No es la fuerza lo que nos mueve

Capítulo 6

En medio del caos de una ciudad en llamas durante una preciosa noche tapada por el humo se podía apreciar un gran número de vehículos militares bloqueando el paso con varios soldados cubiertos apuntando sus armas a la cortina de fuego que se cernía frente a ellos.

De pronto una fuerte ráfaga de viento apagó las llamas dejando un camino abierto por el cual dos siluetas se veían caminar, una con los brazos sobra la cabeza con despreocupación mientras que la otra se acomodaba algo que portaba en las muñecas.

Luego de unos segundos se podían observan a quienes pertenecían aquellas figuras, eran Jai y Shui Yun que miraron como estaban siendo rodeadas por un montón de soldados que les apuntaban.

Jai: Bueno, abra que ir enserio

Shui Yun: De cualquier forma no quería dejar ningún soldado vivo, esto me ahorra trabajo

La morena de corto cabello rojo se hincó como sí se preparase para una carrera mientras que la otra chica de tez blanca comenzó exhalar tranquilamente unos segundos extendiendo sus brazos con calma para acto seguido tensar los por completo, pero no sólo sus brazos sino que todo su cuerpo, toda su musculatura parecía moverse o comprimirse por cuenta propia, era como sí estuviera cargando una enorme cantidad de peso en un sauna comenzando a transpirar bastante, luego de esto calmando su respiración relajó su cuerpo. Los soldados miraron confundidos, pero uno de ellos, el comandante al ver esto entró en pánico ordenando que dispararán a matar de inmediato así que sin más todos abrieron fuego de inmediato, pero Jai con una sonrisa tensó toda su musculatura, su corazón comenzó a latir mucho más rápido y el calor que generaba su cuerpo comenzó a aumentar, la chica china se colocó detrás de ella mientras veía como su amiga se paraba de manos comenzó a girar bloqueando todos los disparos, viéndolo en cámara lenta era como si las balas que intentarán impactar contra ella se derritieran antes de tan siquiera tocarla.

Shui Yun aprovecho el calor que emanaba la mujer para terminar su preparación, su cuerpo estaba completamente relajado y gracias a su amiga ya estaba muy empapada por lo que tomó una postura de estilo wushu sobre el charco de sudor que ahora estaba a sus pies. Jai al ver esto sonrió mientras continuaba girando.

Jai: ¡Jajajajajaja! Qué empiece la brillante danza...

Shui Yun: ... Del fuego y el agua...

Jai/Shui Yun: ¡La tormenta perfecta!

Acto seguido flexionando sus brazos Jai dio un salto al aire girando a gran velocidad dando una patada que no sólo repelió las balas también creo potente golpe de aire caliente que logró sacudir los vehículos obligando a los soldados a cubrirse sus rostros por la fuerza del aire, pero aún así continuarían su ataque o al menos así sería sí no fuera porque al momento de volver a abrir los ojos no se encontraba ninguna de las dos, todos las buscaban con la mirada hasta que de pronto un fuerte crujido llamó la atención de todos que al voltear a ver miraron con terror la cabeza de uno de sus compañeros rodar hacía al frente. Jai se había colado atrás para atacar a quienes se encontraban en la retaguardia y sin perder el tiempo tras decapitar a aquel soldado sin siquiera bajar su pierna giro su cuerpo dando un salto con la otra para acercarse al otro soldado y destrozarle el brazo de una patada descendente que sin dificultad se lo arrebato por otro lado Shui Yun sin que ninguno se percata se gracias a la distracción se deslizaba como un fantasma entre los vehículos cortando los cables del paso de combustible con su propia mano que era tan afilada como un cuchillo, una vez todos quedaron inutilizados desapareció sin ser detectada.

Todos se encontraban asustados por los actos de la mujer de cabello rojo alborotado comenzando a atacarla, pero ella sin problemas esquivaba los disparos como sí estuviese danzando entre la lluvia de balas que se dirigían a ella, pero poco a poco la cantidad era menor y no por falta de munición sino porque los soldados de pronto comenzaron a caer, lo demás que comenzaron a percatarse no entendían que pasaba hasta que uno de los que miraba confundido cayó frente a ellos, antes de caer un chorro de sangre salió de su cabeza.