Epílogo.

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Mingyu volvió a aclararse la garganta por milésima vez en la tarde y cogió el micro.

—Yo, Mingyu —comenzó diciendo mientras ponía una de sus manos firmes y posicionaba en micro en sus labios con la otra— te recibo a ti, Wonwoo, como esposo —sonrió mientras lo miraba a los ojos— y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida —recitó aquel diálogo entre lágrimas que se sabía de memoria de tanto haberlo repetido los meses anteriores.

—Yo, Wonwoo —dijo esta vez Wonwoo con una pequeña sonrisa y reteniendo las lágrimas en sus ojos— te recibo a ti, Mingyu, como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

Ambos se miraron sonriendo entre lágrimas. Si Mingyu decía que no era la persona más feliz del mundo en aquel momento, estaría mintiendo, y ya no quería mentir sobre sus sentimientos. Se había dado cuenta de que todo había ido mucho mejor desde que dejó salir todo lo que llevaba dentro, había encontrado en él la paz que una vez había perdido y no la perdería de nuevo por nada del mundo.

—Chicos, os podéis besar —dijo Seungkwan entre lágrimas mientras los miraba.

Mingyu cogió la mano de Wonwoo y lo atrajo hasta él. Cogió su cara con ambas manos y sonrió mientras se acercaba a sus labios.

—Te amo para siempre, Jeon Wonwoo —dijo antes de dejarlo responder cortando la poca distancia que los separaba.

Sus labios no tardaron en encajar a la perfección y sus respiraciones se volvieron un poco agitadas por las emociones del momento. Wonwoo no paraba de soltar sollozos en la boca del contrario y Mingyu no dudaba en disfrutar todo lo que le hacía sentir aquello.

Escuchaban en barullo de gente gritar, vociferar y llorar. El arroz caer sobre ellos y una voz empezar a hablar. Se separaron despacio, juntando sus frentes y dando pequeños besos en sus labios.

—Te amo para siempre, Kim Mingyu —dijo esta vez Wonwoo en un susurro.

—Por favor —se aclaró la voz— me gustaría un momento de silencio— dijo Chan intentando sonar claro—. Quería, en primer lugar, empezar desde el primer momento en el que os conocí... Quizás no fue especial para vosotros, y quizás tampoco yo lo recuerde de manera exacta, pero el hecho de haber llegado hasta aquí, de haber permanecido juntos hasta ahora, es todo gracias a vosotros. Empezamos siendo tres niños cuya vida había sido echada a suerte; empezamos siendo tres niños que no tenían nada que aportarse y nos acabamos aportando la vida entera —se limpió las lágrimas y cogió aire antes de seguir—. No sabéis lo feliz que me hace veros felices, veros juntos y viviendo la vida como si fueseis uno. No sabéis lo que me alegra poder seguir a vuestro lado, poder vivir este momento con vosotros, disfrutar de todos los momentos juntos. A pesar de todo lo que hemos pasado seguimos aquí, los tres, con bajos y altos, pero hemos llegado juntos. Qué idiota fue pensar en rendirme, en darnos por vencidos, ¿verdad, Wonwoo? Gracias por confiar en ti, por luchar hasta el final y no rendirte a pesar del dolor. Gracias por permanecer ahí para todos nosotros, hyung, eres mi mayor ejemplo a seguir. Pero también, gracias Mingyu, por no irte de esta vida cuando pensábamos que ya todo estaba perdido, por ser siempre esa persona que nos aporta energía y alegría en los días más duros. Amo cómo conviertes todo el dolor en felicidad, cómo intentas que todos a tu alrededor estén bien incluso cuando es difícil hacerlo. Eres una persona admirable, luchaste contra ti mismo en el momento más duro y saliste adelante haciendo como si nada hubiese pasado —continuó diciendo mientras se secaba las lágrimas.

You're my hope [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora