C18: Solo quedo yo

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Cuando tú no estás, me falta el aire y se me olvida que no sé respirar. Sin ti no sé respirar.

R.

Estaba pensando seriamente en que había sido una mala idea ir al mirador a esa hora. El calor estaba insoportable, esperaba no insolarme antes de que la Maca llegara.

- ¿Y esto lo vas a poner en algún lado o qué onda? - Me preguntó el Miguel mostrándome las cartulinas cortadas.

- No sé aún, déjame descansar que me ahogué subiendo el cerro.

- ¡Chuta! Pésimo estado físico po' Cárdenas. - Me molestó.

No le respondí nada, estaba muy cansada como para defenderme. Menos mal había llevado una botella de agua, si no también moriría deshidratada.

- Ya, mira, acá está el pendrive. - Me habló luego de unos segundos. - Va solo la canción, si tú querís le podís agregar algo más. Sin echarle virus si po'.

- Ya, gracias, te pasaste, en serio. ¿Quedó bien grabada o no? - Pregunté mientras lo recibía.

- Sí, quedó la raja pa' no haber sido grabada en un estudio.

- Bacán... Ya, empecemos a ordenar, que ya van a ser las cuatro. - Dije mirando la hora en mi teléfono.

- Ya po', ¿por dónde partimos?

Decidí empezar por lo más fácil, las letras. Sin embargo, terminó teniendo nada de fácil, nos costó un montón pegarlas en la baranda, la cinta adhesiva no se pegaba bien a los fierros.

- Oye, que tierno el peluche este ¿dónde lo encontraste al final? - Me preguntó el Miguel sosteniendo el peluche de pollito que había comprado.

- En una tienda de peluches de Meiggs. Aún no puedo creer que me recorrí todo Santiago por ese peluche, hasta le agarré un poco de odio de lo tan difícil que fue conseguirlo. - Le conté.

- Pero está lindo. - Dijo. - ¿Tiene una notita? - Preguntó con la intención de leer el papel que pegué en la etiqueta.

Me paré rápidamente y se lo quité.

- No seái copuchento, es privado.

- Ya, le ponís color. Si ya me dejaste claro que erís super romántica, mínimo que lo que esté escrito ahí esté a la altura de todo esto que vái a armar.

Me reí y volví a guardar el peluche en la caja que estaba. Justo en ese momento sentí que un mensaje llegó a mi teléfono.

- Es la Maca. - Le dije al Miguel al ver su nombre en la notificación.

Me puse nerviosa, no sé por qué.

"Oye, no voy a poder ir, se alargó el almuerzo", decía.

- ¿Qué dijo? ¿Qué pasó? - Me preguntó mi amigo.

- Que no va a venir. - Conté cabizbaja.

- Ná, ¿me estái hueviando?

Negué con la cabeza sin levantar la vista del teléfono y respondí el mensaje.

"Pero ni un ratito antes de la fiesta? si da igual que lleguemos tarde☹️"

"No, dejémoslo para mañana no más", me respondió al instante.

- Puta la hueá. - Me quejé en silencio. - Ya, ayudame a sacar las letras y vámonos. - Le dije al Miguel.

- ¿Y qué vái a hacer?

- Nada po', mañana será.

- ¿Y vái a querer que te ayude?

Si tú supieras || RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora