CAP 20. Déjame ir

56 4 22
                                    




El bolso de piel que llevaba cae de mi mano, produciendo que mi padre se levante, noto como mis piernas se van  debilitando. Dirijo la mirada a Jaime quien me mira con preocupación, me sujeta por los hombros y me sienta, con la ayuda de mi padre, en la mesa donde antes este se encontraba.

Miles de preguntas se acumulan en mi mente, pero ninguna llega a pasar mi garganta.

-Supongo que estarás un poco asustada, y lo entiendo, hace tiempo que no nos vemos, pero si me dejas explicártelo...- comienza a decir mi padre, escuchar su voz por primera vez después de mucho tiempo me hace temblar, miles de recuerdos se me amontonan, no quiero estar aquí con él.

Ignoro sus palabras y miro a Jaime, que ha tomado asiento cerca de mí.

-Jaime, quiero irme a casa por favor- pido con clara agonía en mi voz, Jaime pone una mano sobre mi pierna, tratando de reconfortarme, cosa que no hace.

-Escucha a tu padre- se limita a decir.

Vuelvo la mirada a mi padre, quien me dedica una sonrisa poco sincera, no le pienso dedicar ni un minuto más de mi vida, no después de todo, no después de haber tratado así a mi madre, no. Pero justo cuando iba a levantarme para irme por mi cuenta el camarero que habíamos visto al venir aparece con tres vasos de agua.

Los deposita con cuidado en la mesa, y cuando me dedica una mirada, me doy cuenta de algo, ese hombre, el empaste de oro. Es el médico de Alex, y el mismo hombre que vi aquella vez en casa de Jaime, lo reconocía a la perfección.

-Gracias James- dice mi padre cogiendo uno de los vasos, vuelve a poner la mirada sobre mí, abre y cierra la boca un par de veces, meditando lo que quiere decirme.- Te he echado mucho de menos Cristina, quiero que sepas que todo lo que estoy haciendo es por ti.

-¿Por mi?- pregunto retóricamente- yo no te importo nada, todo esto lo haces para hacer daño a mi madre, aún sigues pensando que el hecho que te metiesen en la cárcel fue culpa suya.

Mi padre golpea la mesa con su puño cerrado, puedo ver como sus nudillos están blancos de la fuerza que esa ejerciendo. Pierde completamente la compostura.

-¡Cállate!, fue culpa de tu madre, todo fue culpa suya, ella te separó de mi, tuve que estar años en rehabilitación, he intentado seguir con mi vida pero es imposible, no puedo hacerlo sin ti, eres mi hija.

-¿También era tu hija cuando volvías borracho? ¿Cuándo engañabas a mamá? ¿Cuándo le pegabas?- le interrumpí- eres un maldito egoísta, y no pienso perder más el tiempo contigo. Me voy- me levanto de la silla, pero alguien me sujeta el brazo, inmovilizándome.

Subo la mirada y me encuentro  Jaime, intento zafarme de su agarre, pero él apriétalo aprieta.

-Suéltame- dijo con los dientes apretados, lagrimas amenazan con salir, Jaime aparta su mirada de mi y la vuelve a posar en mi padre. Todo el amor y cariño que tenia por el se desprende de mi, tiene que pagar por todo lo que me está haciendo pasar, meto mi mano en el bolsillo de mi jersey, encuentro mi móvil, y con mucho cuidado de que no me pillen empiezo a grabar todo, asomando la cámara del móvil discretamente.

- Cris, ni siquiera le has dejado terminar- dice Jaime sonriendo.

- Yo ya sé lo que está pasando- alzo la voz mirando a ambos- Tú- señalo a mi padre- quieres utilizarme, ganar dinero chantajeando a mi madre y de paso hacerla sufrir a través de mi, eres un enfermo, y lo sabes, sinceramente no me sorprende tanto esto, siempre has pensado únicamente en ti. Pero lo que sí que me ha sorprendido ha sido tú- señalo a Jaime, que por fin ha soltado mi brazo- sigo sin entender que tienes que ver con mi padre...

TÚ ERES MI PROBLEMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora