Pista 10: The last song

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The Ren

The last song

He estado caminando en una lluvia sin final, como un poeta sintiendo pena intentando encontrar las respuestas, intentando ocultar las lágrimas; pero fue sólo un círculo que nunca acaba

Cuando la lluvia pare, pasaré la página; la página del primer capítulo.

Tenía tanto tiempo sin ver un día soleado y la luz a través de las hojas de un árbol. Se suponía que era otoño pero aún se sentía un poco del calor residual del verano. El aire a veces limpiaba mejor las heridas que el tiempo.

Para que las personas puedan seguir adelante tienen que reconciliarse con su pasado. Ren Tao no era bueno para aquello, andaba por la vida con heridas semi abiertas, con escozor y con una pesada carga en sus hombros. Habían pasado tantos años que sencillamente había olvidado lo que sentía ser libre. Ahora que daba una pequeña vista al pasado, se sentía bastante idiota.

¿Estoy equivocado por estar dolido? ¿Estoy equivocado por sentir dolor? ¿Estoy equivocado por estar en la lluvia? ¿Estoy equivocado por desear que la noche nunca acabe? ¿Estoy equivocado por llorar?
Pero lo sé, no es equivocado cantar La última canción. Se acabará para siempre

No era como si de la noche a la mañana hubiera cambiado, pero los primeros pasos para seguir su camino dejando todo el dolor atrás había comenzado. Alguna vez, había escuchado que uno necesita quererse primero para que otros pudieran quererlo. Jamás había creído en eso, mucho menos ahora, que tenía una tibia mano a su lado sujetándolo. No es que no tuviera una razón para vivir, sencillamente todo se veía tan nublado que no era capaz de encontrar su propio camino. Vivir en la autoflagelación es de lo más sencillo, compadecerse de uno mismo y al final andar en la espiral del auto devalúo es cómodo.

Y destructivo.

Lo verdaderamente difícil, es tomar el valor y dar un paso adelante. Sobre todo, porque uno no quiere desprenderse del pasado. Y Jeanne, su amada Jeanne era su pasado. Y tanto él como ella habían provocado el final más miserable para su relación, el silencio fue la peor decisión que pudieron tomar.

El chino miró un momento las flores blancas que había llevado hasta su tumba y en ese lugar se puso de rodillas y antes de dejar las flores en la fría lápida, al fin pudo soltar aquel sentimiento que le había entumido el corazón. –Te amaba tanto, te amaba. Pensé que, jamás sería capaz de perdonarte, pero voy a continuar sin ti.

Se acabó, Jeanne.

Me salgo de mis casillas
Me deprimo

Cuando empiece la mañana
Estaré en el siguiente capítulo

Ren Tao, después de tanto tiempo un par lágrimas salieran de sus ojos y dejó suavemente aquellas flores blancas. Tan blancas como el cabello que ella tenía, recordó esa sonrisa suya, las veces en las que se habían tomado de la mano y también recordó la primera vez que habían estado juntos como amantes. Quedarse con la idea de ella dejándolo sin darle ninguna explicación ahora quedaría atrás. Las personas cometen errores, todos lo hacen, el mismo había cometido una larga lista de fallos.

Cuando se puso de pie y caminó por el pasto verde de aquel cementerio al fin se dio cuenta que todo había quedado atrás. El cielo se veía un poco más azul.

Seguro, cometería más errores, pero a pesar de ello continuaría.

Paris era un lugar agradable, no tanto como su natal China o como Tokio, pero, aunque su estancia allí había sido breve el lugar le había interesado un poco. Había escuchado que París era la cuna del amor. Era una frase idiota, pero tenía que admitir que, desde que había comenzado su viaje un tibio sentimiento se había formado en su corazón. Y le daba nauseas.

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