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Pov.Narrador/ra

—padre... ¿de que quieres hablar?.

Pregunto con algo de desconfianza, por la sonrisa en el rostro del mayor sabía de qué este no planeaba nada bueno.

—vaya que me engañaste Nueva España.— comenzó a hablar el español —tantas veces que te negaste a casarte con una damisela o un doncel, claro, debí haberlo notado.

—¿que?.— el mexicano le miro confundido —¿de que hablas?.

—deja de actuar hijo, ya con esa "pequeña historia" me dejaste claro tus acciones en estos últimos días, lo que no entiendo es el porque no me habías dicho nada, ¿acaso creías que me negaría o algo?.

—... No encerio, no se de que estas hablando, creo que ya te está dando algo, supongo que la edad por fin te está afectando.— soltó aquello último con algo de burla recibiendo un gruñido de molestia por parte de su padre.

El pelirrojo cambio su sonrisa juguetona por una mueca de molestia, soltó un pesado suspiro para luego negar con la cabeza, vaya que su hijo era un necio.

—México...— el príncipe trago grueso al escuchar su nombre escapar de la boca del mayor, eran muy pocas las veces que le llamaba así y justo era cuando estaba bastante molesto —ya deja de fingir, este... "Chico" del que hablaste en la cena, es más que obvio que sientes algo por él, y si te inventaste toda esa historia del castillo para no mencionar que simplemente fuistes a su casa a verlo no hay nada de malo, entiendo que tengas tus secretos y eso, pero pudiste siquiera decirme que ya tenías pareja, así no hubiera estado obligándote a conocer a todas esas chicas y chicos a los que te presente.

—¿chico-...? ¡oh hablas de él!.— México rápidamente comenzó a negar con la cabeza —no, no, lo has malinterpretado, e-el y yo no somos nada, literalmente le acabó de conocer y yo... Y él... Él no me gusta, es decir si es lindo pero nada que ver.

El español soltó una leve carcajada al ver a su hijo mayor tan nervioso "explicandole", al parecer se había equivocado al suponer que este ya tenía una relación amorosa con alguien, aún así aún estaba seguro de que al mexicano le gustaba aquel joven que había mencionado anteriormente, después de todo la manera en que hablaba de él le recordaba bastante a cuando él mismo era más joven y le hablaba a sus amigos sobre su querida y difunta esposa Italia.

—tranquilo crío, creo que ya estoy entendiendo.— sonrió con algo de ternura, su "pequeño" estaba pasando por aquella etapa del "primer amor" y el como su padre debía ayudarle un poco a aclarar sus pensamientos —México, dime ¿como se llama aquel joven?.

—¿ah? ¿su nombre?.— el de cabello tricolor se quedó callado por unos cuantos minutos —yo... No lo se, no le pregunté cómo se llamaba.

El español le miro incrédulo para luego soltar un pesado suspiro, ya se esperaba algo así de su querido hijo mayor.

✨✨✨

Ya había amanecido y nuevamente el pequeño pajarito de plumas bicolores revoloteaba alrededor de un dormido estadounidense, este soltó un pesado bufido de molestia, era lindo tener al ave como compañía e incluso como despertador pero aveces se volvía simplemente molesto.

—ya voy, ya voy.— soltó con desgane mientras se levantaba de la cama.

Se quedó un buen rato sentado en la orilla mientras que veía al suelo, seguro asimilando el trauma de haberse levantado tan temprano.

El ave se posó en su cabeza mientras que cantaba su peculiar sonar, USA sonrió leve al escucharla, le recordaba a cuando salía con su hermano menor al jardín y se recostaban debajo de un viejo árbol mientras que escuchaban el cantar de las aves.

—Canadá... Me pregunto ¿como estarás?.— dijo mientras veía al techo del lugar.

Continuara...

"Erase una vez..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora