CAPITULO 4: UN GRAN FAVOR

8 2 1
                                    

"Una buena acción puede cambiar radicalmente la vida de alguien, incluso la tuya"

Enrique: Lo siento amigo, te doy mis condolencias

El pasillo se inundó por completo de un silencio sepulcral, el ambiente se tornó frio cual tempano de hielo, ya no había sollozos, ni gritos, ni pleitos, todo era un completo silencio. Enrique todavía sostenía a Federico, él seguía sollozando por la muerte de su hermana mientras apretaba los puños y los dientes de impotencia, Joseph alzo la mirada y al ver eso se sintió todavía más culpable.

Media hora después

Federico tuvo que ir a encargarse de los tramites y arreglos para poder llevarse el cuerpo de su hermana menor, mientras tanto su cuerpo permanecería en la morgue. El pobre hombre estaba muy mal todavía, pero debido a la presión y poca o nula empatía de la gente del hospital él tenía que encargarse de resolver toda la burocracia que conllevaba la horrible tragedia de una vez, aunque bueno Federico seguía derramando lagrimas mientras se encargaba del asunto.

Mientras tanto Joseph y Enrique seguían en el mismo lugar de antes debido a que nuestro protagonista se había reusado a moverse, él todavía seguía presa de la depresión por la muerte de su novia, su hermano mayor intentaba hacer lo que pudiera para ayudarlo, pero... era muy difícil, Joseph tenía la mirada baja en todo momento y difícilmente pronunciaba palabra alguna.

Enrique: Iré a traerte algo de comer y beber de alguno de los puestos que están afuera, ya vengo

Pasaron unos minutos, Joseph seguía mirando al suelo, él distinguió un par de zapatos pasar caminando y esta persona, que era una mujer, entro a la habitación donde Tamara falleció, salió luego de unos minutos llevando los registros médicos, lo cual era raro porque viendo su ropa no se trataba de alguien del personal del hospital. Como si fuera cosa del destino Enrique también ya regresaba y se iba a acercando a su hermano menor quien seguía desconectado del mundo.

Enrique continuaba acercándose hasta que alguien le toco el hombro, resulto ser la mujer que traía los registros de Tamara, apenas Enrique se dio la vuelta ella puso su dedo índice en la frente de él y de inmediato se quedó dormido misteriosamente, ella lo atrapo y lo puso en una de las sillas de aquel pasillo y luego se fue caminando tranquilamente hacia Joseph.

Aunque suene raro Joseph no se había dado cuenta de lo que estaba pasando, el continuaba mirando al suelo, la mujer aquella se paró frente a él, nuestro protagonista ni prestaba atención, solo veía los zapatos de ella.

¿? 1: (seria) Levántate – él no le responde – ¡Que te levantes, Joseph!

Joseph: (cabizbajo) ¿Cómo sabes mi nombre?

¿? 1: Porque tú me lo dijiste

Nuestro amigo levanta la mirada lentamente dándose cuenta de que la personas frente a él no era otra que la misteriosa joven Daphne.

Joseph: (sin interés) ¿Qué haces aquí?

Daphne: (seria) Digamos que vine a hacer mi buena acción del dia

Joseph: (triste) No entiendo, pero... adelante, que te vaya bien

Daphne: Que frio, pero bueno no puedo culparte, quiero que vengas conmigo un momento

Joseph: ¿Porque?

Daphne: Solo levántate y sígueme – ella se aleja, Joseph duda un instante, pero decide ir tras ella

Intro 

FUGITIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora