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Pov.narrador/ra

USA miraba con molestia al chico que se había colado a su habitación por la ventana, no entendía que hacía aquel extraño ahí ni tampoco porque demonios había regresado, lo único que sabía era que este no debería estar ahí pues era peligroso, China podría volver antes como había hecho ya un par de veces hace tiempo y podría verle no solo castigando lo a él sino que también torturando o incluso matando al extraño lo cual no quería que pasase.

—¡Largo de aquí!.— le gritó mientras se acercaba más a él.

—¿oye por qué tan frío? ¡¿no me dirás ni un hola?!.— pregunto con clara indignación fingida la cual causó que el de vestido soltara un bufido fastidiado.

El albino miró con molestia al contrario, se acercó a él y le empujó para así intentar que regresara a la ventana y que se marchara, sin embargo el de mayor altura no tenía intención de irse tan pronto por lo que se corrió a un lado casi haciendo caer al contrario al suelo.

—joder.— se quejó USA levantándose del suelo —¡podrías marcharte! No puedo recibir visitas.

—¿por que? ¿Tus padres te regañan?.

Aquellas burlonas palabras dejaron paralizado al albino, este agachó la cabeza, sus ojos fueron tapados por su flequillo, sus padres... una pequeña y débil sonrisa apareció en su rostro al imaginarse la reacción de estos si estuviera en su reino... en su hogar, y que de pronto un chico extraño entrara a su habitación, estaba seguro que su padre se volvería loco ante eso y mandaría a todo el pelotón de guardias a atacar al moreno.

—mis padres... ellos no.— quiso hablarle, dejarle claro que sus padres no eran el problema pero las palabras no salieron, estas quedaron atacadas en su garganta de manera algo dolorosa. Y de un momento a otro unos fuertes brazos envolvieron su cuerpo lo cual le dejó bastante confundido —¿q-que heces?.

—te abrazo...

—¿por que?.

Miro con curiosidad y confusión al más alto pero este no dijo nada, gruñón con fastidio, con algo de esfuerzo logro escapar de los brazos de aquel extraño joven y nuevamente empezó a batallar para poder sacarle de aquel lugar, seguía temiendo por el chico, si China llegaba y le encontraba sin duda le mataría o le lanzaría una maldición tal y como lo hizo con un caballero que tiempo atrás había llegado con él he intentado salvarle del malvado mago aún cuando el de ojos bicolores intentó detenerle más de una vez para que no saliera herido, el caballero había terminado bajo un hechizo del mago y había sido obligado a tener lo que le quedaba de vida convertido en un animal.

Eh ahí el pajarito que solía hacerle compañía día y noche, ese de plumaje blanco y rojo que cantaba cada mañana para despertarle, USA se sentía mal cada que veía como la pequeña ave veía por la ventana o se veía al espejo y cualquier objeto que se pudiera reflejar su actual apariencia y una aura triste que cubría, pues sentía una gran culpa por aquello, Polonia no se merecía eso...

—oye tranquilo, mira se que esto es algo apresurado ya que recién nos conocimos y a como mucho nos hemos visto una sola vez, sin embargo yo... he de admitir que desde aquella vez no he podido sacarte de mi cabeza.— confeso el México apartándose nuevamente del agarre del chico más bajo —y... puede que mi padre, me ha echado de mi "casa" amenazandome de no poder volver hasta que por lo menos sepa tu nombre.

—¿para que mierda quiere saber tu padre mi nombre?.— pregunto USA con el ceño fruncido —no, la prensa es ¿por qué carajo tu padre sabe de mi?.

—b-bueno...

El americano se cruzo de brazos y miro con el ceño fruncido al más alto el cual intentaba buscar respuestas a su pregunta.

México miraba a su alrededor nervioso, no podía simplemente decirle al chico del vestido que le había hablado por "accidente" a su padre y a sus hermanos de su encuentro y que ahora su padre pensaba que estaba enamorado de él, lo cual no era para nada cierto.

—yo... puede que, talvez le haya hablado sobre este castillo y sobre ti... solo un poco.

USA entre cerro sus ojos y alzó una ceja incrédulo, soltó un pesado suspiro intentando calmarse un poco, bueno, al menos ahora sabía que él no había sido el único que no podía sacarse al contrario de la mente.

—Bien.— hablo rindiéndose con su misión de sacar al latino de su habitación, camino hacia la cama y se sentó en la orilla de esta acomodando su vestido para que no le fastidiara —soy E-... USA, mi nombre es USA.— se auto interrumpió antes de decir su nombre completo, no lo creyó conveniente pues no conocía a aquel chico.

El mexicano sonrió al escuchar aquel nombre, le pareció algo raro que el albino se hubiera "equivocado" al principio, pues eso pareció, pero decidió simplemente ignorar esto y al igual que el de ojos bicolores decidió presentarse con su contrarío.

—yo soy México, es un gusto.— hizo una pequeña reverencia ante el menor el cual no pudo evitar sonrojarse un poco ante eso.

Ambos se miraron por unos segundos para luego regalarse una sonrisa amigable, México camino un poco por la habitación y aprovechando que estaba cerca del libro que el menor le había arrojado rato atrás, tomo este y le hecho una rápido ojeada a la portada; esta tenía en ella la imagen de un dragón y una damisela la cual parecía estar encerrada en una torre.

—¿de que trata?.— pregunto en voz alta mirando al chico de vestido.

—creo que con la portada queda claro ¿no?.— contesto USA con algo de pena, el pobre sentía vergüenza de que alguien mirara los libros que leía pues no quería que se burlaran de él por su mal gusto en la lectura

—no lo se, no me dejo llevar por la portada.

México sonrió acariciando con delicadeza el lomo del libro, se acercó a USA y se sentó a un lado de él para luego pasarle el libro.

—¿podrías leer un poco?.

El albino miró con confusión al de pañuelo para luego asentir, abrió el libro y comenzó a leer el primer capítulo de este mientras que México escuchaba atentamente lo que decía.

Y así, ambos pasaron en tiempo en aquel lugar leyendo y riendo por algunos comentarios que el mexicano hacía por la situación o las acciones de los personajes narrados en aquel viejo libro.

Era una bonita escena para cierta ave de plumaje bicolor la cual se encontraba encima de la cabeza del Kitsune encargado de la cocina, este estaba al otro lado de la puerta espiando a ambos chicos, sus orejitas estaban alzadas y sus colas se movían de un lado a otro alegre de ver a USA tan animado después de tantos años en aquel lugar, finalmente podía ver una de las pocas sonrisas genuinas que el menor hacía.

Continuará...

"Erase una vez..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora