Extra #3: Como una familia

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Cuando, el en ese entonces, Wen Yuan conoció al nigromante alegre de aura inexplicablemente se creó un lazo entre el par de manera casi instantánea. Fue un momento mágico que siempre se quedaría en la mente del menor hasta el final de sus días, podía asegurar que, sin importar el dolor que tuviera que atravesar o los obstáculos que tuviese que superar, la calidez y el amor de ese especial día se quedaría grabado en su mente y en su corazón como un precioso tesoro invaluable e irremplazable.
Un tesoro que apreciaría cada vez que quisiera y cada vez que lo necesitase.
Otra parte importante de su cofre con memorias valiosas es aquel día caótico en el que conoció al segundo jade de Lan en el pueblo de Yiling, aferrándose a la pierna del de blanco sí que fue una manera muy extraña de dejar una primera impresión, por supuesto que en aquel entonces no le importaban las apariencias, incluso ahora seguía manteniendo esa preciosa característica suya pese a las duras críticas que había recibido de algunas personas sin mucha importancia.
Ese par de días de encuentros se convirtieron en las más preciadas memorias para Wei SiZhui.
El mejor momento que puede recordar es el intercambio de miradas que se daban entre los dos mayores a escondidas del otro, el amor discreto con el que brillaban los ojos grises y dorados tratando de no ser descubiertos por el temor de arruinar la frágil relación que tenían en ese entonces.
Ahora que SiZhui lo pensaba de esa manera, ambos eran demasiado obvios a los ojos de un pequeño niño que solo quería jugar con sus mariposas y los juguetes recién adquiridos (mismos que nunca imaginó que podría tener en algún momento debido a las circunstancias desfavorables que les fueron arrojadas sin mayor arrepentimiento). Si incluso él a su corta edad pudo notarlo, ¿por qué ellos como un par de adultos no pudieron enterarse de sus florecientes sentimientos cada vez que se veían?
Tal vez fue debido a que creyeron que la incomodidad permanecía allí presente entre ellos, impidiéndoles fluir con las cálidas sensaciones de un par de corazones enamorados. Quizás fue por las numerosas ocasiones en las que terminaron en malos términos con el contrario lo que les impidió revelar sus sentimientos guardados con toda la discreción y delicadeza posible.
O muy probablemente fue por las diferentes maneras en las que intentaron protegerse sin hacerlo notar, con la mala noticia de que sus intenciones fueron malinterpretadas y transmitidas de manera errónea por gente cegada (ya sea que fuese por el deseo de obtener algo que jamás debió de existir según el creador o el egoísta pensamiento de ser reconocidos por una persona sumamente asquerosa) y la misma gente que debería de haber dejado las cosas de lado por el bien de la paz.
Mas bien, gente estúpida con falta de juicio propio. Gente que se esmeró en hacer que dos jóvenes prometedores caminaran descalzos sobre las espinosas y venenosas opiniones públicas y la manipulación de personas a las que nadie quiere recordar ahora.
Para Wen Yuan no era justo el hecho de que sus padres tuvieran que ir sin armas a enfrentarse a los malditos juicios que fueron claramente manipulados detrás de escenas.
Mismos juicios que hicieron que el amor de sus padres se marchitara cuando ni siquiera había florecido por completo. Juicios que impidieron que un amor juvenil se desarrollara en la tranquilidad de Yiling y la compañía de muchos conejos de diferentes tamaños y colores.
Y ahora, después de revelar muchas verdades dolorosas, el joven heredero de YilingWei acarició suavemente la portada azul de aquel libro desgastado. El libro que se convirtió en uno de sus últimos recuerdos junto a unos inconsistentes y borrosos Wei WuXian y Lan WangJi; el par de enamorados en medio de la tragedia.
En ese momento afrontaba uno de esos días en los que desearía viajar atrás en el tiempo y evitar que esa noche sucediera. Evitar que sus padres murieran de una manera tan injusta. Era un pensamiento sumamente infantil si tomaba en cuenta su edad, sin embargo, no podía importarle menos tener pensamientos tan infantiles cuando recordaba vagamente la sonrisa cálida del nigromante que lo enterró en la tierra con la excusa de que crecerían más niños para jugar con él.
O las noches en las que se sentaba sobre el regazo del mayor y lo escuchaba tocar una canción relajante que describía perfectamente su vida, todo eso con los rayos de luna que lograban filtrarse entre las espesas y oscuras hojas de los árboles de aspecto tenebroso.
La melodiosa voz de su Xian-gege cantando dulcemente para entretenerlo y mantenerlo distraído de la dura vida que llevaban en un intento de conservar el aire ligeramente oscuro dentro de sus pulmones.
Solo pudo salir de sus pensamientos cuando una mano delicada que podía recordar de toda la vida se colocó sobre su hombro. La mano que siempre le daba consuelo las noches en las que soñaba con la conferencia que tuvo que vivir en su infancia y las miradas variadas que le dirigían en ese momento.
—Tie-jiejie, los extraño. —La sinceridad de sus sentimientos jamás fue un problema cuando se trataba de la mujer a la que veía como una abuela más. Esas dos personas ahora no eran más que un recuerdo difuso que podía ver claramente de vez en cuando gracias a la mujer de rojo que cuidaba de él en cada ocasión que se presentaba.
La mujer de rojo abrazó al menor sin decir ni una sola palabra, quizás por el hecho de que su voz misma sonaba frágil o simplemente porque consolar al hijo de su A-Xian seguía siendo tan doloroso como aquella vez que le devolvió el recuerdo de la conferencia de discusión y tuvo pesadillas sobre ello durante todo un mes completo.
Pesadillas que solo se mantuvieron atrás cuando ella cantaba mientras lo arrullaba tiernamente contra su pecho, de una manera similar a la que solía hacerlo su Xian-gege. — A-Yuan, ¿quieres cantar con tu jiejie?
La última melodía de Chenqing se volvió su confort cuando el pasar del tiempo se volvía inexplicablemente aburrido y solitario, cuando las noches se sentían insoportablemente sofocantes sin los cuentos absurdos para distraer la mente; o cuando el aire dejaba de pasar con normalidad haciendo que sus pechos se sintiesen oprimidos por una fuerza externa, apretando tanto que casi parecía querer arrebatar el aliento de sus cuerpos.
La tranquilidad que les brindaban las frases y las notas en cada segundo denotaban los sentimientos que tenía su creador al momento de darle vida.
Las linternas de papel del lago flotaron lejos, el pasado cambió como otro capítulo.
Mientras Wei Yuan viviera y tuviera alguien a quién criar, no solo la canción de su Xian-gege sería recordada, se aseguraría de que el verdadero significado detrás de ella se recordara para no cometer los mismos tontos errores.
—Jiejie, ¿cuándo iremos a visitar el hogar de Xian-gege? —La pregunta salió de sus labios con casualidad antes de apretarse en una línea delgada. Sabía lo complicado que era para la mujer de rojo salir de los Túmulos y aún así dejó que esas palabras se formaran. —Quiero decir, A-Niang no ha regresado allí en un tiempo.
Dejé de prestarle atención a las críticas. Soy valiente, ¿así que por qué le temería a las palabras de otros?
A SiZhui no le hacía mucha gracia tener que llevar la flauta de su A-Niang a un lugar que se vio obligado a abandonar por diferentes motivos, pero tampoco es como si pudiera privar de una visita al único recuerdo tangible que le quedaba del nigromante, especialmente porque entendía las circunstancias del líder Jiang y el resto del contexto.
Soportando los chismes de la gente que aún persisten.
El joven heredero también quería llevar a WangJi, el qin de su A-Die para que le hiciese compañía a la ya no tan solitaria flauta fantasmal. Tal vez no sería lo mismo que viajar directamente con sus padres, pero era lo mejor que podía obtener en sus circunstancias. ¿Debería de llevar consigo su propia flauta para que al menos los instrumentos fueran una familia completa?
Quizás sí, los instrumentos al menos deberían de estar satisfechos estando juntos, tal y como lo debieron de hacer dos de las personas más poderosas del cultivo.
—A-Yuan, iremos todos, A-Xian querría presentarle sus respetos a la señora Yu y al antiguo líder Jiang, A-Ji seguramente también estaría contento de hacerlo.
Debajo del árbol, caen pétalos de flores, uno tras otro.
La mujer de energía resentida continuó frotando con suavidad la espalda del menor tratando de soportar las lágrimas que amenazaban con salir y humedecer la pálida piel de sus mejillas.
Tal vez, muy tal vez, en otra vida sus dos pequeños pudieran mantener sus vidas intactas y dejar que el amor creciera de una manera muy hermosa entre ellos. Quizás, en otra vida, pudiera protegerlos mejor de lo que hizo en esta.
Serían una verdadera familia con los problemas que tienen todas y cada una de las familias, pero también todas las cosas buenas que vienen con los integrantes.
Sería una oportunidad de cerrar sus heridas y sanar como era debido, crecer al tiempo en que debieron de hacerlo, sin prisas ni sorpresas incómodamente difíciles de abordar ni esos secretos llenos de conflicto para el corazón.
Existía la probabilidad de que los lazos no se perdieran ni debilitaran de la misma manera que sucedió. Sus pequeños no tendrían que llorar por perder personas importantes para ellos y ella sería feliz cuidando de los infantes.
Aunque eso viviría en su consciencia como un deseo inoportuno que no vería la luz del día.
De esa manera, un viaje al muelle del Loto fue acordado y a medias planeado.
Tal vez fue por el hecho de que los nervios de pisar las tierras del clan Jiang fuera de un motivo oficial es que el tiempo pasó volando y pronto el heredero del clan Wei se encontraba frente a los líderes Lan y Jiang en la entrada de la residencia de los Jiang.
SiZhui no sentía ya algún tipo de rencor en contra de esas dos personas, no porque fueran parte de su familia, sino porque era consciente de que sus padres estarían contentos sabiendo que se llevaba relativamente bien con ambos líderes.
Sin más ni menos presentó sus respetos y luego admiró cómo la mirada de ambos recaía en los instrumentos que llevaba sobre sí: el qin de su padre en la espalda y un par de flautas en su cadera.
Los dos pares de ojos parecían decir: Ah tanto tiempo, te extraño.
SiZhui se limitó a pensar lo mucho que sus padres adorarían y amarían vivir este momento familiar.  

[🍵]

Hello 🫂
Ya sé, cinco meses para el último extra y eso skdkflf, la neta me pasé con eso, entonces una disculpa por el retraso 🫶🏻
La verdad no estaba segura de cómo es que debía de seguir con el extra por varios motivos, pero creo que de esta manera quedó bien (por lo menos siento que es así) y bueno, leo sus opiniones al respecto 🙈

So, nos estamos leyendo en otro fic o en los comentarios de otras obras 💖

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𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘦𝘴 𝘖𝘧 𝘠𝘪𝘭𝘪𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora