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-¿Lista mi amor?-. Fernando y Lucero llegaron al consultorio.

-Lista-. Dio un suspiro y beso a su esposo.

-Te amo-. Fer le dio un beso en la frente.

______

-Hola Lucero-. El psicólogo le extendió la mano y le sonrió.

-Hola-

-Soy Ricardo-. Lucero tomo la mano de él y también le sonrió.

Se sentía extraña con él,  pero extraña de mala manera, era cómo si lo conociera de toda vida, y gracias a eso fue que pudo hablar con entera confianza.

*

-¿Cómo te fue?-. Fernando se acercó de inmediato a Lucero en cuanto la vió batallar un poco con la silla de ruedas.

-Bien, muy bien-. Lo abrazo fuerte. -Creo que encontramos al psicólogo correcto-.

Después de la consulta fueron a comer a un restaurante, ese restaurante lo solían visitar mucho antes del accidente y les traía gratos recuerdos.

-¿Recuerdas cuando nos encerramos en el baño de esté restaurante?-. Le pregunto Lucero a Fernando.

-Por supuesto que lo recuerdo-. Le toco una pierna mientras la sentía estremecer. -También recuerdo cuando en el estacionamiento de esté mismo restaurante hicimos el amor aprovechando que nos habían dicho que las cámaras no servían-

-Mmmh-. Se mordió el labio. -No tienes idea de lo mucho que mi cuerpo te extraña-

-¿Sabes? No creo que está platica sea la más propia e esté lugar-. Beso la mejilla de su esposa. -Cuida tus palabras o alguien abajo de mí puede reaccionar-.

Después de aquella platica pidieron su comida y al poco tiempo salieron de ahí.

Fernando manejaba y Lucero miraba por la ventana del coche.

"¡DETENTE"!
 

  "¡EL AUTO NO DETIENE"!

       "¡MAMÁ!"

      "TU HIJO ESTÁ MUERTO".

Fernando detuvo el automóvil en cuanto vio a su esposa entrar en otra crisis.

Algo que a todos sorprendía bastante era que, a Lucero no la calmaba ninguna pastilla, ningún doctor, ni siquiera sus hijos...

La tranquilizaba siempre Fernando, sentirlo cerca, escuchar su voz.

Nada cómo un abrazo de su hombre para calmar todo aquello que la atormentaba.

-No quiero que me dejes-. Le suplico mirándolo a los ojos.

-No lo haré, te lo prometo-. Aparto los dos mechones de la cara de su esposa y le beso ambas mejillas para luego abrazarla fuerte. -Te amo-. Le repitió Fernando al oído. -Te amo-. Le seco las lágrimas con sus dedos. -Te amo-. La beso suave en los labios.

________

-Será muy fácil enamorar a esa idiota-

-Más te vale, porque te pagaré muy bien-

-Caerá rendida a mis pies-.

  

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora