're my hope [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora