The Lost One Weeping

¿Quién eres, mamá?

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La curiosidad mató al gato, pero el gato murió sabiendo

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—Hace unos años, en una ciudad de esta nación, tres hermanos ingresaron a la prestigiosa escuela Danafort. Tenían una buena vida: eran parte de un clan familiar con renombre, tenían buenas calificaciones y una vida social muy activa.<

>Uno de ellos era el novio de Liz Barzard, hija del cardinal* Caín Barzard; eran la parejita perfecta y se rumoreaba que iban a casarse cuando acabaran la preparatoria... pero el destino tenía otros planes.<

>La preparatoria Danafort tiene la costumbre de realizar un baile para festejar la llegada del verano, fue en uno de estos bailes cuando ocurrió lo que los medios llamaron como "El horror de Danafort": Liz Barzard fue drogada, violada y golpeada por un estudiante a quién no pudo identificar con claridad, pero si de algo estaba segura es que ese tipo era uno de esos hermanos... uno de los tres hijos de la familia Demon.<

>Luego de un par de semanas, se reveló que ella había quedado embarazada tras la agresión y se dice que la familia Demon le ofreció dinero para que se realizara un aborto, pero Liz se negó y fue encontrada muerta un mes después. Nunca dieron con el verdadero responsable y la familia huyó hacia esta ciudad.<

>Uno de los hijos, Estarossa, está desaparecido; Zeldris ingresó a la academia militar y Meliodas ingresó a la preparatoria Boar Hat.

—Muy interesante la historia, pero no entiendo qué tiene que ver con nosotros —habló un joven de cabellera verde cuando su amigo albino terminó de contar el relato.

—Tampoco logro comprender. ¿Acaso usaremos esa historia del pasado para perjudicar a Meliodas? ¿Ese es el plan qué fue mencionado en nuestra última reunión? —cuestionó la tercera persona en esa habitación.

—En parte —dijo Ban —, sí aprovecharemos esto para joderlo, pero no es lo que les dije esa vez.

—Bueno, es probable que sirva para molestar un rato, pero dudo que los estudiantes se lo crean —aportó Howzer a la conversación —. Él tiene muy buena reputación entre los docentes y alumnos, no podemos llegar y decir eso así como así.

—Howzer tiene razón, Ban, debemos tener alguna prueba —este fue Gowther.

—¿Me toman por tonto? Claro que sé eso y ya lo tengo organizado.

—Genial, ¿cuál es el plan?

—Todo a su tiempo, señores. Debo hablar primero con la pieza clave para el éxito de todo esto, aunque no me preocupa, sé que accederá a todo lo que yo le diga.

—Elizabeth —dijeron Gowther y Howzer al mismo tiempo.

—Exactamente —confirmó Ban mientras se ponía en pie —. Ahora, tenemos otro tema a tratar.

—¿El traidor? —cuestionó Howzer —. Te puedo asegurar que yo no soy.

—Calma, no he acusado a nadie. Además, estoy seguro de que ustedes dos no son, sospecho de alguien más.

—Diane, ella tiene más probabilidad de ser la traidora.

—Así es, mi estimado cuatro ojos. Por eso debo tomar medidas y asegurarme de si mis sospechas son reales.

—¿Ya pensaste en algo? —cuando Ban se disponía a responder la pregunta de Howzer, un pequeño golpe se escuchó en la puerta.

El silencio inundó la habitación. No había sido un golpe con la intención de que se le abriera la puerta a quién estuviera del otro lado... fue un golpe casi imperceptible, como cuando alguien se apoya en la puerta y un accesorio suyo choca contra esta.