Capítulo 17

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Val ya no tenía esos mechones morados en su cabello que tanto la habían hecho destacar siempre. Se los había teñido y cortado, luciendo una media melena hasta los hombros más discretos. Sus piercing seguían en su nariz, agitándose cada vez que la arrugaba.

El maquillaje debía de ser suave al salir del tren, pero en esos momentos había desaparecido, solo dejando unas motas negras debajo de sus ojos después de tanto llorar.

Se las quité con los pulgares, sonriendo al verla reírse y coger mis manos con fuerza, bajándolas hasta nuestro regazo.

-Casi ni me acordaba de las pequitas de tu nariz-Bromeó con la voz ronca-Ni de lo sexy que eres tampoco.

Se me escapó una carcajada, sacudiendo la cabeza.

-Eres idiota-Protesté poniendo los ojos en blanco-¿Como podrías olvidarte de algo tan explosivo como yo? Ni lo intentes, porque soy inolvidable.

En lugar de hacerla reír, volví a provocarle las lágrimas y que tuviera que contener un sollozo a duras penas.

En las últimas horas no habíamos hecho más que llorar y apenas hablar, incapaces de separarnos la una de la otra.

Necesitábamos una tarde tranquila, así que habíamos ido a casa de Damon y Guille a ponernos al día y tratar de tranquilizar a Val sobre mi estado.

-Eh, eh, ya está cariño. Esta con nosotros-Me ayudó Guille a consolarla-Es el puto grano en el culo que acabas amando y que sabes que no se va a ir nunca.

Puse una mueca de asco, mirando a Damon horrorizada.

-Siento que tengas que presenciar ese grano, Damon.

Por fin logré que mi amiga parara las lágrimas y se riera a carcajadas. Damon se ruborizó con media sonrisa mientras que Guille me aniquiló con la mirada.

-Mi culo es perfecto, solo era una metáfora.

-Una mierda de metáfora-Me pitorreé con un resoplido.

Val se limpió las lágrimas con insistencia, sacudiendo la cabeza y cogiendo aire por la boca.

-Ya, ya, no empecéis a discutir-Pidió con paciencia, enderezándose-Ya esta, ya estoy mejor-Dudé ante su serenidad repentina, carraspeando para aclararse la garganta-Ya estoy mejor, de verdad. Ha sido todo muy intenso pero ya te puedo tocar, te puedo ver y veo que pareces estar bien y feliz.

Asentí con la cabeza, sin perder la sonrisa.

-Voy mejorando y si, estoy feliz de estar con vosotros.

También había llorado al reencontrarme con Val, pero no a su mismo nivel ya que ella había estado tan aislada de mi vuelta y de nosotros que se había estado guardando demasiado.
Había estado a su lado, dejando que se desahogara y tratar así de compensar todo el tiempo que estuvimos separadas.

No era mucho, pero era lo único que podía hacer.

-Háblame de tu vuelta al trabajo-Me pidió apoyándose de nuevo en el sofá-De tus hermanos, de tus padres, de Eric. Ponme al día, por favor.

Después de haber sacado casi todas las lágrimas, me tocó a mi hablar y contarle que tal habían sido esas últimas semanas de mi vida. Le conté las mejores partes, porque no quería agobiarla con nada más duro en ese momento.

Solo Eric había sido capaz de soportar saber partes de lo que me ocurrió. No todo, porque tampoco quería hacerle recordar lo que tuvo que ver en las grabaciones.

Le puse al día de los ultimas novedades, ya que nos habíamos estado llamando y mensajeando, pero no era lo mismo que hacerlo cara a cara.

Hablamos hasta que me quedé sin temas de conversación y con la boca seca, pero Val no dejaba de preguntarme cualquier cosa, incluso si había cambiado algo en mi apartamento.

Atrapada en el Purgatorio #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora