CAP 14. No fue un atropello

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Me levanté de la cama inconscientemente y me puse a dar vueltas por la habitación, un sudor frio recorrió mi espalda. Sentía que mi pecho iba a estallar. Mire a través de mi ventana y me vi reflejada en el cristal, el color de mi cara había desaparecido, estaba completamente blanca, mis ojos abiertos del impacto.

-¿Cómo está? ¿Cómo estás tú? ¿Qué ha pasado?- todas las preguntas se apelotonaban en mi boca, me senté en la silla de mi escritorio y me pase la mano por la cara, de la frustración.

-Mi hermano está estable, todavía no saben cómo ha pasado, solo sabemos que le han atropellado y se han dado a la fuga, el doctor todavía no nos ha dejado entrar a verle, dice que mañana podremos visitarle uno por uno- Daniela sonaba cansada, la tristeza era notable en su voz.

-¿Quieres que vaya a llevarte algo? ¿Ropa? ¿Cargador del móvil? ¿Un café?- propuse nerviosa, estaba pasando por un momento duro y no quería que fuese peor para ella.

Oí un suspiro de Dani al otro lado del teléfono.

-No, tranquila, estoy bien, solo necesitaba escuchar tu voz, lo único que he escuchado estas últimas dos horas han sido a doctores diciendo cosas que no entendía. Cuéntame algo para poder desconectar por favor-me pidió.

-Pues... Hoy he hablado con Jaime-comencé a contarle mientras iba de vuelta a la cama- le pregunte que éramos y me pidió de salir básicamente- el grito de Dani me hizo apartarme del teléfono y dar un rebote del susto- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

-¡Cristina Díaz no me puedo creer que estés saliendo con nuestro profesor!- exclamó emocionada.

La mande callar.

-Recuerda que esto es secreto Dani- le hice saber.

- sí, sí, perdóname sigue contando.

(...)

El sonido del despertador me hace dar un brinco en la cama. Me siento en el borde de esta y apago el reloj, el sonido de mi teléfono impactando con el suelo hace que me dé el segundo susto del día. Y son las siete de la mañana.

Recojo mi móvil del suelo y veo dos mensajes de Dani: Cris te has quedado dormida y he colgado, gracias por quedarte conmigo. Mañana no iré a clase, ¿puedes traerme los deberes al hospital después? Le contesto con un okey y lo dejo en mi mesilla.

Voy hacia el baño y me lavo bien la cara, todavía está un poco pálida del susto de ayer, asique le aplico algo de maquillaje. Abro las puertas de mi armario y escojo mi ropa; unos vaqueros anchos con una camiseta blanca corta, me pongo un cárdigan beige encima por si hace frio, bajo y me preparo un ligero desayuno, me lo termino rápido y me lavo los dientes en el baño del piso de abajo. Miro el reloj que marca las siete y media, me da tiempo más que de sobra para ir andando al colegio, asique le envío un mensaje a Lucas de que hoy no hace falta que venga a recogerme. Cojo mis auriculares y cuelgo mi mochila en mi hombro, me despido de mi madre que sigue durmiendo y salgo de mi casa.

Los rayos del sol, que a penas ha comenzado a salir, chocan con mi cara y una sensación de calor inunda mi cuerpo. El olor a tierra mojada entra por mi nariz y observo los charcos que todavía hay después de la lluvia de ayer, los días soleados eran mis favoritos, me sentía más feliz. Más radiante.

Me pongo los auriculares y escojo mi canción favorita del momento, le doy a reproducir y dejo que la música inunde mis oídos, cierro los ojos y pongo mis manos detrás de mi cuello. Ir caminando a clase era algo que no solía hacer a menudo porque siempre llegaba tarde y me tenía que llevar mi madre, y ahora, con el nuevo coche de Lucas, que utilizaba cualquier escusa para usarlo, ya me había olvidado completamente de ir andando a cualquier lado.

TÚ ERES MI PROBLEMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora