Al noveno día de estar ahí (según mis cuentas), volvieron a sacarme de mi celda para llevarme a la zona de tortura. Tuvieron que arrastrarme esa vez, porque sabia a donde nos dirigíamos. No iba a ceder y dejar que me llevaran al matadero como una chica buena.
Me agarraron de los brazos y arrastraron hasta la sala. Podrían haberme sacado un brazo y lo habría preferido a que me volvieran a sentar para enfrentarme a Edmund.
-¿Estas más tranquila hoy?-Preguntó entrando a la sala-Me han dicho que has estado enferma estos días.
Lancé una mirada cabreada por encima de su hombro a Doc que la rehuyó al instante.
-¿Y que tal las cosas por ahí arriba? ¿Me echan de menos?
Tenia que jugar bien mis cartas y provocarle era una de ellas. Comenzó a quitarme las vendas de los dedos lentamente, torturándome cuando las gasas se desprendieron de la piel hinchada y dolorida. Apreté los labios para no gritar.
No fue delicado al hacerlo, concentrándose en los tirones que estaba dándome para quitarlas. Las costras se desprendieron pegadas a las gasas, volviendo a activar la sangre que se acumuló en donde antes estaban mis uñas.
-¿Cuanto has tardado en saber que estábamos bajo tierra?-Preguntó divertido.
Me encogí de hombros, distrayéndome con la conversación.
Ver como la sangre volvía, como la sensación de ardor aumentaba, me estaba revolviendo las tripas. Edmund se iba a divertir otra vez.
-No hay ventanas en ningún lado, rejillas de ventilación dobles en cada estancia y he estado tirando migas de pan en mi cuarto. Las hormigas huelen comida a unos doscientos metros, más o menos, de su zona de su nido y se que hay tierra porque rubio con ojos azules fuma y viene con los zapatos llenos de barro. Además la luz de los pasillos esta adaptada como UVA usada en bunkers. Así que deduzco que estamos a varios metros bajo tierra para que ni las hormigas, ni el aire puro entre. Lo supe al segundo día de despertar.
Gruñí al terminar de hablar porque había liberado mi pulgar, el que peor estaba.
Edmund se apoyó en sus rodillas con las manos para mirarme con el ceño fruncido por la concentración.
-¿Por qué tuviste que enfrentarte a mi, Ara?
Aproveché para burlarme de él y sonreírle, porque sabia que dentro de poco ya no podría hacerlo.
-Soy la mejor en todo y tu me desafiaste. Te gané y tienes que empezar a aceptarlo, Edmund. Pase lo que pase con nosotros, te gané.
Esperé el golpe, pero no llegó.
Solo su sonrisa macabra extendiéndose por su boca.
-Tu familia esta sufriendo, Ara. Sufre mucho y esta desesperada-Explicó con burla, provocándome un escalofrió agónico-Tendrías que ver a la pequeña Alicia llorar, a tu madre...
Las pocas horas que lograba dormir, estaban llenas de pesadillas con la gente que amaba. En como estarían llevando mi ausencia, por lo que estarían pasando. Solo rogaba porque se estuvieran apoyando los unos a los otros. Que Nicolás no dejara a mi madre sola y se apoyaran el uno en el otro, como siempre habían hecho.
-Cabronazo-Escupí rabiosa-Diles que me has matado. Disfruta de su sufrimiento, de ver como entierran un ataúd vacío...
Eso seria rápido, llorarían mi muerte y me enterrarían.
-¿Y perderme la diversión de que se imaginen cosas horribles sobre lo que te esta ocurriendo?-Se burló cogiendo un bote de la mesa de torturar-Cuéntame ¿Cómo convenciste a Garrick para que me traicionara?
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Atrapada en el Purgatorio #3
Romance"Las penas que se sufren en el Purgatorio son similares a las del Infierno, pero no son eternas y purifican porque la persona no esta empedernida en una opción por el mal. Es la purificación de los elegidos; la ultima etapa de la santificación" Alca...