Capítulo 10

524 33 20
                                    

Un día que empezó mal para el pequeño de cabello blanco con la comida de sus primas terminó siendo el perfecto día que había planeado para su amiga, pero al final; el día terminó tan mal como comenzó o incluso peor, pero no fue el único con un día difícil pues en Alemania un hombre enfurecido con varias venas marcadas en su frente recorría a paso veloz las instalaciones militares en las que se encontraba seguido por su asistente la cual le pedía que se calme, pero esté no la escuchaba tanto por la distancia que les separaban ya que ella no podía seguirle el ritmo como el hecho de que estaba únicamente concentrado en sus pensamientos.

"¡Retrasos, molestias, gritos, papeleo y más y más complicaciones, esto es el colmo! Maldición... ¡¿Porqué fui designado a él?! ¡¿Porqué tenía que ser yo?! Esto es un fastidio... ¡¡Aaaah!!"

El hombre llevaba gafas de sol, traje negro, camisa blanca y corbata roja con un pin de la bandera de Alemania en medio del nudo de está. Para quienes lo mirasen era obvio que caminaba rápidamente molestó por como mostraba los dientes y sus cejas estaban arqueadas aunque esto era lógico ya que sabían porqué se encontraba así, por ello más que temerle sentían lastima por él ya que siempre los encargados de "ese sujeto" terminaban rápidamente estresados o renunciando a su cargo así que todos a su paso se quitaban del camino algo preocupados o murmurando sí a caso ya iba a renunciar, pero todos los balbuceos se detuvieron cuando finalmente el hombre llegó a su destino.

Frente a él una enorme puerta blindada de acero con varios candados electrónicos y un pequeño panel de acceso al costado podía apreciarse, sin demora introdujo la contraseña para que está poco a poco comenzará a abrirse. Una vez hecho entró tratando de controlar su irá mientras que su asistente finalmente llegaba junto a él, pero justo cuando iba a pasar para acompañarlo la puerta volvió a cerrarse justo frente a ella.

Preocupada quería intentar abrirla, pero ella no conocía el número de acceso, entonces miró a sus alrededores por sí alguien podía ayudarla, pero todos desviaron sus miradas continuando sus caminos o evitando pasar por ahí así que únicamente pudo dar un suspiro de resignación sujetando con fuerza su portapapeles esperando lo mejor.

Dentro de la habitación que parecía un pequeño departamento con una cama, un baño y una cocina todo completamente de blanco sin ningún tipo de ventana además de un pequeño ducto de ventilación se encontraba un hombre recostado relajadamente en la cama al lado de una pila de botellas de cerveza y mucha basura como envoltorios de golosinas, chocolates, papeles de informes, observaciones o que parecían listas con varios nombres tachados.

???: ¡¡¿Se puede saber quién te autorizó a salir Grüner Tod?!!

Grüner: Y dale con eso... [responde relajadamente estando recostado en su cama sonriendo despreocupadamente] primero que nada, buenas tardes

???: ... [conteniendo su enojo] buenas tardes... Ahora, ¡¿Porqué saliste sin autorización?!

Grüner: Jajajajaja cuando volví ya me lo preguntaron ¿Es qué no se cansan de esa pregunta? Jajajajaja

El tipo de cabello verde cerraba los ojos riendo relajadamente de forma despreocupada sobándose el estómago hasta que el hombre se puso al costado de su cama mirándole de frente.

???: ¡¡No puedes salir sin que lo autoricemos!!

Grüner: ... [se levanta dejando ver la inmensa diferencia de tamaño entre ambos] ¿Y quién lo decidió? [le preguntó mirándolo de forma amenazante]

???: [tragando saliva intentando ocultar su miedo] la... La directiva... Y... El jefe militar... Y... Además... N-no debes ir al bordell sin nuestro permiso [acomodándose sus gafas trata de sonar más firme frente a él] sobre todo el mío que soy el encargado de organizar tus salidas, misiones y períodos de descanso...

No es la fuerza lo que nos mueveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora