Desde que somos niños empezamos a formar lazos con las personas de nuestro alrededor.
Taehyung y Jungkook habían formado uno desde que se conocieron. Uno que es lo suficientemente fuerte para mantenerlos unidos.
*Historia original.
*No copias.
*No...
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Agosto del 2010
—Buenos días señora Jeon —saludó el alto adolescente con una sonrisa.
—Buenos días Taehyung, Jungkook bajará en unos momentos —respondió haciéndose a un lado para dejar pasar al castaño —¡Kookie, Taehyung ya vino por ti!
—¡No quiero ir! —respondió desde su habitación
—¡¿Cómo que no quieres ir?!
A Taehyung le parecía divertida la escena, siempre sucedía cada vez que el menor entraba a un nuevo curso, sin duda su Jungkook nunca cambiaría.
La mujer estaba apunto de subir para sacar a su hijo quien seguramente aún estaba en cama pero la mano de Taehyung en su brazo la detuvo.
—Descuide yo me encargo.
El castaño sin esperar respuesta subió las escaleras en busca del pequeño, al llegar éste estaba acostado, oculto debajo de las sábanas.
Taehyung fue acercándose silenciosamente, cuando llegó tomó las sábanas por ambas esquinas inferiores y con algo de fuerza las quitó.
Al hacer esto se encontró con su lindo amigo con su uniforme ya puesto, con un lindo puchero en sus labios y con el ceño fruncido, trataba de mostrarse molesto pero lo único que causaba era ternura.
—El simple hecho que hicieras eso no hará que me mueva de aquí —dijo en menor cruzándose de brazos.
—Tal vez no, pero mi boca sí.
—¿A q-qué te refieres con eso? —preguntó nerviso.
Taehyung se acercaba a él de una manera lenta, en sus labios se formó una sonrisa traviesa. Jungkook sabía que eso no era bueno.
—Lo descubrirás en unos segundos.
Terminando de decir aquello Taehyung se lanzó sobre el pelinegro, rápidamente tomó los brazos del menor colocandolos arriba de la cabeza de éste, sus labios daban pequeño besos en el rostro de Jungkook causándole cosquillas.
La habitación se inundó del ruido de las risas por parte del menor.
Taehyung sin duda ama demasiado ese ruido.
Lo que había empezado como pequeños besos terminaron con las manos de Taehyung haciéndole cosquillas por casi todo el cuerpo del menor.
—T-tae tae... para p-por favor —el menor hizo su esfuerzo para terminar dicha oración.
—Me detendré hasta que me digas que iras a la escuela.
—¡Bien, iré!
Taehyung se detuvo al conseguir lo que quería. Jungkook se encontraba con la cara roja y lágrimas en sus ojos que salieron al reír tanto.
