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Después de tres semanas fuera, por fin regresamos a Corea.

A penas llegamos y ya teníamos varios compromisos pendientes, estaba el almuerzo de bienvenida con nuestras familias juntas, la cena en casa de los padres de Jungkook y el aniversario de los míos, y algunas cenas con socios de ambas empresas pero esas no les daba mucha importancia.

Durante el camino hacia el restaurante donde estaban nuestras familias esperándonos, el azabache y yo no habíamos cruzado palabra alguna, y dudo mucho que durante la cena nos dirijamos la palabra. Después del incidente del ascensor nuestra relación había empeorado un poco, además, con nuestras familias no teníamos que fingir ser la pareja felizmente casada pues todos ellos sabían que no estábamos casados por amor.

Llegamos al lugar acordado, bajamos y entramos como si no nos conociéramos, nuestros respectivos padres se acercaron a saludarnos.

- ¿Cómo les fue en la luna de miel?- preguntó mi madre acercándose a mi dándome un gran abrazo.

No tenía idea de cuánto necesitaba esto, calor y cariño, solo eso necesitaba.

- Ya lo sabes mamá, pésimo- habló Yeonjun, quitándome la palabra de la boca.

- ¿Cómo conseguiste esa foto?- pregunte curiosa, abrazando al gran orangután que tenía por hermano.

- Papá de alguna extraña manera la recibió - despeinó mi corta cabellera. - Jeon es un cabrón, ¿estás bien? 

Yeonjun no era alguien que expresara sus emociones a la perfección, aunque era mi hermano mayor, la mayoría de las veces era como si los papeles se invirtieran y el fuera mi mayor pilar cuando mis ánimos estaban por los suelos. 

- Tienes una hermana de acero, Yeyo - dije, provocando una sonrisa en él. - Esto no me afecta. 

Si, claro. Me lo repetiré una y mil veces más hasta creérmelo. 

- ¿A tu padre no le darás un abrazo?- escuché la voz de mi padre a mis espaldas.

- Hola, papá. 

Un abrazo corto, fue lo único que me inspiró ese señor. El día de la boda me demostró que podía poner a su propia familia en bandeja de plata para sacar un beneficio de eso. 

- ¿Estás bien? - sus ojos me escudriñaron completa, incluso vi un dejé de lástima en ellos. 

- Dejen de preguntar eso, ¿quieren? - esto comenzaba a cansarme. 

Los padres del chico se acercaron a nuestro círculo, evitando que una pequeña discusión entre mi padre y yo comenzara en ese momento. La gran mano de Yeonjun no dejó la mía en ningún momento.

- Bienvenida a la familia, HaRa- la señora Jeon, delicada y elegante a la vez.

- Gracias - sonreí.- ¿No están molestos conmigo?- pregunté confundida. - Volvimos antes de tiempo, se supone que regresaríamos dentro de un mes - dije, pensando lo peor con los padres de Jungkook. El señor Jeon se acercó a mí, tomando mis manos entre las suyas.

- ¿Porqué deberíamos de estarlo? En ese caso, con el que deberíamos estar enojados seria con nuestro hijo.

- ¿Y porque conmigo?- dijo el recién nombrado apareciendo a mi lado.

Si que era sínico.

- Hijo, la próxima vez que quieras besar a alguien más que no sea tu esposa, no lo hagas en el ascensor del hotel, hay cámaras- las mejillas del nombrado tomaron un color rojizo, el señor Jeon solo palmeó su espalda alejándose de nosotros.

- Luego hablaremos tu y yo, ¿entendido? - si hubiera sabido que la madre de Jungkook podía ponerlo como cachorrito regañado con solo esas palabras, mi ayuda que estaba pidiendo durante toda mi luna de miel hubiera sido ella.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2024 ⏰

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S A N T U O K A ; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora