•She's back¦ Jack Conway•

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Después de dos atracos...

Todo habían sido éxitos para la pareja de policías, conformados por Viktor Volkov y nuestra protagonista, Ona conocida bajo la identidad de Olivia.
Estaban en el último atraco antes de lograr el reto que le propuso el ruso a Conway, si que es cierto que los últimos dos atracos habían sido una persecución en donde los que conducían no eran muy avispados que se diga. Ona se preparó mientras que Volkov negociaba, la cuenta atrás proveniente de las voces que conocía muy bien le hicieron alertarse y cubrirse. Esto para ella sería pan comido, había practicado tantas veces con Xiaomi y los de la mafia una situación igual que sabia todos sus movimientos porque si, los que estaban dentro eran sus compañeros.
Ella procuraría no dispararles y haría como que fallaba los tiros, pero esa idea se fue de su mente al percatarse de que eso no sería muy fiable debido a que Volkov la había visto disparar, e incluso lo había presenciado, mientras ella estaba en movimiento. Además, una de las cosas que le dio puntos para entrar en el cnp fue su increíble puntería. Se cubrió detrás de un coche y escuchó por la radio a sus "compañeros" comunicar sus posiciones.

- Me encuentro detrás del coche de policía- dije por radio a lo que la voz de su compañero no dudo en responder.
-Perfecto agente Olivia, desde ahí debe tener una visual perfecta para atacar- y era cierto, la tenía, otra cosa era que la aprovechase como el ruso pensaba que ella lo iba a hacer.
- También seré un blanco fácil, me usaré de carnada así pueden derribar a los de dentro- comuniqué por radio y al segundo mi cabeza comenzó a pensar. Los que estaban dentro eran Xiaomi, Diablo y Culebra, si les ganaba luego podría restregárselo por la cara a esos tres. Una sonrisa juguetona y ladina se formó en su rostro mientras me levantaba para disparar y mis compañeros de la policía gritaban que no lo hiciese, ya que creían que iba a ser el cebo.

(...)

Seis, seis disparos fueron suficiente para inmovilizar a los atracadores, siete fueron los que se escucharon en total. Sus compañeros no creyeron lo que había sucedido, mas que nada porque tenían sus ojos cerrados por los disparos imprevistos, el único que lo vio todo fue el comisario, quien se encontraba atónito. Ona, con su pelo moviéndose con el viento y con la rápida ráfaga de la bala que había sido enviada desde dentro de la joyería, había disparado en cuestión de un segundo seis balas, atinando a los atracadores de dentro. El imprevisto fue esa séptima bala perdida, la cual había ido directa hacia el ojo de Ona. La adrenalina del momento no la permitía sentir dolor, a pesar de poder perder la vista. Volvió a poner sus pies en la tierra ante el grito de su compañero, el comisario Volkov, ella simplemente sonrió antes de perder el conocimiento.

El grito del superior alarmó a todos los presentes.
- ¡Solicitad a un 10-38 cagando hostias! -volvió a elevar su voz el comisario con el cuerpo inconsciente de Ona en sus brazos- Joder Olivia.... Como eres tan imprudente.... -le cubría el ojo para que no perdiese sangre.

Los enfermeros llegaron conduciendo una ambulancia, en donde se llevaron a Ona para operarla de urgencia, otros EMS se quedaron tratando las heridas de los atracadores mientras que, la policía les procesaban en el mismo sitio por si se les ocurría escapar.

Camino al hospital se encontraba un chico tenso agarrando la mano de su compañera mientras susurraba palabras de apoyo, ya había informado en radio que Oliva, ósea se Ona, había sido abatida con un tiro en su ojo y que debía ser operada de urgencia. El comisario se quedó pensando, solo una cosa pasaba por su cabeza, lo feliz que estaría su superior de que esa mujer se tuviese que ir del cuerpo, ese pensamiento le daba rabia, tanta que su cara se volvía roja.

Al dejar que se llevasen a su compañera y amiga se quedó en la puerta del hospital, esperando mientras fumaba con calma uno de los cigarrillos de su superior, porque sí, luego de llevar la ambulancia Conway apareció en el hospital. Aunque estuviesen los dos juntos no se escuchaba nada, solo gritos de la gente de alrededor, lo cual volvía esta situación algo incomoda.

- Tranquilo Volkov, estará bien y ya podrás follártela - estaba hablando y mientras su voz sonase la sangre del mencionado se iba calentando más y más - ¿Tan desesperado estas que quieres ya que gane prestigio? Dios.... - el superintendente miraba su cigarrillo pensando el motivo por el que había dejado un atraco y condujo a toda velocidad hacia el hospital. Hacia como si no le importase que su compañero se quisiese tirar a esa chica, pero en realidad le quemaba por dentro.

- ¿Por qué no deja de hablar Conway? Si Olivia está en esta situación es por su carácter de mierda, su egocentrismo y su hipocresía. ¿No que no le importaba esta chica? ¡¿Pues entonces que hace aquí?! - él también se notaba ardido, quemado y lastimado, tenía miedo de perder a alguien que podría considerar más que una amiga.