CAPITULO 6: AMISTAD

9 1 1
                                    

"Cuando la confianza se pierde no hay vuelta atrás"

Al dia siguiente

En la facultad de Medicina

Parecía otro dia normal, algunas personas recién iban llegando, algunos venían con calma ya que todavía tenían tiempo antes de que empezaran sus clases o ya habían terminado las suyas y gozaban de tiempo libre hasta la siguiente, por la misma razón unos se quedaban en el patio conversando, ligando o usando sus teléfonos, también habían otros que pasaban corriendo ya que tuvieron la mala suerte de que sus clases ya habían empezado, vaya injusticia que tienen que sufrir algunos con los horarios raros de las universidades.

En un salón de clases se encontraba una maestra bastante mayor dando una clase, pero muy pocos estudiantes le prestaban atención debido a lo aburrido que resultaba esto.

Tamara: Él llega tarde, lo primero que lo dicen y lo primero que hace, honestamente yo tampoco quisiera estar aquí, esta materia es una lata. Lo que más me carga el diablo es saber que su presencia aquí es irrelevante, aunque Joseph no asista a clases igual se las arregla para aprobar, como lo odio por eso, que suerte tienen algunos, maldita sea.

La clase termino como una hora después, Tamara iba por el pasillo rumbo a su siguiente clase porque empezaría en unos momentos, todavía tenía algunos minutos así que iba con calma por el edificio conversando con su mejor amiga, ambas terminan llegando a clase justo a tiempo y deciden tomar un asiento en la parte derecha de la sala, Tamara está en la cuarta fila mientras su amiga está detrás.

Mientras tanto en la entrada de la facultad varias personas llegaban corriendo para evitar llegar tarde, apenas entraban al edificio se dispersaban, pero continuaban corriendo, algunos escaleras arriba, otros al subsuelo, y algunos más a través de la planta baja.

En el salón donde esta Tamara

Normalmente tienes la libertad de irte a la hora que se te venga en gana de la clase, también no importaba mucho si llegabas tarde porque podías entrar igual, aunque había ciertas excepciones y esta era una de ellas, el catedrático de esta ocasión era un hombre bastante mayor que se tomaba muy en serio la puntualidad y como era costumbre antes de que empezara su clase cerraba la puerta del salón con seguro y nadie más ya podía entrar, tampoco irse hasta que terminara la clase.

El hombre fue a poner el seguro y en el segundo en que estaba a punto de cerrar la puerta alguien llega corriendo tan rápido que termina estrellándose contra la entrada abriéndola de golpe y debido a la velocidad termino cayendo al suelo dando una voltereta para finalmente quedar de espaldas, todo eso había sido tan sorpresivo que todos en el salón voltearon de inmediato a ver lo que pasaba, el maestro no se movió de la puerta y solo dirigió la mirada hacia la persona que estaba tirada en el suelo.

Maestro: (enojado) ¿Qué horas son estas de llegar joven?

Joseph: - se siente muy incómodo al sentir las miradas de todos sobre él - (levantándose) Disculpe, tuve un problema

Maestro: Que lastima, pero eso no es excusa para casi romper la puerta, además conoce las reglas, ¡retírese!

Joseph: Pero...

Maestro: (interrumpiendo) ¡Ahora! - El hombre apunto hacia el pasillo mientras miraba afuera, extrañamente se quedó petrificado con la mirada perdida por un segundo – Agh ¿sabe qué? Mejor siéntese de una vez que ya quiero empezar con mi clase

Joseph obedeció de inmediato, como era el último en llegar tomo un asiento en la última fila, mientras Tamara lo estuvo viendo fijamente, se podría decir que ella estaba tan molesta con Joseph como el maestro por su retraso. Él estaba vestido completamente de negro, también llevaba una sudadera con capucha cubriéndole la cabeza, para constatar era la misma prenda que Daphne había usado ayer, aparte también tenía los mismos lentes oscuros de su amiga.

FUGITIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora