The last punch || Cobra Kai

5

Desde que había visto pelear a Miguel, Amber entrenaba todas las noches karate. Su padre tenía un cuarto donde estaba decorado con fotos de él y el Señor Miyagi. Incluso tenía sus trofeos de cuando había salido campeón.

Amber había practicado con su padre hasta hace unos años atrás, Sam dejó de hacerlo. Daniel había hecho un gran trabajo con la chica pero ella desertó al entrar al equipo de porristas, junto a Moon y Yasmine.

La castaña cerró los ojos y comenzó a hacer unos movimientos con sus manos, Daniel se los había enseñado para para  lograr conectarse consigo misma.

No sintió cuando su padre entró y la comenzó a observar. Amber mantenía los ojos cerrados mientras comenzaba a hacer movimientos que su padre le había enseñado a los atrás.

— No perdiste la habilidad.— dijo un Daniel orgulloso.

Amber abrió los ojos. No se había dado cuenta de su presencia.

— Estaba pensando ordenar esta sala para finalmente hacer que Sam y tú vuelvan a entrenar.

— Yo quiero, papá. Creo que lo necesito más que nadie.

Esa misma tarde ordenaron todo y dejaron una habitación lista para ser usada como un centro de entrenamiento personal para Amber, ya que Sam se había negado.

— ¿Recuerdas lo básico?.— preguntó Daniel.

— Encerar, pulir, pintar. Creo que lo tengo.

— No seas arrogante.

— No lo soy. Realmente lo recuerdo.

Sin avisar Daniel atacó a su hija, quien bloqueó y se defendió de manera sutil para no hacerle daño a su padre.

— También recuerdo lo del árbol, papá. ¡Enséñame la grulla! Nunca pude hacer ese.

— Paso a paso, hija. Trabajemos en tus sentidos, debes ser capaz de poder sentir tu alrededor sin siquiera abrir un ojo. El señor Miyagi lo hacía de maravilla, sentía cuando yo llegaba, aún estando de espaldas.

Esa noche, Amber no lo logro. Pero Daniel estaba seguro que lo haría.

(...)

— Hola, Anoush.— saludó la chica al salir de la oficina de su madre.— ¿Que tal el día?

— Hilarante. Louie le hizo una broma al nuevo. ¡Encendió el auto dentro del lugar! Fue muy gracioso.

Amber rió.

— Mamá quiere que le saque algunas fotos a los carros. Haré mi magia y lo subiré al sitio web.

— Te aconsejó a los de allá. El chico nuevo está ahí, tiene que hacer un pequeño inventario.

Amber se despidió del amigo de su padre y comenzó a tararear una melodía en su cabeza.

Un chico, de espaldas, escribía algo en una libreta.

— Hola.— saludó Amber.

Robby se dio la vuelta asustado y reconoció a la chica de inmediato. Ella parecía no hacerlo. Era hermosa, no cabía duda de aquello.

— Supe que Louie te jugo una broma. Así sucede con los nuevos. No dejes que te afecte. Louie es así.

Robby no respondió. A Amber no pareció importarle y comenzó a fotografiar los automóviles.

— ¿Trabajas acá?.— le preguntó Robby.

— Se podría decir que no a tiempo completo. Pero si, tengo trabajo de vez en cuando.