Vulnera Sanentum |Dramione|

7. Hogwarts Express

El anden 9 3/4 estaba repleto de alumnos de todos los grados; desde los temerosos niños llorones de primero hasta los bochornosos fanfarrones de ultimo año.

Entre las caras conocidas de estos ultimos estaba Neville Longbottom que se encontraba hablando enérgicamente con un grupo de alumnos de menor grado a solo unos pasos de mi.

—Entonces yo tome la espada y ¡ZAZ!... —Su voz se corto al momento que noto mi presencia haciendo que sus espectadores me miraran también. Nadie dijo nada, era como si el anden se hubiera quedado mudo, espere un grito, un lloriqueo o al menos un murmullo, pero nada sucedió. Longbottom asintió con la cabeza en forma de saludo y lo mismo hice yo, su mirada se despego de mi y automáticamente el ruido inundo mis oídos de nuevo.

Ignorando las miradas de los presentes subí al tren, pensé en ir al compartimento de todos los años pero al llegar vi que estaba lleno de slytherins de tercer año así que opte por sentarme en uno vacío.

Subí mi baúl y me senté del lado de la ventanilla observando el paisaje.

En ese momento me sentía como aquel niño de once años, nervioso en su primer día de clases, pero el sentimiento no duro lo suficiente, las cosas ya no eran así; ya no tenia once, ni era mi primer día de escuela. Tuve que comprender en las horas de camino que yo no había un Draco Malfoy al que sus supuestos amigos esperaban, no había ni un Crabbe ni un Goyle, uno muerto y el otro como si los estuviera.

Después de la guerra la familia Goyle desapareció de la faz de la tierra. Tampoco había una Pansy Parkinson que estuviera detrás de mi todo el día, sus padres la habían enviado a Durmstrang con el argumento de que los alumnos y docentes eran tan solo traidores a la sangre, dicho comentario había puesto a sus padres en aprietos con el ministerio atrasando su transferencia.

Minutos antes de llegar y con la noche ya sobre nosotros comencé a prepararme, cuando estaba terminando de ponerme la túnica escuche unas voces fuera de mi compartimento, me acerque para oír mejor.

—¿Estas seguro de que esta aquí?— era la voz de un chico-

— Te digo que si, Luke me dijo que se lo conto su amigo Thomas que tiene un hermano que es amigo de Seamus Finnigan que es amigo de Harry Potter—. le contesto la voz de otro niño.

—Sabes, yo escuche que lo enviaron a Azkaban pero que la directora lo saco, y que al salir se le cayo todo el cabello—.

—Pues mi primo me dijo que se había vuelto loco y que se había cortado el brazo derecho —

Al escuchar eso ya no pude resistir mas, abrí la puerta de golpe y dije:

—¡De hecho fue el izquierdo!— Metí la mano izquierda dentro de la manga de la túnica de tal forma que parecía que no la tenía y la acerque a sus caras.

Los dos niños  gritaron con tanta fuerza que por un momento creí que los cristales se romperían.

Algunos alumnos salieron de sus compartimentos y al ver la escena rieron, hasta que una chica de cabellos castaños los jalo de las túnicas y los empujo por el pasillo.

—¡Ya basta! guarden silencio y vayan a sentarse si no quieren que les quite puntos. ¡A hora!— Los niños aún pálidos se fueron rápidamente a sus lugares.

—Lamento eso, los de primero creen que somos parques temáticos o algo por el estilo y creo que tu no eres las excepción— Sonrío levemente pero de inmediato ahuyento ese gesto de su rostro como si por fin hubiera recordado con quien hablaba. Por segundos ninguno dijo nada, solo nos limitamos a mirarnos. Ella me inspeccionaba cuidadosamente hasta que su mirada se poso en mi brazo izquierdo, ahí fue cuando salio de su trance. Carraspeo la garganta y dijo:

—Sera mejor que me vaya, estamos por llegar— Sin volverme a mirar comenzó a caminar.

—¡Hey! ¡Granger! ¡sera mejor que le quites puntos a esos niños o McGonagall se enterara de esto!—

La castaña se volteo lentamente, pero cuando se cayo en cuenta que no hablaba TAN enserio se relajo, sonrió un poco al mismo tiempo que rodaba los ojos y volvía a tomar su camino.

Sin haberlo notado el tren ya se había detenido eso significaba que habíamos llegado.