Rose Weasley

CAPÍTULO 24: BLACKJA

Narra Rose:

Terminé de cenar en el gran comedor a las 8 en punto, recorrí los pasillos del castillo por última vez tratando de hacer el suficiente tiempo para mi encuentro con Blackja.

Justamente a las 10 en punto, decidí subir a la sala común para pensar un poco en que es lo que haría cuando supiera después de todo quien era el tal Blackja, la persona que tal vez sea mi peor enemigo, si es que tengo enemigos.

A las 12:05 pm, baje lentamente asegurándome de que nadie pudiera percatarse de qué me dirigía al bosque a estas horas de la noche, claro que no era un persona a la que le encantará romper las reglas y que era lo demasiado inteligente como para saber qué clase de estupidez estoy por hacer, pero tenía que hacerlo de todas formas.

Narra Albus:

-¡Al! ¡Al! ¡ALBUS! –Escuché los gritos de Scorpius desde la sala común hasta llegar a mi habitación-.

-¿Que es lo que quieres traidor?- dije cuando estaba frente a mi-. ¿Crees que soy tonto?, ya sé que estas dentro de todo este lío entre Rose y el tal Blackja.

-Al, por favor escucharme, necesito que me acompañes al bosque prohibido ¡ahora!, Rose esta en un grave peligro, Jamie quiere hacerle daño, por favor necesitó que me ayudes.

-¿Y porque debería creerte?, me mentiste y a Rose todo este tiempo-dije enojado-.

-Al, por favor, eres mi amigo y Rose la persona que más quiero en este mundo, enserio Al quiero a Rose-dijo con lágrimas en los ojos-.

-Vamos...

Narra Rose:

Salí del castillo silenciosamente, caminé junto a la cabaña de Hagrid, y después me detuve antes de cruzar el bosque, en realidad no sabía en qué parte vería a Blackja, su nota solo mencionaba el bosque, mas no el lugar especifico.

Espere un momento antes de comenzar a caminar de nuevo, hasta que vi a lo lejos una luz muy resplandeciente que me indicaba seguir el camino.

Al pasar lentamente la luz se hacía más y más grande, al igual que más potente, por un momento sentí un miedo muy fuerte dentro de mí, no sabía si continuar o simplemente olvidar toda esta tontería.

Sigue caminado.

Escuche esa pequeña voz en mi, así que continúe sin darme cuenta de lo que hacía, encendí la luz de mi varita, -Lumos-.

Fue entones cuando vi a una figura encapuchada al final del camino que sostenía la varita con esa luz potente, la figura me miro y sin pensarlo se quito la capa dejando ver esos ojos marrones y el cabello castaño.

Era Jamie.