Vulnera Sanentum |Dramione|

3. Potter

El ministerio estaba rodeado de reporteros que me bombardeaban con preguntas que no tuve la cortesía de escuchar. Nos abrimos paso entre ellos y así poder entrar al viejo edificio, para solo encontrarnos con un mar de personas que se detuvieron un momento para mirarnos de reojo.

Seguimos avanzando pero no podía ignorar la sensación de pesadez en mis hombros con cada paso que daba.

Sin darme cuenta la entrada de la sala donde se llevaría a cabo el juicio estaba frente a nosotros.

Abrí la boca para decir algo a mi madre pero mis palabras fueron interrumpidas con el sonido de las puertas abriéndose.

Suspire sonoramente antes de entrar, pero era como si el aire no fuera suficiente para mis pulmones.

Mire a mi madre mientras me acercaba a mi lugar frente a todos los miembros del ministerio.

Al sentarme pude notar las cadenas que había a cada costado de la silla, lo que faltaba.

Mire a mi alrededor notando solo la presencia de mi madre sentada en la especie de gradas que había atrás de mi.

-Oh joven Malfoy, por un momento creímos que no vendría, eso hubiera sido grosero de su parte, aunque no me desagradaba la idea de tener que ir a buscarlo hasta su hogar- el ministro sonrió amargamente acción que me hizo odiarlo un poco más, pero preferí no decir nada.

-Pues bien, comencemos con esto. Audiencia del 6 de agosto, condena contra Draco Lucius Malfoy, residente de Malfoy Manor en Wiltshire, Inglaterra.

El ministro siguió hablando, pero mi mente ya no podía procesar la información, solo una pregunta rondaba mi cabeza ¿Cómo diablos me había metido en esto?.

Tantos años de haber alardeado de mi apellido y a hora no había cosa que me avergonzara más.

A veces pienso que habría sido de mi si hubiera nacido en otra familia, con otro apellido, en otra parte.

-Los cargos son: Portar la marca tenebrosa, intento de asesinato y haber sido seguidor distinguido del Señor Tenebroso. Bien, siendo así y viendo que no hay testigos que demuestren lo contrario...esto va a tomar poco tiempo- La risa de los miembros del ministerio no era nada discreta ante el comentario de su líder.

-Se equivoca señor Ministro-

Una voz a mi costado me hizo voltear, por un momento había olvidado que Antonius se encontraba a mi lado, pero su comentario me sobresalto más que su presencia.

En ese momento el sonido de las puertas abriéndose nos hicieron mirar a todos.

Creí que era una mala jugada de mi mente cuando vi entrar con su emblemática túnica verde esmeralda a la profesora - a hora directora- Minerva McGonagall acompañada de un chico de cabellos negros y antejos cuyo apellido era conocido en todo el mundo mágico.

-Potter-.