5. Videollamada

35 8 1
                                    

-Hugo-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Hugo-

Tan frágil... Maia aparenta ser tan frágil...

En cierta forma me recuerda a mí, sola, perdida y asustada, somos parecidos a fin de cuentas, solo nos diferenciamos en nuestra forma de exteriorizarlo.

Ella llora, dibuja, lee y escribe, mientras que yo me mato en el gimnasio, le doy patadas a mi balón de fútbol, leo y escribo.

Dos copos de nieve, eso sería una gran descripción de nosotros, tan parecidos y diferentes a la vez.

Aquel día que la conocí decidí hablarle por aburrimiento, luego seguimos hablando y vi en ella el tipo de persona a la que podría ayudar y podría ayudarme a mí, una buena amistad, beneficiosa para ambos, una amistad que nos sacaría de nuestras zonas de confort a ambos.

Cuando hablábamos por videollamada Maia siempre se emocionaba contándome lo que sus amigos y ella hacían, sonreía y no se callaba, sus ojos siempre brillaban de felicidad y eso era algo que me gustaba de ella, daba igual que tan mierda hubiera su día, siempre estaba dispuesta a fingir que le buscaba algo positivo solo para poder hacerme feliz a mí y para librarse de lo que ella denominó "la charla del día negro"

Cuando el tiempo pasó y dejamos de hablar una parte de mi extrañaba las charlas hasta altas horas de la madrugada sobre lo que planeábamos escribir o sobre lo que habíamos leído, una parte de mi también extrañaba aquellas pequeñas historias que ambos escribíamos picándonos mutuamente, nunca le di importancia pero ninguno de mis amigos me escuchaba hablar sin juzgarme o se tragaba un monólogo mío de dos horas sobre algún libro.

Puede que fuera por eso que me afectó tanto encontrarme a la chica sonriente tan hecha mierda como yo, puede que fuera esa la razón por la cual había decidido romper la que había estado siendo mi política de poco contacto con otros seres humanos y puede que fuera esa la razón por la que por primera vez en meses estaba quedando con alguien para salir a hacer algo.

No era el plan del siglo, habían pasado 5 largos días de clase desde que me la encontré llorando en aquel rincón de la biblioteca.

Desde ese momento entre solitarios nos entendimos, Maia no quería estar cerca de sus amigos y por eso habíamos estado comiendo en nuestro rincón de paz o en las gradas del campo de fútbol, es por eso que el jueves, mientras estábamos observando a unos chicos que estaban tirando a la portería, se me ocurrió invitarla al que sería mi primer partido de la temporada.

Últimamente no hablo mucho en los entrenamientos y me he aislado bastante del equipo pero al ser el capitán mi aislamiento no a podido ser completo, por ahora ellos son lo más parecido que tengo a amigos, bueno, siempre han sido mis amigos, llevamos juntos media vida, son prácticamente mis hermanos pero ya me entendéis.

-¿Estás seguro de que quieres que vaya?- me preguntó por quinta vez cuando hablaba con ella por videollamada como llevábamos haciendo todas las noches desde el lunes.

-Si no quisiera que fueras ni te habría dicho que empezaba la temporada, además, dijiste que querías empezar a seguir algún deporte, no somos profesionales pero por las risas- comenté yo acostado en mi cama al igual que ella.

-No sé... Aaron jamás me invitó a uno de los suyos... y se suponía que era mi mejor amigo...- murmuró ella y pude notar ese pequeño rastro de tristeza que intentaba ocultar a todo el mundo.

-Es un capullo- fue mi única respuesta.

-Solo está enfadado...- lo justificó ella.

Me había dado cuenta de eso, en ese detalle también éramos muy diferentes, ella justifica lo que sus amigos hacen y se culpa a sí misma mientras que yo tengo claro de quien es la culpa de cada cosa que me ha pasado, hubo cosas que si fueron culpa mía pero hubo otras que jamás lo fueron y esas son las que más me dolieron al final.

-Como si está con la regla, nadie se merece que hablen así de él y menos que lo intenten humillar, te recuerdo que ese capullo empezó a contar tus secretos

-Solo está...

-Vuelve a decirme que está enfadado y te prometo que te cuelgo para ir a darle una paliza a ver si se le pasa el enfado- le interrumpí yo.

-Lo...

-¡Que ni se te ocurra pedirme perdón!- la volví a interrumpir.

Otro detalle sobre Maia era ese, se diculpaba por todo, incluso por las cosas que no eran su culpa.

Hermione se quedó en silencio mirando un punto fijo de su habitación así que yo hice lo mismo, nuestro silencio no era un silencio incómodo solo estábamos en silencio porque ambos lo disfrutábamos.

-Harry...- murmuró y volví a fijar mi vista en ella.

-Hermione...

-¿Puedo hacerte una pregunta personal?

-No pienso decirte con cuantas me he acostado este mes- bromeé yo-, tengo una reputación que mantener

-No es eso...- murmuró ella como si se debatiera entre decírmelo o no- ¿Por qué dejaste de subir fotos con tus amigos?

-Mi novia me engañó con mi mejor amigo y me enteré enteré de que mi grupo de amigos entero lo sabía- respondí yo con simpleza- hay más pero me agrada más la idea de que tu hagas la historia del por qué, será más interesante, escríbela y ya me la pasas.

No respondió.

El silencio volvió pero yo ahora sentía la necesidad de hacer una pregunta también.

-¿Por qué te alejaste de tus amigos? No me trago eso de que sea porque necesitas espacio.- rompí el silencio y ella pareció tensarse.

-Yo...








●●●

Holaaa

¿Cómo están?

¿Les gustó el capítulo?

Estoy hasta arriba de exámenes, por eso estaré bastante inactiva en ambas cuentas pero tenía muchísimas ganas de escribir desde la cabeza desde nuestro querido Hugo.

Busco propuestas para su ship, si tienen alguna déjenlo aquí 👉

Amor entre libros (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora