Capítulo I

119 11 1
                                    

—Olvidemos esto hyung, volvamos a casa.

El más pequeño de los dos es el que más preocupado estaba, Mingyu sabía a la perfección que todo iba a salir mal, porque cuando tenía corazonadas, jamás se equivocaba.

—No manejas la moto tan bien como crees, hyung, por favor, hazme caso.

Estaba casi desesperado, rogándole que se bajase de aquel vehículo de dos ruedas que tanto amaban el uno y el otro, tiraba un poco de su brazo en el intento de que se bajase, aunque de nada servía.

—Mingyu, no va a pasarme nada, de verdad —Seokmin lo miró sonriente para ponerse el casco seguidamente— confía en mí.

—No, no quiero, déjame hacer esto, hyung, baja de la moto, yo lo haré —agarró su casco con intención de ponérselo.

—Esto es una cosa entre Minghao y yo, debo hacerlo, además, ¿por qué eres tan negativo? ¿No confías en que tu amigo va a ganar esta competición? —Achinó un poquito sus ojos en señal de que había sonreído.

—No, no lo hago, baja de la moto hyung...

El otro rio como respuesta y se colocó en ella. La competición estaba por empezar y ya no había nada que lo parase, estaba tan convencido de que ganaría, que nadie podía hacerlo entrar en razón.

—A MI SEÑAL —Gritó Jihoon, uno de los chicos que casi siempre podías encontrar por aquellas zonas donde nada bueno y legal sucedía.

—Hyung, estás a tiempo, por favor, hazme caso, solo esta vez, juro que no volveré a pedirte nada.

Seokmin negó, dando a entender que nada de lo que dijese le iba a hacer cambiar de opinión.

—3...

—Deséame suerte, Gyu-ah —giró un poco su cabeza para mirarlo por unos segundos y volvió su vista al frente.

—2...

Mingyu suspiró y rezó internamente porque no le pasase nada. Quería pensar que la opresión que sentía en el pecho era por nervios más que por otra cosa y que todo quedaría en un sentimiento inútil.

—1...

—Nos vemos al otro lado, espera impaciente mi victoria —dijo Seokmin antes de salir disparado cuando el pequeño Jihoon gritó ese "YA" que Mingyu deseó no haber oído.

Solo hicieron falta unos segundos para que Minghao se pusiese por delante de Seokmin, y también unos segundos más para que este último lo dejase de nuevo atrás. Ambos parecían no tener límite, una tonta apuesta que empezó como una broma y que se convirtió en lo que ahora estaban haciendo. Se miraban con algo de superioridad al ver que dejaban al otro un poco atrás, sin inmutarse a la velocidad que iban y lo peligroso que podía llegar a ser.

En un arrebato torpe y descuidado de querer hacer ver que a él nadie lo ganaba, y que sería él quien no quedaría atrás, Seokmin aceleró lo más que pudo, alcanzando una velocidad demasiado alta como para frenar en el momento justo y que la moto parase.

Nada de lo que dijo Mingyu fue dicho por nada. Sabía a la perfección lo que ocurría cuando tenía aquel sentimiento sobre su pecho. Estaba seguro de que algo malo pasaría, sin embargo, esperaba haberse preocupado en vano. Se abrió paso ante el mogollón de gente que se había formado tras el impacto de un vehículo con otro. No sabía si esperar lo peor o confiar en lo que le había dicho Seokmin antes de desaparecer.

Un nudo es lo que se le formó a Mingyu en todo el cuerpo cuando lo vio tirado en el suelo ensangrentado absolutamente por todos lados, esperando que alguien hiciese algo y no se quedasen simplemente observando.

You're my hope [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora