𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖. ⛓

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Abrió sus ojos con lentitud soltando algunos quejidos al sentir algo de dolor extenderse por todo su cuerpo mientras se sentaba sobre la cama con una mueca, acostumbrándose a la poca claridad que entraba por una equina de la ventana que la cortina no cubría.

Los recuerdos de lo que había pasado apenas unas horas atrás comenzaron a formarse en su cabeza, recordando el como JungKook había recorrido y complacido todo su cuerpo.

Con cuidado se bajó de la cama notando su cuerpo desnudo. Tomó su ropa que estaba esparcida por el suelo al lado de la cama y se la coloco, sin ver la que traía JungKook, o siquiera al mismo JungKook.

Salió de la habitación siendo recibido por el aire fresco del resto del departamento. Tal vez haber tenido sexo con las ventanas y todo cerrado no había sido tan buena idea, ahora estaba todo pegajoso, pero quería saber si JungKook aún estaba ahí o si ya se había ido.

Pero sus sospechas se fueron al momento en el que entró a la cocina y se encontró con JungKook de espaldas cocinando algo, cosa que lo extraño y preocupó al mismo tiempo; no sabía que podría hacer en su cocina.

— Oye, ¿que haces? — preguntó, haciendo que JungKook se sobresaltara.

— Carajo, creí que seguías dormido. — murmuró, abriendo la llave del fregadero y poniendo su mano debajo del chorro de agua; por el susto se había quemado el dedo.

— No, ya desperté. — dijo, bostezando y acercándose para así ver lo que hacía.

— Eso veo. — lo miró de reojo y se alejó regresando a la olla con comida — Te preparo comida.

— Ah... gracias. — musitó tomando asiento y haciendo una mueca al hacerlo.

— Y... ¿cómo te sientes? — preguntó, al percibir el repentino silencio que se comenzaba a hacer.

— Bien, supongo. — tensó una sonrisa al ver a JungKook poner un plato frente suyo y luego él tomó asiento — No te quedas después de tener sexo, ¿cierto? — preguntó, directo.

— No. — relamió sus labios — Pero contigo es diferente, JiMin, en serio. — tomó sus manos por sobre la mesa — Me gustas y en serio quiero intentarlo, pero, ¿tú quieres?

JiMin lo pensó, en serio lo pensó. Sí, se había besado varias veces con JungKook, le parecía atractivo, llamaba su atención, e incluso podía decir que le gustaba, y hace tan solo un par de horas se había acostado con él. Y aún así tenía algunas dudas, después de todo no podía estar del todo seguro con eso.

— También me gustas. — alejó sus manos y miró a JungKook — Por ahora te quiero ayudar con tu problema con las deudas, luego, podemos hablar sobre esto. — dijo, comenzando a comer, para así dar a entender que era el final de aquella conversación y el tema.

— Pero, puedo asumir que tenemos algo, ¿no? — buscó la mirada de JiMin, en busca de su aprobación.

— Esta bien. — se encogió de hombros y miró a JungKook — Ahora come, o se te va a enfriar. — señaló la comida de su contrario, comiendo de la suya.

— Oh, sí. — JungKook sonrió y comenzó a comer también.

JiMin mantuvo sus pensamientos divagando en lo dicho por JungKook y lo que debía de hacer. Solo esperaba que todo saliera bien, al final sentía que sí podía salir algo bueno de los dos, juntos.

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Luego de la comida JiMin se fue a duchar sintiéndose mejor. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido sexo, y luego de esa descarga de tensión, se sintió mejor, e incluso en alivio.

Ahora iba en la parte trasera de la motocicleta de JungKook, camino a un lugar que éste no le quiso decir, pero que aún y algunas dudas había decidido aceptar.

Al llegar notó que era un lugar en Itaewon; un bar fue justo al lugar al que llegaron, ocasionando que JiMin se viera aún más confundido.

— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó, bajando de la motocicleta y viendo a JungKook hacer lo mismo.

— Aquí vivo. — respondió, tomando el casco que JiMin había usado.

— ¿Aquí? — señaló el lugar.

— No. Ahí. — apuntó sobre el bar — Vamos.

Sin decir nada más JiMin lo siguió, yendo a una puerta de metal con candado al lado del gran letrero del bar. JungKook la abrió y le dio paso a su mayor, quien al pasar se encontró con unas escaleras, comenzó a subir mientras JungKook cerraba y ponía el candado desde adentro.

Subieron las escaleras hasta que se volvieron a encontrar con una puerta de madera, que JungKook abrió con su llave y así le dieron paso al edificio por dentro.

Era aún más amplio de lo que parecía desde afuera. No habían muchas cosas, y tal vez por eso se veía tan espacioso. Habían dos sofás en el living con una ventana que daba hacia la calle al lado y una TV en medio de ellos, un poco más alejado estaba la cocina y a la izquierda habían otras dos puertas de madera.

— ¿Aquí vives? — preguntó, caminando un poco hacia el interior.

— Sí, así es. — asintió — No es tan grande, pero es agradable. — se encogió de hombros.

— Es lindo. — musitó mirando todo con atención — Y el bar, ¿no es molesto?

— No. El piso y las paredes son insonorizadas por lo mismo. — dijo, yendo a la cocina, para abrir el refrigerador y sacar una lata de cerveza — ¿Quieres? — JiMin asintió y sacó otra, dandosela.

— Gracias. — la abrió y dio un sorbo — ¿Cómo terminaste aquí?

— El bar era de un tío, él murió y lo dejó a mi nombre al ser su único pariente. — explicó tomando asiento en uno de los sofás y tomando de la cerveza — Siéntate, creo que no muerden. — dijo, divertido.

— Y, ¿que ibas a decirme? — cuestionó, ignorando el comentario de JungKook y sentándose.

— Oh, cierto. — dio otro sorbo y dejó la lata en el suelo a un lado suyo — Necesito ganar dos carreras más éste fin de semana y todo quedará perdonado y podré continuar con mi vida como si nada, es sencillo.

— Demasiado, ¿no crees?

— Eso fue lo que dijeron. — se encogió de hombros — Igual, enviarán a los mejores corredores para competir, y es precisamente por eso que no es tan sencillo.

— ¿Por qué? — indagó.

— Buscarán ganar sin importar como deban conseguirlo, JiMin. — pasó sus manos por su poblado cabello y miró a JiMin, serio — ¿Quieres ayudarme? Será éste sábado en el lugar que tú ya conoces.

— Después, ¿llevarás toda tu vida normal?

— Sí. Podría vivir con lo que gano por el bar. — asintió, pellizcando las palmas de sus manos, ansioso por la respuesta que JiMin fuera a dar.

— Bien. — accedió — Iré, correré contigo y después si las cosas se dan... — dejó las palabras en el aire y JungKook entendió, sonriendo en grande.

— Gracias. Te prometo que todo saldrá bien.

— Eso espero. — relamió sus labios y bebió de la lata.

— ¿Quieres ir a abajo?

— No soy fan de lugares cerrados con personas bailando con descontrol y bebiendo en exceso. — carraspeó — Pero si insistes. — suspiró poniéndose de pie.

— Bueno. — sonrió — Podemos irnos apenas tú quieres.

— Okay. — bebió lo que quedaba en la lata y se la dio a JungKook, listo para bajar.

JungKook tomó la lata, bebió de la suya y luego la tiró a la basura de la cocina y regresó con JiMin. Todo parecía comenzar a mejorar y eso lo estaba haciendo bastante feliz.

Ambos bajaron por el mismo lugar por el que habían entrado y se fueron hacia la entrada al bar para luego entrar y pedir algo ligero para beber.

JiMin esperaba que todo saliera bien, confiaba en que así sería; confiaba en JungKook, porque después de todo podía que incluso podían llegar a ser algo, y eso, aunque lo negara, le emocionaba.

Perfect Bad Boy «KookMin» •COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora