Lan XiChen abrió los ojos con completa exaltación y con el corazón latiendo más rápido de lo usual, era una pena que no latiera por amor sino por el dolor de haber perdido más de lo que creía que podía perder.
Perdió a su hermano, a su cuñado, a un supuesto hermano jurado, la confianza en sí y también varias cosas más que no importaban tanto como las primeras.
No importaba cuánto lo intentara, el nudo en su pecho ataba su corazón y le hacía sentir cada vez más vacío, era como si lo estuvieran hundiendo lentamente entre todo el dolor que le había provocado a la persona más importante en su vida, y seguramente eso se quedaría más que corto.
Nada de lo que pudiera sentir podría compararse con todos los sentimientos negativos que le provocó a Lan WangJi, su hermanito querido al que había jurado proteger por encima de todo.
¿Proteger por encima de todo? Por supuesto, le había fallado en más de mil maneras, traicionó su confianza y lo dio por sentado, lo ignoró y le hizo parecer alguien ignorante. Hizo todo lo que en algún pasado lejano prometió que no haría.
Pero ya no había mucho que pudiera hacer para remendar sus errores, solo le quedaba mirar al futuro con el corazón pesado y las lágrimas inundando a todos los buenos recuerdos que tenía junto a su hermano.
Apretar los puños de sus manos desde tan temprano se había convertido en un hábito bastante común en los últimos días, especialmente en días como esos en los que despertaba con el recuerdo fresco de la mirada dolida y aterrorizada que tenía el Lan menor antes de decidir saltar por aquel acantilado junto a la persona que probablemente era la mejor persona que pudo haber conocido su hermano.
El tener tan presente el color dorado impregnado de la más grande traición y decepción era como tener varias de ciento de agujas enterrándose en su piel a cada segundo que pasaba.
En un intento de alejar esa sensación de sí, su mirada recorrió la habitación hasta que finalmente cayó sobre el libro algo desgastado que había llegado a sus manos tan solo unos días después de la muerte de su hermano.
Sentía el pecho más pesado que antes al solo pensar en ello, no por el libro como tal, sino porque el Lan menor ya había preparado todo en caso de que muriera aquel día, era como si hubiese tomado la decisión de morir junto a su amado mucho antes de lo que pudiera imaginar.
Casi parecía tener todo anticipado desde mucho tiempo antes.
Casi parecía que Lan WangJi, su querido hermano menor, ya estaba listo para morir en aquel evento.
—WangJi, te decepcioné, ¿verdad? —Preguntó a la nada con los ojos llorosos y los labios temblando infinitamente. —Hice cosas que dije que nunca haría contigo, dijiste que no era mi culpa, pero tú y yo sabemos que es mi culpa por no escucharte, por ignorarte, lo sabes.
Sus lamentos le servían de absolutamente nada ahora que la muerte había hecho su trabajo, no le servían porque había sido un mal hermano.
Volviendo su atención al libro, se levantó de su cama con mucha dificultad y caminó hacia la mesa en la que estaba el objeto causante de parte de su dolor.
La primera vez que abrió el libro fue cuando regresó del Salón Ancestral de YilingWei, lo recuerda porque era simplemente inolvidable lo que había visto aquella vez, es decir, ni una sola persona había visto el comienzo de la energía resentida, por lo menos eso fue antes de que cierto muchacho de ojos grises lograra tal milagro.
—Wei-gongzi, lo juzgué mal. —Se disculpó con el libro aún sabiendo que no arreglaría ni uno solo de sus errores, se disculpó sabiendo que ni así, ninguno de los dos jóvenes regresaría de la muerte. —WangJi, perdóname, tendría que haberte creído, no solo porque eras mi hermano, también eras la persona más justa que conocí.

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𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘦𝘴 𝘖𝘧 𝘠𝘪𝘭𝘪𝘯𝘨
Fiksi PenggemarDespués de visitar el salón ancestral de YilingWei, el joven líder Jiang regresa a su hogar echo un desastre y decide buscar la caja que dejó su hermano, al que maldijo durante tiempo y que ahora extraña con demasía. ¿Qué es lo que hay dentro de aqu...