Capítulo 20| Queda uno

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5:05 am

Pov Cassandra:

Las gotas cayendo son como música para mis oídos, golpean mi espalda y resbalan por ella hasta perderse en la longitud de mis piernas, terminando con su recorrido en las lozas de la ducha. El agua está helada, pero se siente tan bien que incluso los temblores y espasmos que produce en mi cuerpo se sienten como el cielo mismo. Quizá esto era lo que necesitaba, una buena ducha de agua fría que entumeciera mis músculos, y me privara de pensar en cualquier otra cosa, aunque tuviera que tomar el riesgo de terminar con los labios azules.

Admito que la ansiedad está pudiendo conmigo y han sido estos pocos minutos en los que he estado bajo el agua en los que me he sentido en paz conmigo misma. Tuve que tomar mi tiempo y desaparecer, de igual forma como lo han estado haciendo los chicos de la fiesta a lo largo del juego, puede que no por las mismas razones que ellos, pero al fin y al cabo, irme de ese lugar al menos por un par de minutos.

Me envuelvo en la toalla por inercia después de secar mi empapada piel, aún está húmeda y los vellos de todo mi cuerpo se levantan con la brisa fría que entra por el filo de una pequeña ventana. ¿Qué tendrán hoy las malditas ventanas? Al pararme frente al espejo casi no reconozco quien soy, es cierto que una mala noche te suma unos cuantos años de vida, pero la noche de hoy me ha convertido en una persona completamente diferente, por fuera y por dentro.

—Los gemelos ya están fuera, quedan nueve.

Siento de nuevo aquella voz, pero ahora no está detrás de mí, ni susurrando en mi oído, ahora la siento en mi cabeza, dentro de mi mente y eso te jode bastante.

¿Los gemelos? ¿Rodolfo y Renato?

—¿Conoces a otro par de gemelos? —contesta con voz burlona.

¿Dónde están? ¿Qué significa que estén fuera? ¿Qué les has hecho?

—Lo mismo que les he hecho a los demás, y lo mismo que sucederá con el resto.

¿Qué mierdas te pasa? Por favor, ya déjame tranquila, permíteme vivir sin estar escuchándote a cada rato. ¿Me volverás a engañar? ¿Jugarás con mi mente de nuevo? ¿Me estoy volviendo loca?

—Tranquila, Cassie —responde con voz cariñosa—. Tú solo tienes que aguantar un ratito más, por las dos. Esto se está acabando, falta poco para hacer la jugada final y te puedo asegurar que no estás loca. ''Cuerdo es aquel que acepta su propia locura", recuerda eso siempre. No estás demente, pero tendrás que aprender a vivir tu vida con la certeza de que para los demás puedes lucir como una, así que mientras más rápido aceptes tu naturaleza, más rápido aprenderás a pretender ser normal. Si es que quieres vivir pretendiendo serlo, eso ya es decisión tuya.

¿Ya? ¿Se ha ido? Al parecer sí.

Pues ya está, me faltó poco para que me diera una hipotermia bajo los chorros de agua congelada y al final no duró mucho el efecto sedante, ya que la muy cabrona volvió a joderme. Si es cierto que ya está al acabarse, quiero que se acabe ya.

La suerte de tener tu propio baño en tu habitación es que no tienes que estar preocupándote de que si haces una fiesta, los invitados entren; los fantasmas, espectros o que se yo si pueden entrar, pero los invitados no. Bueno, eso es si cierras la puerta de tu cuarto con seguro, cosa que creo que no hice.

Ese pensamiento fue lo primero que invadió mi mente cuando salí del cuarto de baño y me encontré con la figura acostada a lo largo y ancho de mi cama. Mi corazón latía con fuerza y mis manos sujetaban en puños a la toalla alrededor de mi cuerpo como reacción ante el invasor que descansaba en el colchón. Al principio no lo reconocí, pero cuando la claridad de la noche entró por la ventana e iluminó su cara con su reflejo, pude saber perfectamente quién era la persona. Y mi corazón cambiaba poco a poco al ritmo que siempre tenía cuando estaba últimamente a su alrededor. Nerviosa, algo incómoda, pero a la vez tranquila y en paz, es él y no otra persona la que está en mi cuarto.

¿Verdad o Desafío? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora