¿Sabéis que existen muchos tipos de personas?
¿Sí?
Bien, porque Hugo y yo somos polos opuestos, aunque solo de puertas para fuera.
Por ejemplo, Hugo es el tipo de persona que sabe como animarte incluso cuando más mierda te sientes y yo soy un asco con los sentimientos.
Pero por alguna extraña razón nos llevábamos bien, había sido así desde que empezamos a hablar horas después de conocernos en la librería.
Habíamos hecho muchísimas llamadas y nos habíamos hecho amigos por algún misterio de la vida, pero en ese tiempo que hablamos le conté a a él cosas que no hablé jamás con mis amigos porque sabía que ellos me juzgarían y aquel chico lindo de la librería no lo haría porque en verdad no nos habíamos visto tanto, a penas habíamos quedado dos veces después de aquello.
¿Por qué digo que somos polos opuestos solo de puertas para fuera?
Sencillo, él es extrovertido y yo introvertida, él siempre sabe sacar tema de conversación y yo siempre me quedo en blanco, él tiene un ego que se lo pisa y yo a penas puedo mirarme en el espejo y decirme a mi misma que no estoy tan mal.
Pero, de puertas para dentro, ambos teníamos el mismo retraso mental, como quien diría. Nos entendíamos y estábamos igual de locos, dispuestos a experimentar, probar y desafiar al destino. Deseosos de hacerle honor a nuestras casas de Hogwarts.
Una de las veces que quedamos fui a su casa he intentamos hacer galletas, creo que con deciros que el suelo se llenó de harina, las paredes de huevos y que rompimos la mitad de la vajilla os haréis una idea de lo que pasó.
La cosa es que lo llevé por todo el instituto dándole una guía de todos los sitios, haciendo especial énfasis en los que me dijo que serían sus favoritos: la biblioteca, las canchas y el gimnasio.
Cuando estábamos a cinco minutos de que tocara el timbre para la tercera hora, tutoría, donde Hugo se presentaría, lo paré antes de acercarnos demasiado a la clase.
—Harry,— lo llamé y el chico me miró a los ojos con atención— una vez entremos a clase finge que no me conoces...— le dije yo y aquello le quitó su característica sonrisa, frunció el ceño confundido y me miró como si no lo entendiera.
—¿No quieres que sepan que somos amigos?— me preguntó con tristeza y yo negué con la cabeza de forma inmediata.
—No paso una buena racha con mis amigos... si te ven conmigo nadie se acercará, ahora soy la rarita y tu el nuevo que no tardará en convertirse en popular— le expliqué yo y pude ver un destello de comprensión en sus rasgos faciales.
—Me importa una mierda ser popular, no tengo demasiadas ganas de hacer amigos, ya lo dijo Mara, estoy teniendo problemas para socializar, ahora mismo no tengo ganas de fingir que me importan un montón de personas que se acercan a mí por interés...
—Pero...
—Por favor... — me pidió y yo asentí sintiéndome incapaz de dejarlo solo en su primer día, ya vería como hacer que hiciera amigos.
Entré a clase y todo el mundo me miró mientras cuchicheaban, como de costumbre no presté atención y caminé con la vista clavada en el suelo fingiendo que no escuchaba nada.
Agradecí que Mara no tardara en llegar y por ende no siguieran hablando de mí, todos preferían conocer al chico nuevo. Era la novedad, mucho más interesante que una rarita que llevaba ahí desde siempre.
Mara empezó a hablar sobre que debíamos tratarlo bien y todas esas cosas mientras yo me puse la capucha de mi sudadera y me puse a dibujar en un cuaderno sin prestar demasiada atención.
—Él es Hugo Becker-— ahí levanté la mirada y vi entrar al chico con esos aires de "me la suda todo" pero sin sonreír, lo cual me llamó tremendamente la atención. Hugo siempre está sonriendo, eso es lo que lo caracteriza.
— ¿Por qué no nos hablas de ti?— le preguntó Mara a Hugo y este se encogió de hombros con indiferencia, como si le diera igual las miradas que recibía por parte de todos, analizándolo, viendo qué tan interesante podía ser.
Pasó su mirada por toda la clase buscándome, seguramente, y me encontró en la esquina de la clase al fondo, le di una sonrisa cálida y Hugo empezó a hablar de él.
—Soy Hugo, tengo 16 años, me gusta leer, escribir y el fútbol... ammm... nací en Alemania y viví allá hasta los 5 años así que no recuerdo demasiado a parte del idioma porque hablo con mi padre en alemán para no perderlo y creo que poco más...— dijo él y miró a Mara con la esperanza de que lo dejase sentarse de una vez por todas, pero nuestra tutora no se quedó contenta con eso.
—¿Sabes qué quieres ser de mayor?
—No.
—¿A qué país te gustaría viajar?— volvió a intentar sacar tema de conversación y los ojos de Hugo se fueron a mí y pusieron esa sonrisa de diablito de cuando va a hacer una travesura.
Mi mente no tardó en conectar puntos y empecé a hacerle señas de que no se le ocurriera decir nada.
—Le prometí a una amiga que la llevaría a los parques Disney de Orlando para ir al de Harry Potter y al de los Vengadores de Disney Land Paris,— me sonrió— además de a alguna cómic con.— respondió él con una sonrisita malévola pintada en la cara.
Mara tuvo que ver mis señas porque me miró antes de pedirme que me levantara y me pusiera al frente de la clase.
En un segundo una clase que había estado embobada bajo los encantos de Hugo pasó a ser una clase que me miraba con repugnancia. Como si solo fuera un trozo de basura que arruinaba las vistas.
—Maia a sido la guía de Hugo por el instituto, es por eso que considero justo que respondas las mismas preguntas que él.— Mara me miró a la espera de mi respuesta y Hugo murmuró unas palabras muy alentadoras. Nótese el sarcasmo.
—Vamos, Hermione, sino te das prisa no dudo que nos tiren las sillas...—dijo él y yo suspiré llamando a toda mi poca seguridad en mi misma antes de empezar a hablar.
—Me llamó Maia Parker, tengo 16 años, me gusta leer y escuchar música, soy de aquí, no sé que quiero estudiar y me gustaría ir a Estados Unidos, Francia, Alemania y Grecia...— no estoy segura de qué tan claro dije todo eso porque fue muy rápido y no tan alto, pero Mara le dijo a Hugo que tomara el sitio junto al mío.
No dije nada hasta que nos sentamos y vi que varios de mis compañeros miraban a Hugo, algunos con curiosidad y otros, en su mayoría chicas, se lo comían con los ojos.
—Harry celebritie lo llamaban...— murmuré yo mientras Mara empezaba a explicar que haríamos un ejercicio para conocernos mejor en el cual tengo claro que no participaré a menos que me obligen.
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Holaa
Les dejo por acá el segundo capítulo de esta historia, si les gustó no olviden votar y comentar.
¿Qué opinan de Hugo y Maia?
¿Y de Mara?
Pd: tenemos nueva portada, ¿les gusta más esta o la otra?
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Amor entre libros (PAUSADA)
Teen FictionConocí a Hugo en una librería y después de meses sin comunicación volvimos a encontrarnos en el momento de más soledad para ambos, ¿cómo puedo sentirme sola si Harry no deja de molesatar? El chico extrovertido que se quedó solo y la chica introvert...