2. Reencuentros inesperados

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—17.09.2022—

Lunes, otra vez, segunda semana de clase, segunda semana que pasaría sola...

Porque sí, ahora ninguno de mis amigos me hablaba, todos ellos estaban molestos conmigo y no digo que yo no fuera culpable pero ellos tampoco estaban libres de culpa.

Os preguntareis qué narices fue lo que pasó pero a ser sincera ni yo termino de entenderlo.

No me molesta estar sola pero el primer día me había sentado en un banco cercano a la zona donde estaban mis amigos y no habían parado de lanzarme indirectas, por lo cual, he acabado comiendo por fuera de la biblioteca y pasando los recreos leyendo.

Y sé que llegará el típico comentario de "eso lo que querías" pero no, yo no pedí en ningún momento tener que pasarme los recreos en la biblioteca para no escuchar como todo el rato me mandan indirectas, yo solo quería tiempo para mi también, para alejar el dolor...

Bueno, como iba diciendo, es la segunda semana de clase y a mí me toca correr porque sino, como de costumbre, llegaré tarde.

Corrí como si mi vida dependiera de ello y adivinad qué.

Mi reloj estaba una hora adelantado y he llegado cuando ni los gallos se han despertado.

—Estas cosas solo me pasan a mí...— murmuré sacando el móvil para entretenerme en la maravillosa hora que me quedaba por delante.

Pasé un rato en tik tok y otro en Instagram, me salieron las historias de aquel chico que había conocido el año pasado, Hugo, habíamos hablado un poco durante los meses siguientes a conocerlos pero luego nos distanciamos y lo único que sé de él es por sus historias y publicaciones.

Siempre subía historias con sus amigos o su novia pero últimamente no subía nada de eso y solo subía cosas sobre libros y alguna otra en la que nunca se le veía, en esta ocasión subió una historia de Harry.

En la historia salía el libro que había comprado aquel día cuando nos conocimos y una frase del libro. Todo esto dejando ver de fondo los asientos de una guagua vacía.

"Yo no puedo ser un mago. Yo... Solo soy Harry. Harry a secas." Decía su historia y no pude evitar sonreír al recordar que cuando hablábamos él me llamaba Hermione porque decía que podría pasar horas horas estudiando y leyendo, por mi parte, yo lo llamaba a él Harry porque a pesar de ser jodidamente inteligente se conformaba con lo mínimo para aprobar y porque adoraba tanto el fútbol como Harry el Quidditch.

Sonreí, pensé en responderle a la historia con alguna frase de Hermione pero luego me di cuenta de que tal vez eso le causara problemas con su novia. Ya me había montado una escena de celos, no necesitaba más.

Por alguna casualidad del mundo yo llevaba hoy mi libro de a través de mi ventana y lo saqué para ponerme a leer, aunque dudo que se me ocurriera ponerme a jugar al béisbol con él, digo, los libros son para leer...

—¿Acosadora?— me sorprendió una voz justo en el momento en el que leía una escena un poquito subida de tono.

Levanté la mirada aún un poco abochornada y me sorprendió encontrarme a Hugo frente a mí.

—¿Potter?— le pregunté yo confundida y él se sentó junto a mí con esa sonrisa que lo caracterizaba aunque se veía más apagada que como la recordaba, como si le costara sonreír.

—Vaya, veo que el tiempo no te quita lo de pervertida— se rio sentándose junto a mí mirando mi libro.— ¿Qué haces por aquí, Hermione?— me preguntó y la sorpresa fue desapareciendo.

—Estudio aquí y normalmente mi mejor amiga me despertaba llamándome pero como ha dejado de hacerlo he llegado una hora antes, ¿y tú?— le pregunté yo de vuelta como si fuera lo más natural del mundo.

—Me han trasladado aquí— me respondió aunque no parecía demasiado emocionado.

—¿Sin ganas de un nuevo instituto?

—No es eso, digamos que han sido unos meses largos, mis amigos y yo estamos en una situación complicada y he decidido cambiarme para no darle una paliza a mi mejor amigo, o bueno, supongo que ex mejor amigo.

—Yo... lo lamento...

—Siempre que nos vemos te disculpas por algo, deberías aprender a no pedir disculpas por cosas que no son tu culpa, mucho tienes con lo tuyo, mi amigo es un capullo y me alegro de haberme dado cuenta ahora y no más adelante cuando el daño sea irreversible— comentó él encogiéndose de hombros con indiferencia —. ¿Por qué no te despertó tu amiga?— cambió de tema.

—Son tiempos... complicados. — respondí jugando con mis dedos.

—El mundo nos unió a ambos el verano pasado cuando estábamos en el mejor momento y nos vuelve a unir cuando estamos los dos para la mierda...—comentó él con una risa amarga.

Iba a aportar algo a la conversación pero en ese momento llegó mi tutora y nos vio a los dos tirados en el suelo como mendigos así que se nos acercó.

—Hola Maia— me saludó con una sonrisa cálida —, tú debes de ser Hugo, ¿verdad?— le preguntó al chico de mi lado y él asintió. —Soy Mara, seré tu tutora, también soy la de Maia— se presentó ella nos hizo pasar al instituto.

Por los pasillos caminaban varios profesores organizando las clases del día sin prestarnos atención.

—Lo siento pero me da curiosidad, ¿os habéis conocido fuera?— preguntó mi tutora después de explicarle varias cosas a Hugo— hablé con tu anterior tutor y me dijo que estabas teniendo problemas para socializar y si tenemos en cuenta que Maia no es la persona más extrovertida...—murmuró con cautela, en otras circunstancias me habría molestado la pregunta y el comentario de después pero Mara era joven, no llegaba a los 30 años, había conseguido el puesto de tutora porque el primer día de clase nuestro tutor había pedido la baja por depresión, lo único que hacía era preocuparse por lo que consideraba una responsabilidad a la que no estaba acostumbrada.

—No, la conocí el año pasado por ser una acosadora asquerosa— se rio él y nuestra tutora nos miró confundida pero no hizo preguntas.

—¿Puedes darle tú la recorrido?— me preguntó a mí— Puede que te venga bien hablar con alguien...— añadió Mara, para nadie era un secreto lo que había pasado entre mis amigos y yo, la primera clase de historia Aarón me había tirado una libreta y desde entonces los profesores estaban preocupados.

Salimos al patio sin decir nada cuando fui yo la que rompió el silencio.

—¿Problemas para socializar? Si eres la jodida persona más extrovertida que existe.

—¿Introvertida? Quisiera decir que me sorprende— se rio él y cuando le di una mirada amenazante dejó de reírse— digamos que hace un tiempo que no tengo ganas de hablar con nadie.

-Pero estás hablando conmigo.

—Siéntete la excepción a la regla— me dijo él y antes de que pudiera añadir algo cerró el tema de discusión— bueno, ¿por dónde empezamos?¿hay alguna biblioteca que pueda visitar o un campo de fútbol?— me preguntó con un nuevo brillo en su cara.

Y así fue como volví a saber de Hugo, en el momento en el que más sola estaba llegó dispuesto a mandar a la mierda cualquier posibilidad de popularidad por estar conmigo.

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Holaaaa

Les dejo por aquí el primer capítulo de esta historia.

¿Qué van opinando de los personajes?

No duden en comentar, los leo.

Amor entre libros (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora